Aftersun: la triste melancolía; una película profunda, de ésas que difícilmente se olvidan

Con una narrativa lenta y fragmentada somos espectadores del dolor callado del padre, sin que la película se convierta en un melodrama de tintes cursis.

Víctor Rodríguez

¡Qué bella, qué dura y qué conmovedora es Aftersun, el debut de la directora escocesa Charlotte Wells! ¡Qué dura, sí, muy interesante y terriblemente triste!

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La que ha sido considerada por personas expertas como una de las mejores películas de 2022, se trata de una mirada sensible hacia el vínculo entre un padre de 31 años y su hija de 11 años, durante un viaje de vacaciones en Turquía. Son varios días en los que se va despejando el cariño y la confianza entre ambos —él vive en Londres y ella con su madre en Escocia—, a la vez que también se va despojando un hilo oscuro que los unirá más allá de esa convivencia.

La historia es autobiográfica y tiene detalles preciosos y muy bien trabajados por la directora que explora la salud mental de los padres y sus repercusiones en la crianza. Wells logra de manera sutil a la par la reconstrucción de una infancia ingenua y feliz —en el caso de Sophie—, en tanto que con un manejo preciso y precioso de la cámara (a cargo de Gregory Oke) capta ciertos momentos oscuros de Calum, quien padece un trastorno emocional que trata de ocultar a su hija. De esta manera, con una narrativa lenta y fragmentada somos espectadores del dolor callado del padre, sin que la película se convierta en un melodrama de tintes cursis.

Aftersun es la típica película que divide la percepción de los espectadores, entre los que creen que no pasa nada y quienes creen que pasa todo. Y es aquí donde esos detalles fílmicos cobran relevancia para ir entendiendo la trama a través de los silencios, las miradas, los movimientos y, sobre todo, algunos encuadres que revelan mucho más de lo que parece (reflejos acaso de los recuerdos futuros de Sophie, quien través de esas imágenes guardadas reconstruye el sentir de su padre) y son por sí mismos un universo palpitante.

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En todo caso resulta interesante ver cómo la perspectiva desde la mirada infantil de Sophie va más allá de una añoranza de la relación entre una hija y su papá, y más bien descubre fundamentalmente la forma en que su padre transita sobre la bruma existencial mientras trata de cuidarla y quererla, aunque ella aún no lo sabe. La historia se cuece a fuego lento, pero con la suficiente soltura para entender —como bien dice Noemí Escribano— que al final “conviven dos películas: una es la que ves y la otra es fruto de la emoción que va creciendo en ti una vez terminan los créditos finales”.

 Aftersun es, pues, un rompecabezas que termina construido con base en los indicios y significados para configurar un honesto retrato de la memoria, el pasado y lo fragmentario que se vuelven los recuerdos, incluso los más dolorosos. En suma, una película sobresaliente, emotiva y profunda, de ésas que difícilmente se olvidan.

Título original: Aftersun. Año: 2022. Duración: 98 min. País: Reino Unido. Dirección y guion: Charlotte Wells. Música: Oliver Coates. Fotografía: Gregory Oke. Reparto: Paul Mescal, Francesca Corio, Celia Rowlson-Hall, Kayleigh Coleman, Sally Messham, Harry Perdios, Ethan Smith.

Víctor Rodríguez, comunicólogo, diseñador gráfico y periodista cultural.