Buen viaje, Urso Silva, el gran editor de Michoacán; un gran impresor y apasionado lector

Todavía hace unas semanas, a Urso Silva se lo veía en diversas ferias de libro en varias partes del estado y del país, atendiendo diligentemente su propio stand en el que ofrecía no sólo obras impresas de Morevallado sino de otras editoriales.

Víctor E. Rodríguez Méndez

Con Urso Silva López los adjetivos son innumerables para describir su personalidad y su importante labor como librero, editor e impresor en Michoacán. Personas que lo conocieron resaltan generalmente las mejores cualidades que engloban su perfil de editor: gran librero, apasionado lector y fructífero impresor. Se lo consideraba, además, una persona generosa y de una gran calidez humana. Fue un “formador, informal y generoso, de muchas generaciones de humanistas michoacanos”, según lo describe el historiador José Manuel Morales. En mensajes emitidos en sus respectivas páginas de Facebook, l artista gráfico y escritor Miguel Carmona señala que Urso Silva es un “ejemplo de congruencia, honestidad y modestia”, mientras que la investigadora y editora Claudia Raya sintetiza la figura de Urso López con inmejorable descripción: “un editor humanista”.

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Fundada hace más de 45 años, la empresa más conocida de Urso Silva, Morevallado Editores, es reconocida como un semillero en el que publicaron jóvenes escritores, investigadores y académicos consolidados de diversas instituciones, lo cual lo convierte en un difusor extraordinario de las letras en Michoacán. Los títulos que ha publicado abarcan, sobre todo, el estudio y la difusión de la historia michoacana, entre la que se encuentra La Relación de Michoacán, de la que realizó al menos quince ediciones, una de ellas en inglés.

Morevallado cuenta en su catálogo con libros sobre música, arte, literatura, economía, política, ciencias sociales y naturales, entre muchos otros; gran parte de ellos editados por diversos círculos académicos, especialmente relacionados con la UMSNH. Para el doctor en Historia Gerardo Sánchez Díaz, profesor-investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), a Urso Silva “Morelia le debe mucho, sobre todo, como difusor de temas históricos, y por ello es uno de los grandes impulsores de la cultura de Michoacán”.

A propósito, añade Gerardo Sánchez, se encuentra en preparación un libro colectivo que abordará la parte biográfica y la labor profesional de Urso Silva. “Contendrá todos los aspectos posibles de su aporte a la cultura, así como algunos testimonios de quienes lo conocieron”.

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Más allá de la institución nicolaita, el profesor José Reyes Rocha, jubilado del Instituto Michoacano de Ciencias de la Educación, resalta que el quehacer editorial de esta dependencia encontró siempre en Urso Silva López un apoyo puntual para sus colecciones de textos, así como “la orientación siempre amistosa para las publicaciones de los estudiantes de posgrado en sus diferentes creaciones”, además de llevar la producción editorial del IMCED hasta los estantes internacionales de la FIL en la ciudad de Guadalajara, entre otros foros de promoción editorial.

Hombre de formas sencillas, parco y discreto, de Urso Silva también se recuerda su espíritu de mecenas y amigo de estudiantes jóvenes, para quienes se mostraba abierto y siempre dispuesto a compartirles recomendaciones editoriales y, sobre todo, ofrecerles libros especializados a precios accesibles e, incluso, mucha gente recuerda haber recibido obsequios de libros.

Urso Silva es un “ejemplo de congruencia, honestidad y modestia”.

José Manuel Morales lo rememora como “una persona excepcional” porque procuraba dar facilidades la adquisición de libros. “Con él se honraba mucho el compromiso de palabra para la compra a crédito. Me resulta difícil decir en pocas palabras la trascendencia de Urso Silva en mi desempeño tanto de estudiante como profesionalmente en el campo de las humanidades”. Asegura que desde que supo de su vocación de historiador y bibliófilo, Urso Silva fue una persona importante para él en su carrera profesional porque le ofreció “comentarios muy certeros sobre el contenido y la vertiente ideológica o filosófica a la que se acercaban los autores y libros que yo le solicitaba”.

Gerardo Sánchez Díaz, por su parte, conoció a Urso Silva también en sus tiempos de estudiante, según nos cuenta. “En 1975 tenía la librería mejor surtida en temas sociales, había mucho de historia, estaba allí por la calle Allende, frente a Palacio Municipal. Fue una librería que apoyó mucho a los estudiantes universitarios”.

Un hombre de tinta y letras

Urso Silva López nació en Irámuco, Guanajuato, el 3 de febrero de 1938. Llegó a Morelia a los tres años de edad, donde realizó sus estudios de contador público en la UMSNH. Trabajó en un banco y vendió enciclopedias casa por casa. Se sabe que su padre tenía un puesto de revistas en el Portal Michelena, lo que sin duda estimuló su interés por la difusión y venta de libros. Con el apoyo de dos empresarios amigos de él, Urso Silva fundó a principios de los 70 del siglo pasado su primera librería, Ursus, donde empezó a vender publicaciones que traía de la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey; libros que, recurrentemente, vendía a precios rebajados, en abonos o simplemente los regalaba a estudiantes con estrechez económica.

Totalmente imbuido por su espíritu irrefrenable ligado al quehacer editorial, Urso compró en 1976 una pequeña imprenta de linotipos y con ese primer taller familiar inició su fructífera e incesante labor como impresor. Luego, en 1995, fue constituida formalmente como Morevallado Editores (nombrada también Editorial Morevalladolid por Urso Silva), cuyo fin inicial fue editar solamente libros con temáticas de Michoacán y elaborados por autoras y autores michoacanos.

En Morevallado Editores trabajan actualmente los hijos e hija de Urso Silva: Sergio, Iván, Alejandro, Hugo y Adriana, en tanto que Gabriela atiende las librerías El Faro de Alejandría y Galaxia de Gutenberg, asentadas también en Morelia.

Un referente indiscutible

José Manuel Morales señala que en su actual función profesional como bibliotecario siempre encontró en Urso López las facilidades para acercarse a las editoriales de difícil acceso, “sabiendo de su participación en los circuitos de las ferias de libro y, sobre todo, de su vínculo con otros libreros”. El actual subdirector técnico de la Dirección de Bibliotecas de la UMSNH añade: “Lo veo ahora como una escuela; una escuela de un gran nombre de letras no solamente por ser impresor, sino también por ser un gran conocedor de la historia Michoacán; él creó un fondo bibliográfico e historiográfico muy importante sobre la historia de México, pero en particular del pasado de Michoacán. Hay títulos inconseguibles que sólo fueron posible gracias al esfuerzo y emprendimiento de don Urso”.

En tanto, el diseñador gráfico Carlos Villaseñor, quien durante 35 años diseño y publicó un número considerable de libros y otras publicaciones con Urso Silva (que llegaron a ser más de cien al año), recuerda “algunas raras veces una cara de preocupación, pero nunca un no, nunca una mala cara, nunca alguna actitud que no fuera cordial, amable y puntual. Así de excepcional ha sido el maestro Urso Silva, pero también sus hijos, que hacen un raro equipo de trabajo; raro por lo positivo de su labor”.

Añade quien fue profesor de diseño en Morelia por varias décadas: “Ha sido una labor increíble porque yo he sido uno de sus clientes y colaborador. Apenas imagino lo prolífico de su labor editorial, pero sí sé de la honda huella y del silencioso y fundamental aporte que el maestro Urso ha hecho a la cultura, a la ciencia, al arte en Michoacán y en México”.

            El editor Jorge Orozco Flores tiene recuerdos especiales que se remontan a los inicios como librero de nuestro personaje: “A Urso Silva lo conocí en su librería que estaba en la calle Allende. Posteriormente lo vi en una imprenta que tenía sobre Antonio Alzate, casi llegando a la Vasco de Quiroga. Fue un apasionado de los libros, tanto en su confección como en su distribución”. Jorge Orozco puntualiza que la de Urso Silva es “una pérdida, en el ámbito bibliográfico, que no tiene igual en Michoacán; fue un sembrador de ideas ajenas a través de los libros de autores vivos y muertos, que nunca pretendió con su trabajo cosechar en lo material más allá de lo que su vocación le dictaba, que más lectores estuvieran cerca de más libros, de autores clásicos, de nuevos.

Como impresor, añade Jorge Orozco, “fue un gran animador de autores que no se decidían a dar a la imprenta sus textos. Creo que hay muchos autores que le están muy agradecidos por ese lado generoso de su personalidad. Por eso se puede afirmar con justicia que su elemento fundamental de vida fueron los libros. Como librero e impresor, sobre todo como persona, fue un ser humano sin máscaras, auténtico y honesto”.

En este sentido, el historiador Gerardo Sánchez recalca la generosidad de parte de Urso con estudiantes y profesores universitarios. “A mí me proveyó de buena parte del acervo que he conformado sobre Michoacán de ediciones antiguas, producto de sus búsquedas en las ferias del libro y a su relación con personas que se deshacían de algunos materiales importantes o que los ponían a la venta”.

Colofón

Todavía hace unas semanas, a Urso Silva se lo veía en diversas ferias de libro en varias partes del estado y del país, atendiendo diligentemente su propio stand en el que ofrecía no sólo obras impresas de Morevallado sino de otras editoriales. En noviembre de 2018, en una breve entrevista para la Feria Nacional del Libro y la Lectura Michoacán, el librero aseguraba que el papel de las personas editoras ya pertenecía al pasado, a menos que entre “a la era mercantil o se refugie en una institución que pueda darle honorabilidad a la función de la edición de libros”. Hacer libros por cuenta propia, decía, “con criterios honrados y sin afanes mercantilistas, ya funciona tan poco que lo más probable es que muera la figura del editor”.

Esta falta de frutos, añadía, es resultado de que en el sistema actual “sólo se busca el beneficio económico”, puntualizaba Urso Silva. Finalmente, el viejo y estimado editor sucumbió y falleció el pasado viernes 14 de abril de 2023.

Uno de los más cercanos amigos del editor, el artista y promotor José Luis Rodríguez Ávalos, nos comparte sus palabras para cerrar esta entrega: “¡Qué difícil es el trabajo del impresor, pero no es menor el del editor y el del librero, al igual que el del promotor! Urso Silva realizaba estos oficios con eficacia y con su eterno amor a los libros, poniendo en primer lugar las publicaciones de la historia de Michoacán. Descanse en paz, el amigo y verdadero apóstol de las ediciones Urso Silva López”.