Entrevista / El teatro que nace con gente del teatro: Foro La Ceiba

A trece años abierto a la comunidad y a los discursos escénicos

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Nacho Tena, colaborador de la Voz de Michoacán.

Continuado con el recorrido de los espacios culturales independientes en Morelia, les comparto referencias del foro La Ceiba, con casi trece años, es un espacio teatral que nace con gente de teatro y en el que, orgullosamente, he sido testigo y partícipe como espectador y alumno de sus talleres. El beneficio de tener acceso a espacios que promueven el aprendizaje, la reflexión y el desarrollo personal, siempre tendrá una gratificación social. Es inspirador escuchar de sus fundadores Nora Lucía Díaz y Jaime Noguerón, ambos egresados de la licenciatura en Teatro de la Escuela Popular de Bellas Artes; Lucía, también abogada y Jaime, titulado de la maestría en Actuación y aspirante a maestro en Dirección Escénica, nos comparten la historia del foro y su razón de ser. Disfruten de la entrevista.

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Foto: Redes

Tomando en cuenta que el foro La Ceiba incide en la sociedad como un espacio abierto a la comunidad en general, en estos casi trece años de su fundación ¿Qué suma en idea y concepto a su definición como espacio independiente?

Nora Lucía. - Pues, es justo lo que dices... suma a la comunidad de la zona y ha sido fortalecido por la teatral. Estamos abiertos a todas las propuestas de los compañeros. No hay buen o mal teatro, hay diferentes maneras de hacer teatro y en eso se basan las propuestas o las apuestas que los grupos independientes hacemos. Es precisamente lo que nos ha mantenido.

¿Cuándo se funda y se establece Foro La Ceiba? ¿Con qué propósito? ¿Por qué el nombre La Ceiba?

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Jaime.- Justo en el 2011. Lucía y yo queríamos montar una obra (“¿Quién le teme a espantapájaros?”). Habíamos dado talleres y cursos en diferentes espacios… Entonces convocamos a quienes habían participado, no todos accedieron, un grupo muy reducido que estudiaba ciencias de la comunicación, ciencias ambientales, biotecnología, arquitectura, medicina y psicología… con ellos empezamos a trabajar.

Ese fue el grupo Catexia Teatro que dio pauta a tener el Foro la Ceiba ¿Cierto?

Jaime.- Sí. Gracias a Tzitziqui Villicaña fue quien propone el nombre de Catexia, que en términos de psicoanálisis significa “depositar toda tu energía y atención en una sola cosa”. Estábamos haciendo nuestra primera obra “El espantapájaros”, y como no teníamos un espacio para ensayar, llegamos a la bodega.

Nora Lucía. - Era una bodega de materiales de construcción de mi abuelo, que estaba muy sucia y abandonada (…) y le preguntamos si podíamos utilizar un cuadrito, que iba muy bien con la obra del “Espantapájaros” (…) De pronto presentamos la obra (…) Empezaron a pedir el espacio (colegas)… Comenzamos a limpiar, a pintar, a arreglar (…) y fue que decidimos ponerle nombre. Fue Ana Leal, quien estudió Ciencias Ambientales, quien propuso ponerle La Ceiba, árbol sagrado, protector, que extiende sus ramas al cielo y sus raíces hacia el inframundo, que cobijan y conectan.

Jaime. - Justamente Lucía decía que había niños de la colonia que empezaron a acercarse para saber qué estaba pasando ahí… así empezamos a pensar en ellos, para que tuvieran en un espacio seguro (…) Ese fue el detonante, el saber que a la comunidad le interesaba venir.

Nora Lucía. - Ahí fue cuando decidimos hacer la AC (Asociación Civil) para tener justo, más espectro de acción. Para hacer más trabajo social y comunitario.

¿La colonia Vasco de Quiroga ha provocado un público que puedan identificar en especial?

Nora Lucía. - Fíjate que es muy curioso cómo se mueve el público. Por ejemplo, el domingo tenemos “el gran público de las infancias” (…) Pero depende de los días de la semana y de las obras. También hemos observado que, con el Circuito de Teatro de Espacios Independientes, ha llegado gente que no había llegado antes (…) No cabe duda que este tema de los públicos está por explorarse. Su comportamiento siempre es muy variado (…) Cuando empezamos, sí había un público por las infancias que había ahí. Cuando crecen y se mueven, nos enfocamos en las mujeres de la colonia… pero luego estas mujeres también se mueven (espacio, lugar, casa…) Entonces ahorita, sí van, pero cada seis meses, pasan, preguntan… pero no es que haya un público tan cautivo de la colonia.

¿Quiénes conforman actualmente La Ceiba?

Nora Lucía. - Pues ahorita, Jaime y yo. En nuestros montajes están invitados varias compañeras, por ejemplo, Valentina Freire, quien tiene mucho tiempo con nosotros, está Eloísa Ríos… en la parte técnica del espacio está Abraham Velázquez y compañeras que hacen su servicio social.

¿Qué postura social y/o política tiene La Ceiba?

Nora Lucía. - Mira, creemos que todo el teatro es político. Todo. Siempre tenemos una postura política, porque hablamos de cosas que nos gustan o que no nos gustan (…) Empezamos a abrir talleres de teatro para mujeres, con temas de género. Y tiene que ver con lo que empezamos a hacer en esa colonia en cuanto a violencia doméstica, cuestiones que se visibilicen por medio del teatro (…) Entonces, nuestra postura tiene que ver lo que pasa en esta comunidad teatral, con la apertura a la comunidad en general y en visibilizar estas acciones. Estos casos que seguimos teniéndolos como normalizados.

Jaime. - En momentos, la misma postura social que tenga la colonia (…) Aunque no somos partidarios de la religión católica, pero algunas veces eso ha determinado la posibilidad de que el público llegue a La Ceiba (…) y lo cierto es que, pues nos cansamos. Y justamente no era lo que necesitábamos hacer, seguir una política social, esa ruta para poder tener un público (…) Entonces seguimos haciendo lo que en nuestras manos esté, sin entrar en una categoría o etiqueta (…) Lo mismo pasa con lo político (en términos partidistas) nada de lo que nosotros hagamos como espacio, tiene que ver con eso, para sacar beneficio.

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¿Qué más han descartado o restado de La Ceiba para trabajar mejor?

Nora Lucía. – No trabajar con las Secretarías de Cultura. Primero, por no estar con el estrés de que “si te van a pagar o no te van a pagar”. Otra, esta idea de estar dependiendo siempre o estar esperando si vas a quedar en tales funciones y de que sólo en sus espacios se puede programar (funciones). A mí me da gusto cuando mis compañeros se presentan en el Teatro Ocampo, pero no es algo que para nosotros sea un deseo o anhelo, no sólo por nuestro espacio, sino por la burocracia, eso nos ha ayudado justo a sentirnos libres. El estar a la expectativa de qué van a llevar a las comunidades o de cómo tratan a la gente. Tuvimos una experiencia que nos marcó, en la que íbamos a presentarnos en un Centro de Bienestar y dijeron que “no iban a poner toldo, ni sillas porque se los podían robar…”  Eran las doce del día, en abril, un calorón. Y dije “¡¿Cómo vamos a dar una función con estas condiciones? -¡No solo para nosotros, sino para la gente! ¿Cómo podemos esperar que la gente vaya, si no tienen sillas? -Mejor nos vamos, no es con lo que estamos de acuerdo.

Aunque es clara su formación académica ¿Qué los llevó a hacer teatro? ¿Y qué ha aportado para su proyecto?

Nora Lucía. - Por la importancia de las dos carreras, en cómo se han unido, a mí me parece mágico (…) Justo en el taller de mujeres, había muchas que estaban divorciadas, o en el proceso de divorcio e íbamos trabajando justo a la par… A mí me sorprende como el teatro y el derecho ayudan a un montón de cosas cuando se unen, siempre se puede encontrar una salida. De no tener la licenciatura en derecho, hubiera hecho un relajo desde el principio en el foro (…) Nos ha hecho crecer mucho y lo relaciono en ese sentido de hacer las gestiones y en el trato con la gente. A mí eso me ha sido maravilloso. Desde chica siempre me ha gustado cantar, estar en el coro y hacer cosas artísticas (…) pero el teatro ha venido a modificar de manera importante mi forma de pensar.

Jaime. – En la universidad terminas estudiando teatro, yo salí de la facultad diciendo “yo me dedico al teatro, más no soy actor”. Pero asumí que yo era actor, una vez que estudié el diplomado en el Centro de Arte Dramático de Michoacán. Ahí entendí que yo quería estar en escena y para poder hacerlo tenía que jugar, seguir ciertas reglas, condicionantes y demás (…) Una de las cosas que me ayudó fue el participar tres años en los proyectos itinerantes del CEDRAM, lo maravilloso de ir a las comunidades, se convirtió en un proceso de formación importante. Estuve un tiempo estudiando mi maestría en Argentina, y de regreso pido permiso para integrarme al equipo de La Ceiba con la intención de crear y generar proyectos en escena.

¿Por qué es importante que las personas vean teatro?

Jaime. – Respondo la pregunta a partir de mí: Yo veo teatro porque me gusta sorprenderme, reencontrarme, me gusta sentir y experimentar (…) Para que no se pierdan de las cosas bonitas que pasan en el cuerpo. O simplemente ir asumiendo, ir tomando posturas, ir entendiendo cómo funcionamos como seres humanos, como sociedad (…) Puede haber en esa obra algo que lo mueve a uno y le ayuda a transformarse y a cambiar (…) Nos va a confrontar de alguna manera.

Nora Lucía. – Estando del lado del escenario (como actriz) siempre descubro algo nuevo, de lo más simple a lo más complejo (…) Y como espectadora, el dejarme sorprender y el compartir con quien está a lado “algo que no se va a volver a repetir”, algo que es único, una situación e imagen única. Esto nos devuelve “la humanidad”, esta parte de colectividad.

¿Qué deberían plantearse o cuestionarse las personas antes, durante y después de ver teatro? ¿O deberían cuestionarse algo?

Nora Lucía. -  Yo creo que a veces, sentimos más… es decir, no me tengo que preguntar con la cabeza. A veces me tengo que preguntar con la víscera, la panza… estas cuestiones sentí-pensantes. Dejar esta parte intelectual y preguntarse “¿Qué me movió en la emoción? Porque a partir de la emoción es de donde actuamos. Primero sentimos y luego pensamos. Entonces hay que ir abiertos a ver qué me van a contar. Hacer contacto en lo que a mí me está pasando desde la entraña, la piel, los oídos (…) y después racionalizarlo. Porque nos pasan muchas cosas por el cuerpo. Dejarse llevar, abrirse, quitarse prejuicios.

Jaime. -  Para los que hacemos teatro, sería quitarse esa coraza y abrazar lo que otro está haciendo, porque están pasando cosas… y desde el espectador, vivir la experiencia lo más pura posible, a no racionalizar, a vivirlo, que el cuerpo lo sienta, se enchine la piel, las lágrimas rueden, las risas suenen… omitir tabúes.

¿Dónde y en qué situación se encuentra el teatro en México, en Michoacán y en Morelia?

Nora Lucía. – Creo que, siempre ha estado bien difícil. Justo por estas cosas de la digitalización, la inmediatez (…) El ir a teatro requiere estar una hora conectada con tus emociones reales y de alguien más, eso no es tan sencillo (…) Creo que el teatro también surge y sobrevive por este encuentro, del éxtasis por verlo. Es por esto que sigue vivo y es necesario. Nos descubrimos en el otro, por esta celebración y el convivio que no se da en el cine, ni en la tele, y que sólo se da en ese momento. Más que para una élite, es precisamente para la gente que tiene algo que decir (…) Nos conecta con la emoción.

Jaime. – Precisamente percibo que el teatro se queda para unos cuantos. El teatro se piensa como una cultura que debiera ser para todos, pero no pasa (…) Pareciera que se intelectualiza más y no se abre una ventana para que el resto de la comunidad se integre (…) Justo con La Ceiba se logra como un espacio para llegar al otro, para decirle algo. Y sí que hay “mafias” que acaparan ciertos sectores de cultura, del arte... Sin embargo, no creo que pierda fuerza, una vez que logra salir y cumple su función de compartir al otro, sigue y seguirá siendo imponente y con mucha fuerza.

¿En Michoacán está tomando fuerza el teatro?

Nora Lucía. – Es bien curioso, cómo de pronto hay un chispazo y de repente no. Observo a Jalisco… hay una estética, un discurso en común, una gran profesionalización (…) O de Ciudad de México, dónde entre ellos van a verse… el tema de la profesionalización es importante (…) Y aquí no creo que pase eso.

Jaime. – A mí me parece preocupante que los recién egresados de la facultad, no estén haciendo cosas, ni asistan al teatro. Les damos cortesías y no llegan. Ofrecemos talleres de formación continua, también lanzamos una convocatoria de residencias artísticas donde ofrecíamos espacio, materiales, guía para la creación de un proyecto. La sorpresa fue que no hubo ni una sola postulación (…) más que desilusionarme, me desconcierta ¡¿Qué está pasando con los futuros profesionales?! Es alarmante, preocupante.

La Ceiba ha sido uno de principales promotores del Circuito de Artes Escénicas en Espacios independientes, ofrecen capacitación continua de entrenamiento actoral y la escuela de espectadores ya en su segunda generación. Se propone seguir con un Taller de Acercamiento al Teatro para jóvenes y otro más para adultos. También compartirá procesos de laboratorio de creación escénica, un seminario nacional en línea de Teatro y Transdisciplina, y continuará trabajando sus montajes con Catexia dentro de su programación su continua.

Para más información WhatsApp 443-3549498 / Fb-IG Foro La Ceiba / www.laceibaforoteatral.com                                                                                                                              


Nacho Tena es promotor, productor escénico y publirrelacionista del arte y la cultura. Email: hectorignaciotena@gmail.com
FB e IG: NachoTena