Isabel Zapata y sus cartas de amor

«Alberca vacía», de Isabel Zapata, es un libro hermoso que nos hace voltear al pasado, hacia nuestra historia, llevados de la mano de la nostalgia que envuelve su pluma.

Foto: Zenda Libros

“Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa”

Alejandra Pizarnik

Yazmin Espinoza

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Decidí empezar la columna de hoy con letras de el poema “La palabra que sana” de Alejandra Pizarnik, porque creo que es una descripción bastante acertada del libro sobre el que les voy a hablar, un libro que dice lo que dice y además más y otra cosa. Muchísimo más.

Alberca vacía, de Isabel Zapata, es un libro hermoso que nos hace voltear al pasado, hacia nuestra historia, llevados de la mano de la nostalgia que envuelve su pluma.

Sus ensayos en este libro no son cartas febriles, aunque en todas late una intensidad dulce y melancólica. Juntas componen una cartografía diversa: van de la traducción a la maternidad y la pandemia, de los subrayados como formas de ternura al germen de futuro que se incuba en toda alberca vacía. Encontramos también una historia de las virtudes perrunas, un pequeño tratado sobre la libertad y el decoro a propósito de los bufets, y una lección, a vuelo de pájaro, sobre las posibilidades de migrar dentro de nuestra propia casa.

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“No podemos bañarnos dos veces en el mismo río: el río no es el mismo y la persona no es la misma y el mundo no es el mismo”.

La memoria es uno de los temas centrales de esta colección de ensayos que nos lleva por un recorrido histórico de lasartes, pero también se detiene a destacar las partes más brillantes de los más pequeños detalles de la vida.

El primer ensayo de la colección se titula “Mi madre vive aquí”, y es una reflexión sobre los objetos y libros de la madre que ya no está. Zapata utiliza los apuntes en los márgenes de los libros que eran de su madre para hacer un esfuerzo para comprender todo aquello que ya no puede decirse. Su notas se entrelazan con otras recopiladas de figuras como Susan Sontag o Walter Benjamin, creando así una sintonía de voces que se unen a la de la autora.

Siguiendo esta misma línea, el ensayo “Contra la fotografía” , como su nombre lo dice, cuestiona los límites de la imagen fotográfica. En una columna publicada en Hablemos Escritoras, la profesora de literatura Alejandra Márquez señala que, a pesar de que comúnmente la fotografía sirve como un intento de conservar un momento, en este ensayo Zapata la considera más como un fantasma, una alucinación o un deseo por poseer algo que no existe y quizás jamás haya existido.

“La colección de ensayos de Zapata muestra no sólo la riqueza y manejo del lenguaje que le son propias, sino también su voz tanto poética como filosófica. Alberca vacía nos invita a pensar y repensar la manera en que la poesía y la reflexión están en las cosas en las que nos rodean diariamente”, asegura la profesora.

Asimismo, en “Notas para una versión de segunda mano” Zapata reflexiona sobre el acto de traducir. Aborda este tema en autores como Ezra Pound, Alfonso Reyes, y Charles Baudelaire para expresar que, más allá de ir de una lengua a otra, la traducción tiene como fin “derramar un mundo en otro”.

El texto que con el que concluye Alberca vacía, “Maneras de desaparecer” nos hace preguntarnos ¿qué es una alberca? Y reflexionar en torno a en qué se convierte una cuando queda vacía. Si bien, una alberca vacía es generalmente vista como sinónimo de abandono, Zapata apunta que muchas tienen algún otro uso, incluso después de vaciarse: pista de patinaje, cancha de fútbol, etcétera. Tantos usos, tantos mundos, tantos sentimientos contenidos, y luego derramados.

En general, fue un libro que leí lento, disfrutando cada página y cerrando con una sonrisa cada capítulo. Un texto que se siente suave, como el abrazo cálido que la familia da cuando has tenido un mal día.

“Leer los libros que mamá anotó es hablar con ella, y la conversación es una forma del amor. Así fue como vencimos a la muerte”.

Cada ensayo de este volumen, cada entrada de esta enciclopedia íntima y total es una carta de amor.

Si alguien ha seguido mi columna seguro se ha dado cuenta del amor que le profeso yo a Isabel Zapata, una escritora que no teme abrir su corazón a sus lectores, y que encuentra literatura y poesía en todos lados, hallazgos que comparte con amor.

Yazmin Espinoza es comunicóloga enamorada del mundo del marketing y la publicidad. Apasionada de la literatura y el cine, escritora aficionada y periodista de corazón. Mamá primeriza. Lectora en búsqueda de grandes historias.

Instagram: @historiasparamama