Jorge Fons: ver la vida a través del cine

«Teníamos el prurito de entender muy bien lo que era el lenguaje, lo que significaba poner la cámara aquí o allá. Esos eran los problemas de arte mayor para nosotros, nos cuestionábamos permanentemente cómo hacer, queríamos decir cosas y decirlas bien”.

Jaime Vázquez

En 1974, Beatriz Reyes Nevares publicó Trece directores del cine mexicano en la colección SEPSetentas, libro de entrevistas en el que dedicó un capítulo a la conversación con Jorge Fons en sus oficinas en la colonia Nápoles de la Ciudad de México. Fons, de 35 años, responde a las preguntas de Reyes Nevares mientras José Agustín, entre cojines, escribe a máquina no se sabe bien qué.

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Fons ya había filmado Caridad, dentro de las tres historias de Fe, esperanza y caridad, idea original de Luis Alcoriza, y estrenado Los cachorros, adaptación del propio Fons al relato de Mario Vargas Llosa.

Eran los setenta: horizonte que se abrió para el cine desde la década anterior y en el que surgieron obras y creadores que renovaron el panorama del séptimo arte.

Fons, miembro de la primera generación del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM, compartió con Marcela Fernández Violante, Juan Guerrero, Alberto Bojórquez, Raúl Kamffer, Alfredo Joskowicz y Jaime Humberto Hermosillo, entre otros, tiempos de cambio, pasión por un cine nuevo, y afirmaba sobre aquella época: “En mi generación, en la primera generación del CUEC […] teníamos el prurito de entender muy bien lo que era el lenguaje, lo que significaba poner la cámara aquí o allá. Esos eran los problemas de arte mayor para nosotros, nos cuestionábamos permanentemente cómo hacer, queríamos decir cosas y decirlas bien”.

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Como director debuta en 1963 con el episodio Sorpresa, en Trampas de amor, guion propio y de Gustavo Sáinz. Antes, en 1964, fue asistente de dirección en Pulquería La Rosita, en Un alma pura (en Los bienamados, 1965) y en Las dos Elenas (episodio de Amor, amor, amor, 1965). En Los caifanes, de Juan Ibáñez, realizó la coordinación artística. En 1969 hace su primer largometraje, El quelite, sátira sobre el cine ranchero y el macho. 

En 1970 dirige el episodio Nosotros de Tú, yo, nosotros, y en 1972 dos acercamientos al western: Jory y Cinco mil dólares de recompensa.

Con Caridad, nos entrega uno de sus mayores logros y una cumbre actoral de Katy Jurado. El crítico Jorge Ayala Blanco apunta: “Se trata de una ópera bárbara, filmada al ras de las enfangadas calles sin pavimento […] un cuento cruel, de ritmo trepidante y tesitura esperpéntica […] una obra magistral del jodidismo, que bordea la grandeza trágica más destemplada y anuncia autotrascendencias que el género nunca volvería siquiera a husmear”.  

Fons revisita el género en Los albañiles (1976), sobre la novela de Vicente Leñero.

En 1989, con guion de Guadalupe Ortega y Xavier Robles, filma Rojo amanecer, primera película de ficción sobre el movimiento estudiantil del 68 y la masacre del 2 de octubre.

En 1995, con un espléndido guion de Vicente Leñero a la novela del egipcio Nagib Mahfuz, realiza El callejón de los milagros, cinta que obtuvo 11 Arieles y un gran número de premios internacionales.

El atentado, de 2010, sobre la novela de Álvaro Uribe, es la historia de Arnulfo Arroyo y el intento de asesinato a Porfirio Díaz en la Alameda Central, el 16 de septiembre de 1987. 

Jorge Fons, Ariel de Oro y Premio Nacional en la categoría de Bellas Artes, en 2011, ganador de múltiples premios y reconocimientos a su obra, falleció el pasado 22 de septiembre a los 83 años de edad.

Reyes Nevares, en su entrevista, le cuestiona sobre su idea de hacer cine. Fons responde: “Una película bien hecha es […] a favor del hombre por el solo motivo de estar bien hecha. No importa su tema ni importan los demás ángulos, que al fin y al cabo son circunstanciales, es decir, la calidad, y no la intención, es lo que catalogará o no a una película de revolucionaria”.

Porque toda obra artística terminada, como decía Fons, no es el final sino el principio de otra obra más profunda y permanente: la que nace en los ojos del espectador: “para que veas la vida y te conmuevas, y ya luego te pongas a pensar”.

Jaime Vázquez, promotor cultural por más de 40 años. Estudió Filosofía en la UNAM. Fue docente en el Centro de Capacitación Cinematográfica. Ha publicado cuento, crónica, reportaje, entrevista y crítica. Colaborador del sitio digital: zonaoctaviopaz.

@vazquezgjaime