La fantasía y realidad del simbolismo de “The Meal of Lord Candlestick”

Leonora Carrington fue una pintora, escultora y escritora de origen inglés pero nacionalizada como mexicana.

Foto: Cortesía

Abril García / La Voz de Michoacán

Leonora Carrington fue una pintora, escultora y escritora de origen inglés pero nacionalizada como mexicana. Es conocida principalmente por sus pinturas, las cuales muestran elementos simbólicos, mitológicos, oníricos, fantásticos y biográficos. Estas obras han sido consideradas referentes fundamentales para la corriente surrealista.

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En su pintura The Meal of Lord Candlestick, varios personajes humanoides se encuentran sentados detrás de una mesa repleta con platillos, flores, frutas y vino. Sin embargo, al observar con detenimiento el abundante festín, notamos que sus platos principales consisten en exóticos animales y en un pequeño infante. La escena se desarrolla dentro de una habitación ostentosa, pero sin decoración alguna, a excepción de los capiteles de las columnas que sostienen la ventana. Al fondo vemos a dos personas vestidas elegantemente y sin realizar ninguna actividad, probablemente se trate de sirvientes a la espera de ser necesitados. Los seres sentados charlan, beben y comen mientras miran en diferentes direcciones. Estos portan elegantes peinados y vestidos, tienen la piel de una tonalidad pálida y mantienen una actitud despreocupada. Parece llamar su atención el espectáculo de la cabeza de toro incendiándose sobre uno de los sirvientes, en especial de aquella figura que clava indiferentemente su tenedor en la carne del bebé mientras este sangra y se retuerce.

Tales personajes fantasmales han sido asociados con aristócratas ingleses, ajenos al sufrimiento de las criaturas sobre su mesa. Esta lectura se sostiene además al revisar la narración biográfica de la pintora, donde encontramos un profundo desprecio ante la actitud déspota de su propia familia adinerada durante la época victoriana. El cuadro parece ser una crítica a los festines de los monarcas medievales y, en un sentido más amplio, del poder hegemónico aún presente en el contexto inglés en que vivió la artista. De esta manera, el apetito voraz de los comensales y la comida desbordante sobre la mesa podría representar una abundancia -y un exceso- de poder. Otro recurso presente en el cuadro utilizado para mostrar la marcada jerarquía social es la diferencia de tamaño entre los alargados aristócratas y los enanos sirvientes.

Por otra parte, se ha identificado al personaje humanoide de color amarillo ubicado a la izquierda como Harold Carrington, el padre de Leonora Carrington. Esto último es dado que “Lord Candlestick”era el apodo con el que ella lo llamaba. La relación entre ambos era complicada y a la artista su progenitor le causaba temor y, en ocasiones, aburrimiento. Quizá, fue por esa razón que lo retrata de manera apática ante la situación. De igual manera, la ausencia de una boca en su rostro podría indicarnos la incapacidad de decir algo al respecto.

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Finalmente, podemos establecer una constante en sus pinturas: el contraste entre habitaciones vacías con colores opacos y espacios exteriores con colores vivos. En este caso lo vemos con la ventana abierta hacia un cielo azul, que se contrapone con el gris del interior del muro. Recordemos que la obra de Leonora Carrington es tan fantástica como biográfica, razón por la que este aspecto puede interpretarse como un deseo por la libertad, por el salir de los sitios ostentosos y cercados que tanto aburrían a la artista durante su infancia y que la motivaron a fugarse durante su juventud. 


Abril García, Historiadora del arte, redactora de notas periodísticas, gestora de proyectos culturales, escritora de poesía amateur y lectora de cartas de tarot.