Nos vemos en el cine | Adriana Roel: seis décadas de vivir la escena

El 4 de agosto pasado, en Mérida, falleció Adriana Roel. Tenía 88 años y toda la vida dedicada a los escenarios.

Foto: Cortesía

Jaime Vázquez

Seki Sano llegó a México en 1939 después de un largo periodo de exilio por Europa y los Estados Unidos. De 1932 a 1937 vivió en la Unión Soviética, donde trabajó al lado de Meyerhold y Stanislavski, y moldeó su propio método teatral. Fernando de Ita escribió sobre el maestro japonés: “Seki Sano puede ser recordado como uno de los constructores del teatro moderno en México tanto en las tablas como en el aula, como director de escena y formador de actores”.

Una de las alumnas fue la joven actriz regiomontana Rosa María Gorbea Osorio, quien debutó bajo la dirección de Seki Sano en Los frutos caídos, de Luisa Josefina Hernández. Rosa María, la joven de 23 años, brilló en el escenario del Teatro El Granero del Centro Cultural del Bosque al lado de María Douglas, Lola Tinoco, Félix González y Amado Sumaya. Decidió cambiar su nombre y eligió “Adriana”, por una amiga de aquellos años, y el apellido “Roel” por la violinista Josefina Schreus de Roel, madre de César Roel y de Ricardo Roel. César cambió su apellido a “Costa” y con el nombre de Ricardo Roca, el hermano cantaba Agujetas de color de rosa con Los Hooligans. Comenzaba para Adriana una carrera en la escena mexicana que incluyó, además del teatro, la televisión y el cine.

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“La escuela se tiene que asimilar, se tiene que absorber, estar por dentro, para que después salga lo que debe de salir para transmitirle al público lo que un actor quiere”, diría años más tarde Adriana Roel, con una trayectoria de más de seis décadas.

Su debut cinematográfico fue en Mi esposa me comprende, de 1959, dirigida por Julián Soler, una adaptación de Edmundo Báez a la obra de Ladislao Fodor. Ese mismo año participa en Gutierritos, versión cinematográfica de la popular telenovela, escrita por Estela Calderón, que se transmitió en el Canal 4 todos los días a las 6 y media de la tarde entre agosto y octubre de 1958.

El 4 de agosto pasado, en Mérida, falleció Adriana Roel

Bajo la dirección de Gilberto Martínez Solares, actúa en Escuela de verano, con Germán Valdés Tin Tan, Flor Silvestre y las jóvenes Mapita Cortés, Pilar Pellicer, Ofelia Montesco y Begoña Palacios.

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En 1961, interpreta a Alicia en Los jóvenes, ópera prima del director Luis Alcoriza, versión moralista a la mexicana que mira de reojo los éxitos internacionales de Rebelde sin causa y El salvaje.

Sobre un relato de B. Traven adaptado por Julio Alejandro y Emilio Carballido, Roberto Gavaldón la dirige en Días de otoño, en la que comparte créditos con Pina Pellicer, Ignacio López Tarso y Evangelina Elizondo.

Participa en ¡Viva María!, filmada en gran parte en Amecameca por Louis Malle en 1965, protagonizada por Brigitte Bardot y Jeanne Moreau. En 1980, dirigida por Arturo Rípstein, acompaña a Katy Jurado, Gonzalo Vega y Viridiana Alatriste en La seducción, sobre la Guerra Cristera.

Es con Anacrusa, de 1979, de Ariel Zúñiga, donde obtiene su primer Ariel. “Con la excelente Adriana Roel como una profesora universitaria que cobra conciencia social al ser secuestrada y asesinada su hija”, escribiría Emilio García Riera. El segundo Ariel lo obtiene por la espléndida No quiero dormir sola, de Natalia Beristáin, un personal y muy especial homenaje a Lola Beristáin, abuela de la directora.

El 4 de agosto pasado, en Mérida, falleció Adriana Roel. Tenía 88 años y toda la vida dedicada a los escenarios. Su presencia en la Compañía Nacional de Teatro, su apasionada vocación de actriz, su versatilidad, dejan una impronta de luz e inteligencia.

En 2017, el Centro de Investigación Teatral “Rodolfo Usigli” le rindió un homenaje y exhibió objetos, vestuario, trofeos, fotografías de la actriz. A la entrada de la Biblioteca de las Artes del Centro Nacional de las Artes, lugar de la exposición, se leía: “Puedo decir con absoluta sinceridad que volvería a vivir cada instante de mi vida, desde que decidí ser actriz”. Adriana Roel, en la plenitud de la vida y de la actuación.

Jaime Vázquez, promotor cultural por más de 40 años. Estudió Filosofía en la UNAM. Fue docente en el Centro de Capacitación Cinematográfica. Ha publicado cuento, crónica, reportaje, entrevista y crítica. Colaborador del sitio digital: zonaoctaviopaz.

@vazquezgjaime