Pamplona se vistió de Fiesta en Morelia

En las calles morelianas, bajo los arcos de la plaza, en los costados del mercado, en los cafés callejeros, en mojigangas, desfilan los extras, habitantes de Morelia.

Jaime Vázquez

Ernest Hemingway tenía 22 años cuando se casó con Elizabeth Hadley Richardson. Con ella viajó a París y vivió la década de los veinte afinando su oficio periodístico como corresponsal del Toronto Star. Fue protagonista e hizo la crónica literaria del bullicio de la postguerra: la bohemia y el hedonismo de la “generación perdida”, como la llamó Gertrude Stein. Plena creatividad artística y redescubrimiento del ser individual en el mundo.

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En París publicó Fiesta, título con el que se editó en español su primera novela: The Sun Also Rises, la historia de un escritor y soldado norteamericano que, por una herida de guerra, queda impotente; es su vida en la Europa de los locos veinte. Hemingway y Hadley viajaron a España en 1923 y el escritor se enamoró de Pamplona, fascinado por la fiesta de San Fermín y el colorido mundo de la fiesta brava. 

En 1927, después de seis años de matrimonio, la pareja se divorció y Hemingway se casó con Pauline Pfiffer. En el acuerdo de divorcio Hemingway le entregó a Hadley las ganancias de esa primera novela, quien no tardó en vender los derechos de la obra para el cine en 10 mil dólares. En 1940 el productor Charles Feldman los adquirió en 35 mil dólares, pero la película se filmó hasta 1956, después de la adquisición por 125 mil dólares que hizo Darryl F. Zanuck. El proyecto quedó en manos del director Henry King y la adaptación a cargo de Peter Viertel, quien unos años antes participó en la adaptación de La reina africana y en 1958 en otra obra de Hemingway: El viejo y el mar.

Hemingway, según los testimonios de Zanuck, ganó buen dinero en la versión para cine de The Sun Also Rises y peleó para darle el protagónico a Ava Gardner, quien se unió a un reparto de estrellas: Tyron Power, Mel Ferrer, Errol Flynn y Juliette Gréco. La tripleta Hemingway, King y Gardner ya había filmado en 1952 otro relato del escritor: Las nieves de Kilimanjaro.

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En su libro autobiográfico Ava, mi vida, Gardner recuerda: “Aunque la película empieza en París, la mayor parte de la acción se desarrolla en la ciudad española de Pamplona, donde se celebran los famosos encierros de toros en las fiestas de San Fermín. Henry King había rodado muchas cintas en la fiesta verdadera, y aunque se utilizó a la hora de montar la película, cuando todo el reparto estuvo reunido, Pamplona estaba cubierta de un metro de nieve. Así que nos fuimos todos a Morelia, en México –donde Henry King y Tyron Power habían filmado Captain from Castle en 1946- para llenar los espacios en blanco. No solo la ciudad era tan antigua que podía pasar por una ciudad española, sino que sus autoridades acordaron pintar el interior de su plaza de toros exactamente como la de Pamplona”.

Así, en las escenas de Fiesta, como se tituló The Sun Also Rises en algunos países de habla hispana, la ciudad de Morelia de 1956 se viste de Pamplona en 1922 para celebrar los “sanfermines”.

En las calles morelianas, bajo los arcos de la plaza, en los costados del mercado, en los cafés callejeros, en mojigangas, desfilan los extras, habitantes de Morelia, con camisas blancas, boina y pañuelo rojo atado al cuello, testigos del enredo sentimental de un grupo de personajes marcados por la Primera Guerra y locamente enamorados de Lady Brett, a quien da vida Ava Gardner.

Desde luego, a Hemingway no le gustó el resultado. Más que una buena película, The Sun Also Rises, o Fiesta, es un relato “descafeinado” que el cine hizo de una novela en la que Hemingway vierte muchas de sus obsesiones: la aventura, los toros, la pesca, la vida bohemia en Europa, la hombría, la rebelión contra la vida. En la punta del iceberg está el desgarramiento del hombre ante la imposibilidad de aceptar su destino. La gran metáfora de la virilidad, que la película narra entre amores imposibles, fiesta inagotable en París y en una Pamplona moreliana, o una Morelia disfrazada del regocijo del fin de la guerra. 

Jaime Vázquez, promotor cultural por más de 40 años. Estudió Filosofía en la UNAM. Fue docente en el Centro de Capacitación Cinematográfica. Ha publicado cuento, crónica, reportaje, entrevista y crítica. Colaborador del sitio digital zonaoctaviopaz.

@vazquezgjaime