Pancho Villa y el cine a un siglo de su muerte; el 20 de julio de 1923 lo emboscaron mientras conducía

Mito, leyenda, héroe popular, bandido, revolucionario, cruel, generoso, Villa es polémico fruto de la historia que, un siglo después del atentado, sigue cabalgando.

Jaime Vázquez

México.- El 20 de julio de 1923 el general Francisco Villa conducía su automóvil Dodge en Parral. Al grito de “¡Viva México, cabrones!”, pistoleros apostados en una casa, dispararon una “nube de balas” que acabó con la vida de tres escoltas y del Centauro del Norte.

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Se cumple un siglo del atentado que selló un capítulo de la Revolución Mexicana. La leyenda del Centauro del Norte anotó una fecha trágica.

José Doroteo Arango Arámbula, Pancho Villa, había escrito a sangre y fuego páginas de la revuelta, pero el popular personaje saltó con su caballo “Siete leguas” de las batallas en los campos a las pantallas. Villa siguió cabalgando en el cine.

Su fama ya había cruzado la frontera. En 1914, la Mutual Films de los Estados Unidos le ofreció un contrato. Resultado de este acuerdo, la película La vida del general Villa se estrenó en mayo de 1914 en el Lyric Theatre, en Broadway.

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Documentalistas mexicanos que siguieron el movimiento armado registraron imágenes de Villa, como las icónicas reuniones con Zapata, Eulalio Gutiérrez y José Vasconcelos en Palacio Nacional.

Emilio García Riera apunta: el español Francisco Elías “…en 1921 hizo (…) en Canutillo, un documental con Pancho Villa, Epopeya, prohibido –y quizá destruido- por las autoridades mexicanas”.

Wallace Beery estelriza ¡Viva Villa! (1934) de Jack Conway, en la que aparece también Fay Wray, que un año antes había conquistado el corazón de King Kong.

Fernando de Fuentes y Xavier Villaurrutia adaptan la novela de Rafael F. Muñoz ¡Vámonos con Pancho Villa!; Silvestre Revueltas le pone música y el resultado es una de las cumbres del cine mexicano. Domingo Soler es Villa, mesías cruel que todo lo puede, pragmático líder adorado por sus soldados.   

Chano Urueta dirige La cabeza de Pancho Villa (1957), un alucinado collage sobre la tumba profanada del caudillo, el jinete sin cabeza, el Ku Klux Klan a la mexicana y el tesoro de Moctezuma.

Pedro Armendáriz actúa en: Pancho Villa vuelve (1959) de Miguel Contreras Torres, y con Ismael Rodríguez en: Así era Pancho Villa (1957), Pancho Villa y la Adelita (1960) Pancho Villa y la Valentina (1958) y Cuando ¡Viva Villa! es la muerte (1960).

Fernando Fernández, el “crooner de México”, lo encarna en El correo del norte y en La máscara de la muerte (1960) de Zacarías Gómez Urquiza.

Una versión norteamericana: Villa cabalga (1968), con Yul Brynner como el Centauro y Charles Bronson como el sanguinario Rodolfo Fierro.

David Reynoso es Villa en Emiliano Zapata (1970), de Felipe Cazals. El escritor chiapaneco Eraclio Zepeda le da vida en Reed, México insurgente (1970), de Paul Leduc. Zepeda vuelve en Campanas rojas (1981), superproducción a cargo del soviético Serguéi Bondárchuk.   

Dirigido por Mario Hernández, Antonio Aguilar estelariza La muerte de Pancho Villa (1973), en la que se recrea la emboscada final. Hernández repite con Aguilar la fórmula en 1992 en La sangre de un valiente, sobre un guion de Ricardo Garibay: la “expedición punitiva” de Pershing para capturar a Villa. Otra versión es Chicogrande (2010) de Felipe Cazals, con Alejandro Calva como el general de la División del Norte.   

Ludwik Margules toma la cámara en 1980 y filma la puesta en escena que José Caballero hace de La madrugada, pieza de Juan Tovar sobre la muerte del caudillo.

Entre Pancho Villa y una mujer desnuda (1995) lleva al cine la pieza de Sabina Berman, con Jesús Ochoa como Villa.

Enrique Krauze escribe: “El carro dobla la esquina y en ese instante se escucha una cerrada descarga (…) disparan sobre los ocupantes del Dodge, que luego se desvía y va a chocar contra un árbol (...) Se le sepultó al día siguiente. En muchas partes de México el pueblo lo lloró porque veía en aquella vida una metáfora de la suya propia”.

Mito, leyenda, héroe popular, bandido, revolucionario, cruel, generoso, Villa es polémico fruto de la historia que, un siglo después del atentado, sigue cabalgando.   

Jaime Vázquez, promotor cultural por más de 40 años. Estudió Filosofía en la UNAM. Fue docente en el Centro de Capacitación Cinematográfica. Ha publicado cuento, crónica, reportaje, entrevista y crítica. Colaborador del sitio digital zonaoctaviopaz.

@vazquezgjaime