Reportaje | "El teatro en Michoacán, vivito y coleando"

Pese a las barreras, actores, directores, profesores y profesoras, así como funcionarios del ambiente escénico ven con optimismo el desarrollo del arte escénico

Víctor E. Rodríguez Méndez, colaborador

Morelia, Michoacán.- El teatro en Michoacán en la actualidad está sano y goza de cabal salud, según comparten algunos actores, directores, profesores y profesoras, así como funcionarios del ambiente escénico. Entre ellos y ellas se resalta un claro optimismo, pese a que la pandemia dio un golpe seco a muchos proyectos de trabajo y a que nunca faltan las dificultades financieras o de otra índole.

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De acuerdo con las declaraciones de José Luis Rodríguez, Fernando Ortiz, Alfredo Durán, Claudia Fragoso y Juan Velasco, se palpa un sentir generalizado de que con todo y algunas dificultades en estos momentos hay mucha gente trabajando en lo individual o en grupos y que hay, sobre todo, un buen número de producciones de diversos estilos y formas en otros tantos espacios oficiales o independientes. Hay, pues, un movimiento que hace que el teatro esté vivito y coleando desde una ciudad como Morelia —y otras en el interior del estado— y que, además, gratamente tiene público para todo tipo de teatro.

“El teatro local está saludable”, señala de inicio José Luis Rodríguez Ávalos, considerado uno de los decanos del arte escénico estatal. “Está saludable en el sentido de que se están buscando novedades, se están buscando obras que tratan sobre la realidad cotidiana, lo cual es muy bueno”. El también promotor artístico añade que lo más interesante de hablar del teatro en Michoacán en estos días es saber que “cada vez hay más grupos, y resulta curioso ver cómo nacen y desaparecen muchos, e incluso hay algunos que son muy porfiados y tienen 20 o 30 años haciendo teatro y buscando opciones”.

Agrega José Luis otro punto de interés: “Me llama mucho la atención que hay grupos que están desarrollándose no precisamente como grupos teatrales, sino como grupos culturales en los que también hacen música y literatura. En los 113 municipios hay teatro, pero la mayoría de esos grupos están desatendidos, ahí sí se requiere la ayuda de la autoridad, que por desgracia es indiferente a este quehacer, y por eso muchos grupos se mueren”.

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Fernando Ortiz, dramaturgo y director, coincide en que el teatro en Michoacán está muy sano y muy vivo. Hay un movimiento muy interesante, apunta, no nada más en Morelia sino en Uruapan, Zitácuaro, Lázaro Cárdenas y Pátzcuaro, entre otras localidades. “Hay incluso una presencia importante a nivel nacional, porque somos uno de los estados que produce más teatro”.

El actual jefe del Departamento de Teatro de la Secretaría de Cultura de Michoacán (SECUM) indica que actualmente se lleva a cabo un registro institucional de los grupos de Michoacán, entendiendo —dice— que “el teatro es como los grupos musicales: aparecen y desaparecen muy rápidamente, pero hay mucha gente haciendo teatro, sobre todo en los foros independientes como La Ceiba, Foro 4, El Foro, Foro Eco, La Casona del Teatro, El Corral de la Comedia y varios más”.

Para Fernando, la dinámica del teatro local está marcada por la corriente de grupos universitarios y egresados de la Facultad Popular de Bellas Artes. Al respecto, el actor y director Alfredo Durán resalta la labor de los egresados de la escuela de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo: “Han tenido muchísimo trabajo tanto a nivel local como nacional; algunos de ellos han salido a la Ciudad de México y muchos a otros países, mientras que algunos han estudiado maestrías o doctorados y han regresado y son la gente que ha estado trabajando en la escena local”.

Durán menciona que junto con La Mueca, Fernando Ortiz, Roberto Briceño, Arnulfo Martínez y Sergio Camacho, entre otras personas de escena, “propusimos desde hace varias décadas nuevas formas para hacer teatro en Morelia”. Y, con otras figuras como Chela Morales, Francisco Bautista y José Manuel Álvarez, dice, “sentamos las bases para darle una vuelta de tuerca y propiciar la evolución del teatro desde Morelia, todos pusimos nuestro granito de arena para que el teatro que vemos ahora en Morelia sea un teatro renovado”.

Desde el punto de vista académico, Claudia Fragoso, profesora en el área de teatro en el CEDART “Miguel Bernal Jiménez” y en la licenciatura de teatro en la Facultad Popular de Bellas Artes, afirma que los dos centros educativos en los que colabora marcan la formación del teatro desde Morelia. “Me atrevo a decir que el 90 por ciento de las personas que hacen teatro —sobre todo en los foros independientes— están pautados por su formación en la Facultad Popular de Bellas Artes, sin negar que otros espacios han sido también un semillero de formación de chicos y jóvenes que incursionan en el teatro”.

Por tanto, agrega Claudia, el trabajo de formación teatral “es bueno y es lo que de alguna forma ha determinado el crecimiento del teatro”. Y no duda en decir que “la escuela determina, en un contexto social, la formación y la generación de creadores escénicos”. Señala también que los espacios institucionales e independientes han servido de un modo u otro como oportunidades de actualización y de trabajo continuo para el gremio teatral. “Yo creo que sí hay un impacto en el crecimiento de la actividad teatral, que ahora es diferente y lo único que ha provocado es una diversificación y una mayor cantidad de opciones”.

Por su parte, el actor, director e integrante de la agrupación Contrapeso Juan Velasco asegura que el movimiento teatral en Morelia está “muy activo”. Hay diversas personas y agrupaciones “que estamos tratando de desarrollar nuestras propuestas, independientemente de lo que hagan las instituciones”. Recalca que en los últimos años se ha generado “algo que nos faltaba: una profesionalización en las distintas áreas”.

También profesor en la licenciatura en teatro de la Facultad Popular de Bellas Artes, Juan Velasco abunda sobre la profesionalización:

“Hoy día tenemos personas claramente dedicadas a la dramaturgia, a la dirección, a la escenografía y tenemos, también, afortunadamente personas dedicadas a la producción y a la gestión, que era algo que nos faltaba mucho en Morelia y en Michoacán en general”.

De esta manera, dice, ha sido posible que el movimiento teatral se pueda sostener porque “se bajan becas y recursos, y también se consiguen patrocinios para hacer temporadas, lo cual me parece uno de los factores que ha permitido que el movimiento teatral de Morelia se vea fortalecido”.

Del público y los públicos

Docente también en la Facultad Popular de Bellas Artes, Alfredo Durán asegura que la pluralidad de las propuestas y de los grupos escénicos hace que el teatro michoacano siga subsistiendo, a lo que añade la pluralidad de públicos. “Mientras haya más formas de hacer teatro en cualquier localidad, el teatro seguirá existiendo”, dice. En ese sentido, Fernando Ortiz afirma que en la ciudad de Morelia hay un fenómeno interesante: “Pareciera que no hay nada, pero hay demasiadas cosas y tienes público para todo. Habemos muchos con mucha diversidad de temas y de estilos de hacer teatro y hay grupos muy sólidos”.

A José Luis Rodríguez le parece alentador que en Morelia casi diario haya presentaciones teatrales en todos los espacios. “Yo tengo mucha esperanza de que esto vaya a mejorar, porque quienes están haciendo teatro en los espacios independientes están buscando cómo vincularse y eso para mí es muy saludable”.

Claudia Fragoso señala: “Hay mucho teatro y hay espacios teatrales, incluso en restaurantes o bares donde hay representaciones teatrales, aunque también es real que no hay público o, al menos, hay poca presencia”. Con todo y ello, para la profesora e investigadora el teatro en Michoacán está en un franco proceso de reactivación y renovación y, más importante aún, de autoafirmación, lo cual es “es un fenómeno que puede ser muy interesante en este momento”.

Para Juan Velasco, coordinador también del Foro Eco, el asunto es claro: sí hay público para el teatro. “Uno de los elementos más interesantes que nos ha pasado en los últimos años es que, como cada vez somos más foros y somos más proyectos, el público se tiene que repartir. Pienso, incluso, que se está creando un nuevo público, por lo que tenemos que mantenernos para que ese público siga asistiendo a las puestas en escena y podernos consolidar”.

La parte institucional

La parte institucional, dice Fernando Ortiz, juega sólo un papel “y no es el de ser una rectoría, no es quien resuelve y quien propone la directriz del movimiento teatral”. Sin embargo, el también docente y actor asegura que la SECUM busca generar una actividad importante con la Muestra Estatal de Teatro, la temporada de Don Juan Tenorio y el Festival de Monólogos. Hasta este momento, añade, la institución “sigue generando ese elemento que reúne lo nuevo que se está produciendo en el estado, por lo que el ejercicio de de vinculación del trabajo artístico con la sociedad que realiza la secretaria tiene un cierto peso”.

José Luis Rodríguez habla de la importancia del trabajo de vinculación de la gente de teatro con el propio gremio, para así romper los cercos que dificultan su quehacer artístico. “Es necesario desmoronar las fronteras. Ese camino es en el que vamos, porque así nos conviene y así lo entendemos dado que el teatro siempre es colectivo”.

Al respecto, para Alfredo Durán los apoyos institucionales “siempre han sido buenos”, aunque también cree que “no son fundamentales para el crecimiento de una compañía o de un actor, director o una actriz”. Últimamente, apunta, hay menos dinero para hacer teatro, “pero también hay muchísima más gente haciendo teatro”. Por tanto, para Alfredo Durán el futuro del teatro en todos lados no depende de esos apoyos: “Me parece que la independencia económica de los grupos debe tener ese sentido de vida”.

Juan Velasco cree que los apoyos institucionales han sido importantes, pero más para el desarrollo de algunas personas en específico. Casos hay muchos, puntualiza, pero “no alcanzo a ver que desde la institución haya una política pública clara de desarrollo para el teatro, ni para nada en general en términos de cultura, más bien estas personas han sabido aprovechar ciertos huecos para conseguir becas y con ello desarrollar sus proyectos que han permitido a la vez el desarrollo de otro tipo de posibilidades”.