Tardes de Lluvia para leer

“Bruscamente la tarde se ha aclarado porque ya cae la lluvia minuciosa. Cae o cayó. La lluvia es una cosa que sin duda sucede en el pasado” (La lluvia, Borges, Poesía completa)

Mara Rahab Bautista López

Los días de lluvia son y han sido una imagen muy relacionada con la lectura, más allá del lugar común y cursi al que nos invitan, la verdad es que a las y los lectores los días de lluvia sí intensifican nuestras ganas de abandonar toda responsabilidad y quedarnos a leer en nuestro espacio favorito, hay algo especial en la acción de leer en compañía de la lluvia y sobre la lluvia, un tema muy frecuente en la literatura.

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Hay obras completas y muchos fragmentos en que la lluvia se convierte en elemento esencial. El trabajo de la lluvia en la literatura me parece que merece un estudio especial, ¿en qué momento comienza a llover? ¿terminará de llover? ¿qué tan intensa será la lluvia? ¿serán gotas gordas o una fina lluvia? ¿dónde llueve, en la ciudad, el campo, en la selva, el bosque…? Y así una infinidad de cuestiones que para mí que no escribo no me son relevantes, pero que aseguro son las que me entregan al disfrute para que la lluvia me traslade, me sofoque.

 “La lluvia es un tipo de luz”, así se titula una antología de cuento universitario de la UNL, cuando leí ese título, pensé que claro, la lluvia es luz, pinta las imágenes literarias y pensando eso entonces se pueden responder mis anteriores preguntas.

La literatura es el lugar donde el agua deja de serlo y se convierte en una metáfora purificadora, catártica que lava, limpia o reluce las miserias humanas del pasado y el presente. La lluvia mientras se lee, cuando se termina de leer, en la lectura siempre bienvenida.

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Estas son nuestras recomendaciones para disfrutar de la lluvia interna, externa o imaginaria:

  • Minino y la lluvia de Martí Meritxell, Combel.

Un libro de cartoné con pestañas para que les peques disfruten de la lectura, la lluvia imaginaria y el juego.

A partir de los 2 años

  • La gota de lluvia que tenía miedo de Jordi Sierra i Fabra, SM

Invita a niñas y niños a imaginar una gota no quiere desprenderse de su nube, si eso se permitiera, ninguna querría saltar y con ello la sequía sería permanente y la vida en la Tierra desaparecería; de ahí la importancia de que todas las gotas salten y del empeño de la nube en que así sea.

A partir de 6 años.

  • Recetas de lluvia y azúcar, Eva Manzano y Mónica Gutiérrez Serna, Thule.

Libros que proponen diálogos sobre las emociones y no define las emociones, las explora desde el juego y la poesía; por ejemplo, la templanza es un arbusto cubierto de pelo, pequeño, pero bien enraizado. Para obtener un poco de sus benéficos efectos deberás, entre otras cosas, «observar cosas minúsculas, como el viaje de una pestaña» y «buscar raíces de meteoritos, extraer la pulpa y dejarla cocer».

A partir de 6 años

  • Un gran día de nada de Beatrice Alemagna, Combel.

Un pequeño se pasa los días jugando con su videojuego en una casa de campo hasta que, por accidente, tiene que salir en un lluvioso día y se adentra en el bosque para descubrir la belleza de la naturaleza y del mundo que lo rodea.

Se incluyó entre los diez mejores libros ilustrados de 2017 según The New York Times.

A partir de 6 años

  • Ella trae la lluvia de Martha Riva Palacio Obón, El Naranjo Ediciones.

Es una historia sobre una voz perdida, una bruja de cabello azul que cree saberlo todo y cómo seguir nadando en medio de la sequía.

A partir de 12 años

  • El gato al que le gustaba la lluvia de Henning Mankell, Siruela.

Una inteligente novela infantil galardonada en 1991 con el premio Nils Holgersson. Con sentimiento y fuerza, esta novela narra las profundas cuestiones de la vida, como la libertad, la nostalgia o el amor.

A partir de 12 años

  • Después de la cita, Juan García Ponce, ERA.

El primer cuento de este autor yucateco, en el que la lluvia enmarca un escenario ya de por si triste, nostálgico.

Recomendamos mucho esta lectura.

  • Conferencia sobre la lluvia, de Juan Villoro

Este libro contiene la charla con el mismo nombre, sobre la relación entre la lluvia y la poesía amorosa. En el vértigo de la improvisación, el protagonista habla de sí mismo pero no abandona su propósito original. Singularmente, el agua está presente en cada línea de su desolación convirtiendo su tristeza en un chubasco de emociones.

  • La lluvia de verano, de Marguerite Duras, El cuenco de plata, editorial.

En esta novela, se reconocen los temas recurrentes de la obra de Marguerite Duras, como son la infancia, la soledad, el amor, el dolor, la desesperanza.

  • Lluvia roja de Cees Nooteboom. Siruela

Este libro es un mosaico de historias y recuerdos que transcurren en la casa de Menorca en la que el autor, pasa varios meses cada verano desde hace cuarenta años. En ella encuentra paz y tranquilidad en el jardín, entre árboles, piedras y animales, sin olvidar a una gata que se ha convertido en un habitante más de la misma. Uno de los aspectos más curiosos de hacerse mayor, escribe, es que los tiempos en los que todo era enormemente importante y tenía grandes consecuencias se han quedado, por fortuna, atrás. 

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