Tejer palabras con colores: los textos de Nektli Rojas

Con las niñas que fuimos y somos.

Fotos: Cortesía de la autora

Adriana Sáenz Valadez

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En este espacio dedicado a las ficciones trazadas por mujeres, quiero comentar la obra de la cuentista, poeta, ilustradora, académica y editora avecindada en Morelia, Nektli Rojas. Presentar los colores, hilos y bordados que sus textos me han regalado. Sus palabras son libres, a veces arrojadas con ternura; otras, con furia, o con la fuerza grávida que brinda alas a los infantes. Su escritura es soberana, profundamente docta, ilustrada y divertida.

Mujer de muchos talentos, se brinda al arte y desde ese encuentro renace. Sus textos resuenan, alertan a las injusticias y a las emociones. Lugares oníricos donde las voces de enunciación y lírica se bordan desde el telar de las historias. Relatos que necesitan ser vertidos para exhalar libertad.

Les presento varios de sus textos, sin orden de producción o intención académica. Sólo comparto mi emoción, mi mirada, que se refleja en algunas de sus obras. Fragmentos para sentarnos en un espacio del pensar a abrazar las palabras y el goce de encontrarnos mirado las imágenes, el adentro y el afuera de nosotros, de los sonidos, de los deseos.

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Foto: Cortesía de la autora
… Yo acepto tu sangre/ tus ronroneos en la noche sozinha
tus silencios y misterios/ tus incapacidades
tus pelos por todos lados, en mi toalla/ en mi ropa negra para vestirme de bestia
en mi vaso, en mi teclado/ tus decisiones y tus escondites inverosímiles
tu vida, tu muerte/ no puedo con tu desaparición mon pot’
mi hermanito mi protector

“Miau” [1] es un sahumerio que honra el encuentro con el animal que se refleja en el lago y desde su mirada felina percibe los gozos. El reconocimiento a la compañía, a “la forma del alma” (Rojas, 15) que conlleva la amistad con aquel que contiene y abarca un “corazón de gato”. Amiga de los gatos, reconoce en ellos el encuentro amoroso, animal, sin especies, sin opresiones. Lluvia de afecto que perfuma los abrazos, la compañía, la amistad entre seres.

El cuento “Úrsula”[1] demarca lugares oscuros y afectivos. Desde esta aparente antinomia y en diálogo con Aura, una niña nos platica. Sin sobresaltos, nos sorprendemos. Sin magia, lo extraño se muestra regular. Pocos datos nos ubican en una casa. Ese marco narrativo lo coloreamos con nuestros recuerdos y, en ello, nos sorprendemos con el final. Relato de una cosmovisión que vincula varios mundos. Espacios de opalescencia que alisan con cal, yeso y rutina. “Y yo me quedé ahí, a oscuras, oyendo todo el ruido que salía del cuarto de Úrsula. Y estaba yo ahí todavía, con los ojos abiertos y llena de inmovilidad, cuando llegaron mis padres.” (Rojas, 2003, 50)

Torque,[2] una estupenda ficción narrada desde la voz auto referenciada suma el hermanamiento de la cultura pop con la crítica feminista. Desde la mirada proyectada por una cascada de agua fluye la crítica a los privilegios, los preconceptos, los normas. El texto nos sorprende y nos cuestiona. Pone en relieve al silencio, ese pacto-espacio que expele significantes. La autora arguye las muchas posibilidades que contiene. ¿Sumisión? ¿Resistencia? “—Ah, qué bueno que no le hayas dicho nada, me dijo. Yo tampoco lo hubiera hecho. Eso fue todo. Siguió hablando de algo más pertinente: sus vivencias, las del Hombre. Otro traguito de sapo.” (Rojas, 2023)

No quiero dejar fuera la obra que anhelo sea leída por todas las niñas que fuimos y seremos. “Querida Tai” es un panegírico a las posibilidades de las palabras. A los sonidos que rugen y alientan. Homenaje a la genealogía de mujeres tormenta que iluminan los caminos. Una voz que anima a la existencia femenina.

Nosotras somos trabajadoras de las lenguas, curiosas del sonido que flota en el aire de boca a oído, de interior a interior de las personas; asombradas ante el continuum que se desmenuza en palabras y pedacitos de palabras, ante las costumbres sorprendentes de la enunciación. (2022, 313).[3]

Muchas son sus ficciones. Los caracteres que cuentan cada texto son vía para la expresión y, a la vez, me turban. Acortaré los sonidos para dejar camino a las opalescencias, para que, sembradas de recuerdos, florezcan en aromas interpretativos.


.[1] Poema publicado en: Furia. Poemas gráficos. Morelia: Edo. De Michoacán/ Secretaría de Cultura de Michoacán.

[1] Rojas, Nektli. (2003). Cenizas y otros cuentos. Morelia: Jitanjáfora. Colección literatura.

[2] Cuento publicado en el periódico cultura digital Regla de tres.

[3] Sáenz, Adriana y Rueda, Rebeca. (Coordinadoras).  (2022). Querida Tai en Las nicolaitas cuentan. Morelia: UMSNH/CONACYT/SILLA VACÍA



Adriana Sáenz es doctora en Humanidades, trabaja en la Facultad de Filosofía de la UMSNH y usa toda trinchera para desestabilizar las opresiones: desde la academia, la calle, el pensamiento, el amor, la escritura, la irreverencia.
Créditos de las imágenes: Portada escaneada del poema Los niños cuervo. Portada del libro Las nicolaitas cuentan. https://canterahoy.com/