Trueque purépecha: desde tortillas y huevos hasta muebles de madera; tradición que revive

La conciencia sobre esta práctica se está extendiendo, y nuevas oportunidades de encuentro están surgiendo en las Plazas Gemelas de La Estación, en Pátzcuaro, a partir de mayo

FOTOS: PABLO AGUINACO

Erandi Avalos / La Voz de Michoacán

Michoacán. -El origen de toda actividad económica es el trueque. Trocar es el intercambio directo libre, consensuado e informado de un bien o servicio por otro, pero además implica el fortalecimiento de las relaciones sociales, confianza, negociación honesta y acuerdos que consideran las necesidades específicas de ambos participantes. Existe una gran diversidad de grupos de trueque y cada uno define las normas bajo las que opera. A estos grupos se les llama “nodos” y funcionan de manera física y virtual y a nivel local, regional, nacional e internacional. En México desde la época prehispánica se ha practicado ininterrumpidamente el trueque en diversas modalidades y lugares.

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En la región P´urépecha se realiza el Tianguis P´urhépecha Mojtakuntani: Intercambiemos como hermanos, que fundó en 1992 el párroco Gilberto Lucas Juárez en comunidad indígena de Cuanajo. Ahora, bajo la coordinación del maestro carpintero José Lucas Juárez, mes con mes se reúnen en una comunidad diferente de la meseta y la ribera del lago. Más de diez pueblos participan de esta actividad que concentra una propuesta de comercio no monetario, en la cual el dinero es un complemento y no la única vía para obtener lo que necesitamos. Este tianguis de trueque cobra cada vez mayor fuerza, siendo ya un referente a nivel nacional e internacional entre académicos interesados en el tema. Otro nodo p´urhépecha muy consolidado se encuentra los martes y viernes por la mañana a un costado de “El Santuario” en el centro de Pátzcuaro.

FOTOS: PABLO AGUINACO

En ambos nodos encontramos productos del huerto familiar o ekuaro: hortalizas y frutas de temporada cuyo excedente se transformará en algo que no se tiene y que otro ofrece. El maíz, lentejas y habas son básicos y se intercambian fácilmente. Las deliciosas tortillas a mano, calabaza en tacha, huevo orgánico, pescado y pan de rancho hacen agua la boca de los participantes y en época de lluvias los hongos y quelites recién cortados son garantía de intercambio. Artesanías como textiles bordados, fajas de telar de cintura, muebles y artículos de madera, alfarería, cestería de chuspata, artículos de cobre; intercambiados por los pueblos desde la época prehispánica, siendo reforzado este sistema por Vasco de Quiroga durante la colonia. No pueden faltar las plantas: aromáticas como el romero, lavanda, hoja santa y albahaca; ornamentales como todo tipo de suculentas y flores y también árboles frutales.

Los mestizos –por lo general más pobres en conocimientos agropecuarios y sin soberanía alimentaria– llevamos artículos de segunda mano en buen estado como ropa, juguetes o despensa. Eso no quita valor a los trueques mestizos, todo lo contrario ya que desde lo que somos buscamos opciones no hegemónicas para compartir y obtener, como ocurre en “La Truequería”, iniciativa ciudadana iniciada por Elisa Santos, Marc Georges Klein y Ayme Ramos en el 2018, que comenzó como un espacio de intercambio de plantas y saberes y poco a poco creció hasta crear un nodo de más de cien personas con artículos de todo tipo. Sobra decir que el impacto positivo que el trueque significa en el medio ambiente es mayúsculo. Extender el ciclo de vida útil de cualquier producto ayuda a evitar el consumismo y crea conciencia sobre el uso indiscriminado de materias primas y la integración comunitaria. También tiene lugar el trueque en la Feria Alternativa, cada primer domingo del mes en el muelle de Uranden de Morelos. Estos nodos, cada uno con su sistema propio, tendrán a partir de mayo un nuevo espacio de encuentro abierto a todos en las Plazas Gemelas de La Estación, en Pátzcuaro.

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La revolución que viene –que ya comenzó– es imparable y su arma más poderosa es invisible, al alcance de todos y de acción inmediata: la conciencia. El trueque es una de sus manifestaciones porque fortalece el nuevo sistema y nos conecta con nuestros semejantes en un bien común y apoyo mutuo. Pónganlo en práctica desde sus ámbitos y verán mejoras en el medio ambiente, en su bolsillo y en su corazón.

Erandi Avalos, historiadora del arte y curadora independiente con un enfoque glocal e inclusivo. Es miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte Sección México y curadora de la iniciativa holandesa-mexicana “La Pureza del Arte”. erandiavalos.curadora@gmail.com