La lucha para que la literatura purépecha no muera

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

Foto: Tomada de Internet. Los pueblos indígenas tendrán protegidos sus saberes.

Yazmin Espinoza/ La Voz de Michoacán

 

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Morelia, Michoacán. “Cuando muere una lengua entonces se cierra a todos los pueblos del mundo una ventana, una puerta,un asomarse de modo distinto a cuanto es ser y vida en la tierra”, reza una estrofa del poema de Miguel León Portilla.

De acuerdo con el Instituto de Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en Michoacán hay más de 600 comunidades indígenas en las que se hablan cuatro idiomas; el purépecha, cuyos hablantes aún conservan la lengua en un 80 por ciento, sobre todo en la Meseta; el náhuatl de la Costa que perdura en menos de un 70 por ciento; el mazahua, con un 60 por ciento; el otomí, también con un 60 por ciento de sus hablantes.

Cabe destacar que en la última década se ha perdido el 70 por ciento de las lenguas indígenas en el estado, por lo que en la región en Huetamo prácticamente ha desaparecido el matazintla, quinta lengua que se hablaba en Michoacán.

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Y si estas son las cifras de hablantes, ¿qué podemos esperar de las referentes a la lectura y creación de literatura en lenguas originarias?

Rubí Tsanda Huerta, mujer purépecha y profesora del Departamento de Idiomas de la Universidad Michoacán de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), es una de las pocas plumas en esta lengua que permanecen y cada día lucha porque esta no muera.

“Si de por si en México no tenemos la cultura de leer, menos en lenguas indígenas (…) Somos como unos 10 los que estamos escribiendo y hemos publicado, hay más gente escribiendo pero están tímidos”, compartió.

 

 

Unen sus voces

De acuerdo con la escritora purépecha Rubí Tsanda Huerta en los años 90 en Michoacán surgieron varios programas de la literatura en lenguas indígenas por lo que se generó un semillero de escritores que, luego de que las instituciones dejaron de dar apoyos, continuaron con talleres y encuentros en sus comunidades, sin embargo, ya son pocos los que aún permanece activos.

Se publicaron cuentos, pirekuas, poesía, pero todo de varios autores, como antologías , las publicaban con Culturas Populares o Gobierno del Estado (…) el peligro de publicar con instituciones es que muchas veces se quedan ahí, no se difunden y se quedan en el archivo”.

Explicó que al ser profesora de purépecha en la UMSNH, son varios los textos y títulos que comparte con sus alumnos, sin embargo, es muy difícil encontrarlos.

Para más información consulte la educación impresa del 24 de julio.