Los migrantes no son un número, son personas; adolescentes cuentan sus “Relatos indocumentados”

Con la premisa de que todos vivimos bajo el mismo cielo, así nació este libro que relata historias breves de 15 alumnos de la Secundaria Técnica 114 de Atapaneo.

Jessica Chávez / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. A través de cuentos cortos, 15 alumnos de la Secundaria Técnica 114 de Atapaneo ayudan a ver el lado humano de la migración, a crear conciencia de que todos vivimos bajo el mismo cielo; es así que nació “Relatos indocumentados”, una recopilación de historias que, de una manera u otra, nos harán sentir identificados.

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Natali Robles Cira y Luis Pablo Pedraza Piñón, profesores de español en esta secundaria, iniciaron el proyecto desde hace dos años como una forma de reflejar lo que viven miles de familias en un estado binacional como lo es Michoacán, de demostrar que los migrantes son más que cifras, que tienen una cara y la manera en la que esta “disfunción familiar” influye en la formación educativa y social de los alumnos.

En un marco en el que este fenómeno a veces pareciera muy lejano, “el proyecto intenta también fomentar la lectura y la escritura, la expresión, recuperar estas historias orales que habitan en los pueblos, no sólo en Atapaneo, sino en todo el mundo, a través de ciertas herramientas como la oralidad y la literatura”, comentó Natalí Robles, una de las coordinadoras del proyecto.

“Apropiarse” de los textos

Parte importante también de este libro es la participación de otros 15 alumnos que ayudaron a ilustrar cada uno de los relatos, “el primer paso fue convocar, ya que teníamos la organización de los textos, a los estudiantes que tuvieran un gusto por el dibujo; platicado con ellos se les plantea el proyecto, y desde el primer momento se emocionaron, se entusiasmaron; hubo un pequeño curso para revisar algunas estrategias de ilustración, vieron libros ilustrados que les dieran alguna idea de lo que íbamos a plantear”, detalló por su parte el profesor Luis Pablo Pedraza.

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De esta manera los jóvenes vistieron visualmente cada historia, apropiándose de los textos; la mayoría de los michoacanos tiene gente allá en Estados Unidos, “es una historia común, no es una historia contada en un pueblo en particular, Atapaneo es como cualquier otro pueblo de Latinoamérica”, aseguró.

Es entonces que “Relatos indocumentados” da cuenta de las tres fases de las que consta este proceso de migración. Primero, ese momento en donde hay ilusiones por ir al otro lado, a Estados Unidos, por ir a alcanzar este sueño; después, ese camino que sus familiares han recorrido, que han narrado cómo es de difícil y peligroso, luego el estar allá, buscando una oportunidad que es difícil, algunos la consiguen y otros no; finalmente, ese regreso, que a veces es un regreso obligado, y a veces es un regreso también exitoso, con alguna forma más fácil de ir y regresar.

Aquí se narra la historia del migrante, padre de familia que se va, que batalla para cruzar, porque es todo un viacrucis; narra casos de éxito como que el que va, el que construye su casa; pero también habla de aquellos que se enfrentan con adversidades tan fuertes, la desigualdad ante derechos, en donde inclusive siendo un trabajador en Estados Unidos, sufre un accidente y muchas veces por su condición migratoria no puede o tiene temor de ir a una atención médica primaria.

“Nos encontramos todo ese discurso, y al dar con esta narrativa vimos que podría ser una buena idea que fuera un libro álbum desplegable, es de esa manera que se consigue ese efecto donde las historias se van formando en una línea narrativa que engloba todo un concepto, no es nada más la ilustración por sí sola; sino, es decir, desde la portada hasta la contraportada engloba todo un concepto de imagen y narrativo que queremos proyectar con estos relatos indocumentados”, compartió el también coordinador de la obra.

Por su parte el secretario de Cultura, Claudio Méndez, reconoció, durante la presentación del libro, la labor de estos profesores como formadores de seres humanos, el que tengan la sensibilidad en el aula no solamente de formar, de crear, sino también de acercarse y conocer el entorno de sus estudiantes, “uno no sabe lo que es vivir sin ver a su papá cinco o  seis años, o que en otro de los casos, en donde no tengan los documentos que le permita regresar a México para volverse a regresar a trabajar a Estados Unidos, pasan 10 -15 años”.

Humanizar la migración

Lo más común cuando se habla de migrantes es siempre por el lado de las cifras, “la cantidad de remesas supera el presupuesto, igualan los presupuestos estatales, superan por mucho los presupuestos estatales. El número de muertes, el número de deportados…”, sin embargo, aseguró el secretario de cultura, este tipo de ensayos, de ediciones, permiten humanizar el fenómeno migratorio, le dan una cara al migrante que se va, a la esposa que espera a su esposo, a los hijos que añoran a su padre; “esto una de las grandes paradojas del fenómeno migratorio, en donde un miembro de la familia se va para que el resto de la familia viva de una mejor manera, pero estamos seguros de que si no se fuera estaría mejor, porque la familia estaría junta y, sobre todo, contaríamos con que la migración no fuera una necesidad imperiosa, sino que tu futuro esté aquí, con tu familia”.

Esta recopilación de “Relatos indocumentados” formará parte de los proyectos que realiza la dependencia estatal para promover la lectura, se va a incluir en las dotaciones de libros que se donan a los municipios y en el programa “Un libro para leer, un libro para llevar”, donde la dependencia  se apropia, literalmente, de las plazas públicas,  instala libros y la gente que va pasando los toma, los lee, si le gusta alguno se apunta y se lo lleva, y lo único que se les pide a cambio es que lo lean y que manden una reseña.