Michel de Montaigne, responsable de introducir el ensayo a la literatura

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Foto: Tomada de Periódico Enfoque. El escritor, humanista, filósofo y moralista francés Michel de Montaigne , introdujo el ensayo a la literatura, con un par de autorretratos y apreciaciones de su entorno.

Notimex / La Voz de Michoacán

Ciudad de México. El escritor, humanista, filósofo y moralista francés Michel de Montaigne, nacido el 28 de febrero de 1533 en el Cháteau de Montaigne, cerca de Libourne, Francia, introdujo el ensayo a la literatura, con un par de autorretratos y apreciaciones de su entorno, al tiempo que despreciaba el dogmatismo y buscaba el sentido de las costumbres.

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En el sitio Etudes litteraires se informó que su padre lo encaminó hacia las humanidades y el latín, y cuando tenía seis años entró al colegio de Guyenne.

La cadena de eventos que llevaron a De Montaigne a ser ensayista están relacionados con la amistad íntima que sostuvo con un brillante compañero magistrado, Etienne de la Boétie.

Su carácter comunicativo le permitió escribirle constantemente a Etienne sobre tópicos variados; sin embargo, esa práctica no duró mucho, porque en el mismo año que se conocieron, De la Boétie murió de disentería.

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Michel sintió la pérdida de manera extrema y se encontró sin interlocutor para manifestar sus ideas, lo que lo orilló a escribir para sí mismo, y esto dio origen al ensayo como género literario.

Su primera empresa literaria fue una traducción publicada en 1569 de la “Theologia naturalis”, del teólogo español Raimundo de Sabunde.

En 1571 heredó las propiedades de su familia, entre las que figuraba el Cháteau de Montaigne, donde pasó el resto de su vida entregado a las actividades propias de un hacendado, estudiando a los autores clásicos y escribiendo lo que constituye su gran colección “Ensayos”.

De acuerdo con Cervantes virtual, posteriormente apareció la siguiente declaración de Montaigne dirigida al lector de su obra, que fue escrita el 12 de junio de 1580.

Si mi objetivo hubiera sido buscar el favor del mundo, habría echado mano de adornos prestados; pero no, quiero sólo mostrarme en mi manera de ser sencilla, natural y ordinaria, sin estudio ni artificio, porque soy yo mismo a quien pinto”.

Tiempo después viajó a Alemania, Italia y Suiza. A su regreso fue alcalde de Burdeos (1581-1585) y escribió un tercer tomo, que se incluyó en la quinta edición de sus “Ensayos”, en 1588.

Los últimos años de su vida los pasó recluido en su propiedad, excepto cuando realizó el viaje ocasional a París.

Una de las obras que escribió, además de sus “Ensayos”, es un relato de sus viajes, publicado en 1774.

Como pensador, Montaigne destacó por su análisis de las instituciones, opiniones y costumbres, así como por su oposición a cualquier forma de dogmatismo carente de una base racional.

Montaigne observaba la vida con escepticismo filosófico y puso de relieve las contradicciones inherentes a la conducta humana. Sin embargo, su moral revelaba las actitudes propias de un humanista que rechazaba la esclavitud de las pasiones y los deseos.

El más extenso de sus ensayos, “Apología de Raimundo de Sabunde”, es un estudio de la capacidad racional y las aspiraciones religiosas del ser humano.

A su muerte, ocurrida el 13 de septiembre de 1592, tanto su esposa como su familia iniciaron relaciones amistosas con Marie de Gournay, quien se dedicó a publicar la obra literaria del escritor.