Museo Picasso de Barcelona dedica una muestra a la hermana pequeña del pintor

Nacida en la casa de Málaga, el 28 de diciembre de 1884, inició estudios en la ciudad andaluza, pero en 1891 la familia partió hacia A Coruña, donde no consta que estudiara en ningún colegio, aunque sí recibió clases en casa de solfeo.

Foto: EFE

EFE / La Voz de Michoacán

Barcelona. Hija, hermana, madre y abuela de pintores, Lola Ruiz Picasso, hermana pequeña de Pablo Ruiz Picasso, principal modelo femenina del artista en sus inicios y, posteriormente, custodia y "guardiana del tesoro familiar", es la protagonista absoluta de la nueva exposición del Museo Picasso de Barcelona.

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Abierta al público a partir de mañana viernes, la muestra sirve de colofón a las conmemoraciones con motivo del cincuenta aniversario de la constitución del Museo Picasso en la ciudad condal, y exhibe desde su partida de nacimiento, al primer dibujo que hizo de ella su hermano, el día 1 de diciembre de 1894, diez cuadros suyos, así como correspondencia inédita y fotografías nunca antes mostradas.

El director de la institución, Emmanuel Guigon, cocomisario junto a Malén Gual, ha resaltado este jueves en rueda de prensa que Lola fue "la guardiana de las obras de Picasso", puesto que cuando este partió a París dejó cuadros, dibujos y cuadernos en Barcelona, que primero custodió su madre, doña María, y luego, fue ella quien lo hizo hasta su muerte en el año 1958.

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Gual ha comentado la anécdota de que una vez, en el edificio en el que residían en el número 48 del Paseo de Gràcia, corrió la voz de que había un incendio y ella empezó a gritar, "los cuadros, los cuadros", mientras uno de sus siete hijos -estaba casada con el doctor Juan Bautista Vilató Gómez- chillaba, a la vez: "¿Y nosotros, qué?".

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Para la comisaria, este hecho, y otros que se saben de ella, son la constatación "del amor tan grande que sentía por su hermano y por su obra", lo que puede confirmarse, asimismo, gracias a dos fotografías que se incluyen de ambos, siendo muy niños, una de ellas, con Lola colocando su mano encima del muslo de él, y en la otra mirándole embelesada, mientras el niño fija su retina en el retratista.

Nacida en la casa de Málaga, el 28 de diciembre de 1884, inició estudios en la ciudad andaluza, pero en 1891 la familia partió hacia A Coruña, donde no consta que estudiara en ningún colegio, aunque sí recibió clases en casa de solfeo.

Unos meses después de morir la hermana pequeña, Conchita, el 13 de septiembre de 1895 la familia se instaló en Barcelona, donde Pablo continuará utilizando a sus parientes más cercanos como sus principales modelos, resaltando el óleo "Primera Comunión", que también se expone en la sala, con Lola reclinada en el banco de la iglesia el día en el que recibió la eucaristía.

Malén Gual ha comentado que entre los años 1894 y 1901, Picasso realizó un total de 66 retratos de Lola, de los que 44 se conservan en el museo y de los que se exponen ahora 37.

No ha dejado pasar que, en algunos retratos, el pintor la hacía parecer mayor y su imagen le servía para experimentar, tanto en sus obras al óleo, como a la pluma, el pastel o la acuarela.

Ella, a la vez, se inició en la práctica artística entre los años 1896 y 1900, tal como da cuenta la exposición, con la selección de diez obras, pero, posiblemente, lo dejó cuando conoció a quien sería su marido.

Emmanuel Guigon y Malén Gual han coincidido en que el museo barcelonés no sería el que es actualmente sin la intervención de Lola Ruiz Picasso, quien, a la vez, fue el engarce entre la familia que estaba en Málaga y la que se desplazó hasta Barcelona, tal como se ve en las cartas conservadas.

Su nieto Xavier Vilató, en nombre de la familia, ha mostrado su alegría por esta exposición de homenaje y ha resaltado de la misma la correspondencia que se da a conocer y que debe permitir a los investigadores ahondar en la figura real de Picasso, porque las cartas son "la palabra, son la voz de la gente, lo más tangible que hay".

Gracias a las mismas, queda clara la continuada relación que tenía la familia, y se incluyen textos en los que el pintor habla de lo mucho que se ha gastado en telas y colores a su llegada a París, en 1901, y autorretratos suyos para que sus progenitores y hermana vieran cómo estaba físicamente.

Vilató, asimismo, ha aprovechado para anunciar que en los próximos meses la familia tiene previsto depositar en el museo "gran parte" de la correspondencia del pintor para su divulgación y estudio, además de textos de prensa para que el centro sea "fuente principal" de documentación de la figura de Pablo Picasso.

Otra de las imágenes que llaman la atención es una fotografía de 1934, de toda la familia Vilató-Ruiz con Picasso, en el paseo de Colón, en uno de los últimos encuentros que tuvieron ambos hermanos, salpicados por el exilio tras la Guerra Civil.

Por otra parte, el museo también inaugura mañana la exposición "Vilató. Dibujos del teléfono", un centenar de composiciones de su hijo Javier, también artista, del que este año se conmemora el centenario de su nacimiento y que aprovechaba para dibujar mientras hablaba por teléfono.