Ferrolis le llora a su creador: Pahko Moreno emprende su último viaje en ferrocarril

Durante más de 20 años trabajó para La Voz de Michoacán. Gran parte del arte que ilustró las noticias escritas, así como las infografías, nacieron en su mente y tuvo la capacidad y el talento para llevarlas al papel

Jorge Manzo/La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Pahko Moreno desde pequeño y hasta sus últimos días fue un verdadero genio del dibujo. Siempre destacó por ser intrépido y salirse de lo común. Hizo sus primeros trazos cuando estudiaba, y aunque su sueño era ser biólogo marino, hasta que llevó sus creaciones a cárteles de festivales, portadas de películas y a Ferrolis, la historieta que acompañó durante 10 años a miles de personas en La Voz de Michoacán, entendió el por qué la vida lo puso en el camino del diseño.

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Siempre logró llamar la atención. En todo lo que hacía era especial. Desde el kínder se dio cuenta de ese gran talento que la vida le había regalado. Su primer gran hazaña fue cuando lo nombraron maestro de ceremonias, recuerda su familia. Era muy bueno para captar la atención de los demás, incluso más que sus profesores. En todo y de todo siempre hacía un espectáculo. Fue un artista. Siempre dibujaba. Su mente era inquieta, imparable. Cualquier hoja era un lienzo para él.

Durante más de 20 años trabajó para La Voz de Michoacán. Gran parte del arte que ilustró las noticias escritas, así como las infografías, nacieron en su mente y tuvo la capacidad y el talento para llevarlas al papel; pero, en su carrera todo cambió el día que nació “La Voz del Niño”. Ahí fue cuando en realidad logró desenvolverse a plenitud dándole vida a “Ferrolis”, un personaje muy querido por varias generaciones, en donde también quedó plasmada la creatividad de Ernesto López y Erik Knobl (Narez).

Pahko Moreno fue el creador de ese personaje, que fue cobrando tal auge que más tarde obligó a La Voz de Michoacán a cambiarle de nombre al suplemento. Fue una pieza clave en el equipo que lideró Ernesto López, con la dirección de Sandra Aguilera. Cada semana desarrollaban personajes y todo el concepto giraba en un viaje en tren, es por ello que los nombres de las secciones estaban relacionados con el ferrocarril.

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Ferrolis y sus amigos lloran a su creador. Ilustración de Narez.

Él diseñaba una columna que era de dinosaurios, y hacía ilustraciones buenísimas, comparte Ernesto López, tras reconocer que también era el creador de la portada y de los interiores del suplemento, mismo que se convirtió en todo un éxito principalmente en niños. “Los niños obligaban a sus papás a acudir por el periódico muy temprano. Siempre creí que el éxito de los domingos, era gracias a Ferrolis”, dijo durante la charla, el también director de Alkimia, un despacho especializado en fotografía.

Pero el talento de Pahko Moreno no se quedó sólo en La Voz de Michoacán. Él en realidad trascendió las fronteras. Se convirtió en el diseñador oficial del Festival Internacional de Cine sin Cines que dirige la actriz Elpidia Carrillo. Su última creación, que se preveía lanzar en las próximas semanas, la dejó como una gran herencia para el diseño. “Era un gran artista, muy creativo, entregado y sabía plasmar en un dibujo cualquier idea, por muy compleja que fuera”, dice la artista, quien se enteró de la noticia y la lamentó.

“Es una persona única, original, nos hereda su talento, el gran talento que fue ponerle creatividad y color a todo. Ese es nuestro legado”, comparten sus hijos Vladimir y Adrik, quienes recuerdan las anécdotas que pasaron con él, y también manifiestan su orgullo por el padre que les tocó. “Nunca se dejó caer, siempre estuvo de pie, siempre le batalló, siempre buscó oportunidades, él se dibujó su camino”, dicen durante una pequeña conversación con La Voz de Michoacán, en donde sus excompañeros y amigos lo recuerdan con mucha nostalgia y cariño.

En la talacha diaria hacía logotipos e incluso participó en el arte de libros educativos como uno que fue distribuido a nivel internacional sobre “Alicia en el país de las maravillas”. Era amante de las historias de dinosaurios. “No sólo fue nuestro padre, fue nuestro amigo y maestro”, expresan sus hijos, quienes recuerdan que tuvo acercamiento con el cineasta Guillermo del Toro, a quien le llegó a compartir su trabajo. No se detenía. Asistía a los festivales de cine, y hacía entrevistas. Deja en el camino Espanto, un festival que pensó que sería una alternativa para la industria.

Sus amigos, familiares y sobre todo Ferrolis hoy le lloran, pero también lo recuerdan y le rinden un homenaje póstumo.