Reconocimiento a las mujeres en el Salón de la Plástica

Por las salas 2 y 3 del SPM podrán contemplarse obras de tres generaciones de artistas con discursos visuales y hasta políticos en ocasiones contrapuestos. Desde los retratos de vida cotidiana de Mariana Yampolsky o Heriberto Rodríguez, hasta la fotografía de una mujer indígena que, agotada, duerme sobre sus coloridos tejidos en un puesto tendido sobre la banqueta.

Foto: Notimex.

Notimex/La Voz de Michoacán

México. Dos exposiciones destacan la riqueza cultural, la diversidad y el carácter de las mujeres de los pueblos originarios de nuestro país. Ambas se exhiben en el Salón de la Plástica Mexicana (SPM) como parte del programa Equitativa, de la Secretaría de Cultura (SC).

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La primera de ellas es "Mujeres de los pueblos originarios de México"; la segunda, "Umbral". En el primer caso se trata de 36 obras plásticas entre dibujo, pintura, grabado, escultura y arte objeto. Pretende ser un tributo a las mujeres indígenas, mestizas y de origen africano de nuestro país, pero también una denuncia contra la marginación, la exclusión, la discriminación, la pobreza y la violencia que padecen muchas de ellas desde hace siglos.

Por las salas 2 y 3 del SPM podrán contemplarse obras de tres generaciones de artistas con discursos visuales y hasta políticos en ocasiones contrapuestos. Desde los retratos de vida cotidiana de Mariana Yampolsky o Heriberto Rodríguez, hasta la fotografía de una mujer indígena que, agotada, duerme sobre sus coloridos tejidos en un puesto tendido sobre la banqueta.

También el trabajo casi obsesivo en los detalles de marcados oscuros y blancos hechos de aguafuerte y zinc de Francisco Moreno Capdevila, en el que se ve a un grupo de mujeres indígenas envueltas en su rebozo esperando, algunas de ellas descalzas, en la calle a que llegue el amanecer. Un contraste total con la hermosa niña morena que porta alcatraces en el cuadro Aire y luz mazahua, de Rafael Merino.

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Y la lista sigue: Mujer con tocado, de Raúl Anguiano; Mujer con rebozo negro, de Concepción Báez; Mujer chamula, de Celia Calderón; Madre contra la guerra, de Andrea Gómez; la Frida emplumada (y con bigote de zapata), de María Eugenia Chellet; África, abuela de mis raíces, de Deyanira África Melo; María Tzeltal, de Myriam de la Riva o, bien, Mujeres mexicanas, de José Gama, un acrílico sobre tela que muestra el grito de dolor de una madre que carga en sus brazos a su pequeña hija sangrante.

Por último, en el Multiforo del SPM, en el piso más alto del edificio, se expone "Umbral", de la fotógrafa oaxaqueña Blanca Charolet. Una celebración por sus 50 años como fotógrafa que llega tres años tarde, pues esta misma muestra debía ser inaugurada el 19 de septiembre de 2017, pero el terremoto de aquel día en la Ciudad de México evitó que esto sucediera. Es un diálogo de luces y sombras, fotografía abstracta que reta la mirada del observador para llevarlo a sentir el proceso que ocurre cada vez que la oscuridad del miedo es rebasada por la luz de la libertad.