Ser músico en México: una agridulce sinfonía

Ser músico de manera profesional, una agridulce sinfonía que no todas las personas están dispuestas a escuchar

Colaboración especial: Jazmín Ramírez Magaña, estudiante de la UVAQ / La Voz de Michoacán

Todos tenemos sueños cuando somos niños, unos quieren ser astronautas, otros bailarines, otros chefs, otros médicos, otros profesores y otros músicos. Normalmente estos sueños suelen ser efímeros, fugaces, el niño que quería ser astronauta ahora es abogado, la niña que soñaba con ser bailarina ahora es arquitecta, pero… ¿Qué sucede cuando estos sueños no son fugaces? ¿Cuándo desde pequeño tienes un sueño el cual te sigue por el resto de tus días? ¿Qué sucede cuando ese niño que quería ser músico ya es un adulto y desea desde el fondo de su corazón dedicarse a esto que le apasiona? Pero, sobre todo, ¿Qué sucede cuando esto pasa en México?

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El dedicarse al arte tanto para el artista como para los amantes del arte, es una de las cosas más maravillosas que existen en este mundo, tener la capacidad de plasmar tu yo interno en una melodía, una pintura, un escrito o con tu cuerpo es una habilidad impresionante , pero me parece aún más fascinante como gente externa al artista y a su contexto, puede llegar a una catarsis con sólo disfrutar de su obra.  

Sin embargo, como todo, esta moneda tiene dos caras, una que es esta “cara brillante” de la cual ya les hablé anteriormente y la otra que no es tan resplandeciente ambas las conoceremos más a fondo dentro de este reportaje de la mano de cuatro músicos mexicanos.

Todos nos enamoramos de una manera diferente y con esta expresión no me refiero a las relaciones de pareja, me refiero a ese “enamoramiento” que se experimenta al descubrir ese algo que te apasiona tanto que sacrificarías todo con tal de alcanzar ese gran sueño. Es así como Liliana E Iván nos cuentan con su propia voz, cómo es que se enamoraron de la música:

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¿Cómo nació el amor por la música?

Según registros realizados por el INEGI en el año de 2014 la población ocupada como músico ascendía a poco más de 126 mil personas representando un 0.3% de la población del país. De los cuales el 92.7% pertenecen al género masculino y el 7.4% al femenino.

 Lamentablemente, este enamoramiento por la música muchas veces se ve frustrado inclusive por los prejuicios que hay dentro de la sociedad mexicana.

 


“Te vas a morir de hambre” es una de las frases que los músicos escuchan día con día, así, Cristina nos explica cómo fue que su propia familia reaccionó cuando decidió que quería dedicarse a la música.

¿Cuál fue la reacción de tu familia al enterarse que querías dedicarte a la música?

Ahora, suponemos que esa persona que se quiere dedicar a la música ya logró dejar atrás todos estos estigmas sobre la carrera, las complicaciones no acaban aquí.

El ser músico requiere de una disciplina impecable la cual se lleva desde los estudios. Cuando comienzas a prepararte es como si firmaras un contrato contigo mismo en el cual tienes que renunciar a muchas cosas como lo son salidas con amigos, e inclusive hasta tu propia familia.  

¿A qué has tenido que renunciar para dedicarte a la música?

Además de renunciar a algunas cosas también otra parte de la disciplina viene desde el aula. Los profesores de música suelen ser muy exigentes con sus alumnos, “Hay profesores que a veces te tratan hasta de basura” comentó Cristina, estudiante de música, sin embargo ella misma, resalta que esta es la manera en la cual ellos te van forjando y en cierta manera funciona ya que te hace adquirir un mayor compromiso y responsabilidad con tu profesión.

Otro punto muy importante es que si bien, muchos de los aspirantes a músicos comienzan con muchísimo fervor, no todos perseveran sobre la marcha, todo esto debido a las exigencias por parte de los profesores de las cuales les hablamos previamente y al no poder renunciar a aspectos de su vida cotidiana, podríamos decir que sobrevive y perdura el más fuerte y comprometido, pero también, que esté dispuesto a cursar 10 años de carrera y algunos más de especialización.​

Ahora, supongamos que la persona está 100% comprometida con su carrera y que ha logrado superar todos estos obstáculos con éxito. Pensaríamos que una persona que se preparó profesionalmente más de 10 años estaría destinada a tener un buen trabajo, pero muchas veces no es así.

Las situaciones por las cuales hay una significativa carencia de empleos para los músicos son varias, por ello a continuación Iván Cruz y Liliana Pérez, fagotistas egresados de la Escuela Popular de Bellas Artes nos cuentan su experiencia.

¿Cuál ha sido su experiencia en el campo laboral mexicano? 

Ahora que expusimos todo este tumulto de dificultades que los músicos atraviesan, muchas personas pensarán, ¿Por qué a pesar de todo esto aún hay gente que quiere dedicarse a esto? Y la respuesta es sencilla, por amor.

​Amor a la música, amor al arte, pero sobre todo, amor por su país, esa conciencia de que México, es un país altamente rico en cultura y que sólo hace falta educar a las personas para que estas se interesen y valoren todos estos aspectos, misión la cual ellos mismos están dispuestos a cumplir.

No sólo amor a la música, amor a México...

 Ser músico de manera profesional, una agridulce sinfonía que no todas las personas están dispuestas a escuchar , que sí, tiene sus complicaciones, como cualquier carrera puede tenerlas, pero la satisfacción recibida es lo que al final, hace de esta profesión una de las más bellas y especiales.