ADIÓS ADURIZ | La lealtad del último 'Rey León'

Ayer se despidió de su manada Aritz Aduriz, de los leones que le habían acompañado en su camino desde hacía ocho años, cuando volvió a la que fue su casa para hacerse con el trono.

Foto: Internet

Agencias/La Voz de Michoacán
México. El mundo de ensueño creado por Walt Disney pocas veces se cruza con el del fútbol pues por cada historia que termina con un final feliz hay cientos que se tienen que conformar con el agridulce, el amargo, e incluso el triste. Sin embargo, hay veces en las que la realidad se asemeja a la ficción y los seres humanos recuerdan fielmente a los personajes surgidos en la cabeza de un acertado director o guionista que cree en los finales felices.

Han pasado muchos leones por San Mamés desde que Disney estrenó 'El Rey León' allá por el año 1994. Algunos de ellos se ganaron el título y otros prefirieron buscar la gloria en otras sabanas cuando lo tenían todo en la roja y blanca. Ayer dijo adiós el último de ellos, el último 'rey león' en la que fue su casa, un feudo renovado que poco tiene que ver con el de hace décadas aunque quizá le quede bastante que envidiar a la vieja 'Catedral'.

PUBLICIDAD

Ayer se despidió de su manada Aritz Aduriz, de los leones que le habían acompañado en su camino desde hacía ocho años, cuando volvió a la que fue su casa para hacerse con el trono. Porque si, para llegar al final, sea más o menos feliz, hay que trabajar por el camino y el delantero tuvo que descender y luchar en Burgos y Valladolid para después dar el salto y ganarse su sitio en Mallorca y Valencia. Aduriz tuvo que brillar en otras tierras para, en su regreso a casa, poder quedarse.

Lejos de tanta comparación y metáfora, el futbolista vasco hizo méritos para, con 30 años, hacerse un hueco en el Athletic Club, donde se convirtió en un referente tanto para la afición como para sus compañeros y rivales. Su carrera dio un salto de calidad tras cumplir la treintena, se ganó un sitio entre los mejores delanteros españoles, debutó con la selección y construyó en Bilbao una familia, tanto personal como deportiva, que no abandonó.

Ahora, pasado el tiempo, es imposible saber si Aduriz habrían triunfado de haber aceptado las ofertas que en su día recibió de clubes que le tentaban con dinero, títulos y fama. Lo que queda claro es que el cambio no siempre tiene que ser visto como una virtud, que la apuesta por la continuidad y la tradición, la que lleva por bandera el Athletic Club, también triunfa, y que el éxito puede residir en ser leal a tu 'cuadrilla' y a tus sentimientos.

PUBLICIDAD