El mundo de la UFC en shock tras un KO despiadado

En el primer gran evento de artes marciales mixtas televisado desde la suspensión de los deportes en todo el mundo debido a la COVID-19, Kattar dejó una marca imborrable en la UFC.

Foto: Captura de twitter

Agencias/La Voz de Michoacán
México. Calvin Kattar dio a unos aficionados sedientos de deportes algo que no olvidarán en mucho tiempo tras una de las victorias por nocaut más brutales de la UFC 249.

En el primer gran evento de artes marciales mixtas televisado desde la suspensión de los deportes en todo el mundo debido a la COVID-19, Kattar dejó una marca imborrable en la UFC.

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Su ráfaga de codazos despiadados en el segundo round de la pelea contra su adversario de peso pluma Jeremy Stephens, dejó una marca imborrable en la cara de su contrincante.

Stephens tenía más peso para afrontar la pelea, pero cualquier ventaja que pudiera tener se vio minada, a pesar de que el estadounidense controló gran parte del primer round.

El luchador de 33 años trabajó las piernas de Kattar durante el primer round y siguió atacando esa zona con patadas en el segundo round, antes de que todo cambiara drásticamente.

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Stephens lanzó un derechazo directo a la cara de Kattar, pero se encontró con el primero de una serie de codazos devastadores que le dieron en la nariz.

La fuerza brutal del golpe mandó a Stephens contra la lona y Kattar se abalanzó sobre su contrincante abatido.

El luchador de 32 años siguió golpeándolo con una serie de codazos que le hicieron brotar sangre a borbotones de la cabeza de Stephens.

El árbitro intervino rápidamente para detener la pelea en 2:11 del segundo round, dejando asombrados a los espectadores por la feroz victoria de Kattar.

Kattar espera escalar en el ranking de peso pluma

“Me molesta un poco porque subió al ring con cinco libras (2,2 kilogramos) de sobrepeso, pero fue una pelea de primera”, dijo Kattar.

“Con suerte, escalará hasta el top 5… Me gustaría tener la oportunidad de enfrentarme a un Ultimate Fighter o a alguien grande”.

“Siento que dejé escapar a Zabit en Rusia, sentía que se me acaba el tiempo y no iba a dejar escapar la oportunidad aquí”.

“Mi entrenador me dijo que no la dejara pasar y sentí que esa noche no lo haría”, añadió.

“Fue progresando poco a poco, me lleva un par de golpes arrancar, preferiría que no fuera así, pero lo es. Cuando empecé a estar a tono, aproveché un gran golpe”.

“Miré hacia abajo, él miraba hacia arriba, y terminé el trabajo”.