Ha regresado el fútbol…y con él las discusiones sobre el VAR

Apenas han transcurrido una jornada y dos días de la siguiente y la cuenta de polémicas ya es incalculable. Real Madrid y Barcelona protagonizan muchas de estas.

Fotoarte: La Voz de Michoacán

Agencias/La Voz de Michoacán
México. El confinamiento ha terminado. El estado de alarma agoniza y sobrevive entre sus últimas fases antes de llegar a su fin. Todos podríamos salir de casa, dar paseos por la playa o montaña, visitar a nuestros familiares, respirar aire fresco tras la poca, pero notable descontaminación ocasionada por el parón. Da igual. Ha vuelto el fútbol y, ya que los estadios están vacíos, las hinchadas ven los encuentros desde sus casas o desde los bares. Precisamente los bares son uno de los protagonistas de las jornadas, tanto por alguna celebración no recomendada como por la sospecha de que algún árbitro haya pasado por allí antes de sentarte en la sala VOR de Las Rozas.

Esta mañana me he despertado con el cuerpo curioso y he salido a la calle. He dado un paseo, escuchando conversaciones sobre políticas, teorías conspiranoicas y fútbol. A veces no llevar auriculares es la mejor de las bendiciones.

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He localizado un bar de barra, carajillo y conversación y he entrado. He tardado dos minutos en pedir un café.

El camarero, atareado, discutía con dos parroquianos sobre el penalti o no penalti sobre Lionel Messi ayer en el Barcelona - Leganés.

Y es que lo único popular que nos ha devuelto el fútbol son las discusiones y las equivocaciones del equipo arbitral.

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Apenas han transcurrido una jornada y dos días de la siguiente y la cuenta de polémicas ya es incalculable. Real Madrid y Barcelona protagonizan muchas de estas. 

Los culés se indignan por el fuera de juego de Semedo en el gol anulado a Griezmann, que según ellos no era, y por lo clarísimamente adelantado que estaba Benzema en el gol de los blancos, que la línea de VAR demostró que no fue así.

Los madridistas, por el contrario, defienden esa línea mientras aseguran que Jordi Alba cayó en offside en la primera jornada y que Messi homenajeó a Mireia Belmonte contra el Leganés.

No son los únicos. Los espanyolistas claman al cielo por la expulsión de Bernardo, que debió ser revisada y anulada.

 Los chés maldicen el VAR por el penalti claro de Diakhaby, los del Granada dicen que no hubo penalti sobre Borja Iglesias y la mitad de los hinchas de Segunda División rabian enfurecidos contra la invisibilidad mediática y los errores arbitrales contra los suyos.

He recordado todo esto mientras la sacarina se diluía en mi café. Me gusta ver cómo, poco a poco, desaparece y deja un sabor preciado en la bebida. 

He recordado lo mucho que me encanta el fútbol y todo lo que lo mueve. He debatido conmigo mismo cómo el VAR puede haber tenido errores tan claros, como nadie pilló el piscinazo de Messi o cómo lo de Bernardo puede ser considerado agresión.

He mirado alrededor y había mucho árbitro de cigarro y bigote, pero ninguno de federación. He sonreído y he pedido la cuenta. Un euro con 20 céntimos. He dejado 10 céntimos más de propina y una nota en la servilleta. Gracias al VAR por el bar.