Caos en el Morelos: entre revendedores y el calor que sube la temperatura corporal y no dejan pasar a aficionados

Para cuidar el orden sólo hay dos elementos de seguridad privada; con gritos, acusaciones y hasta rociarse con agua para tener el nivel de temperatura permitido, así se vive la compra de boletos.

Foto: Juan Carlos Arreygue, La Voz de Michoacán.

Redacción / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. El caos se desató en las taquillas del Morelia, entre acusaciones de personas dedicadas a la reventa que se vuelven a formar, se meten a la fila o llevan a toda la familia para comprar boletos.

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Por si fuera poco, ante el intenso calor y por las horas expuestos al sol, la temperatura corporal incrementa y al registrar en el termómetro una medida más alta de la permitida, por prevención de COVID-19, a varios aficionados no los han dejado ingresar a las taquillas.

Foto: Christian Hernández, La Voz de Michoacán.

“No se vale que uno venga a apoyar y que por esos putos revendedores no nos dejen pasar a comprar un boleto”, señala un aficionado molesto, que llegó desde las 8 de la mañana.

“Aquel gordito se metió y trajo a toda la familia”, acusa una mujer.

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Mientras, sólo dos personas están encargados del orden, que no han podido impedir que personas, según testigos, compran boletos varias veces, sin importar el aficionado que busca adquirir una entrada para asistir al partido del próximo viernes.

Foto: Christian Hernández, La Voz de Michoacán.

Una mujer elemento de seguridad es la encargada de tratar de que los presentes cumplan los protocolos sanitarios; con un termómetro mide la temperatura de los que van a pasar; algunos registran más de lo permitido y los regresan.

Es por la exposición al sol durante las horas que llevan formados, argumentan los involucrados, lo que ocasionó que otros de los formados se mojaran las manos para reducir el nivel de la temperatura corporal.

Y cuando llega el reclamo de por qué deja ingresar a los revendedores, la mujer de gorra negra, cubrebocas y camisa naranja responde: “Yo no los ubico, qué quieren que haga”.

Foto: Juan Carlos Arreygue, La Voz de Michoacán.