Movilidad, proximidad e integración social y urbana, retos del nearshoring en México

Un techo sobre la cabeza no es suficiente: se requiere que sea adecuado, con acceso a todos los servicios y rodeado por un entorno que permita llevar una vida cotidiana en familia

Redacción / La Voz de Michoacán

El reconocimiento de las ventajas de estar cerca de sus mercados objetivos por parte de las industrias, luego del caos por la disrupción logística y la ruptura de las cadenas de suministro durante la pandemia, ha hecho de México uno de los primeros beneficiados de la relocalización de las empresas —llamado nearshoring—, gracias a su vecindad con Estados Unidos y, por supuesto, a su integración en el sistema productivo de América del Norte vía el T-MEC y antes por el TLCAN.

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Si bien desde esa posición y ubicación privilegiadas México ha recibido Inversión Extranjera Directa desde hace décadas, el empuje brindado por la pandemia aceleró la tendencia los últimos dos años e impulsó la construcción de millones de metros cuadrados de parques industriales en diversas zonas del país; no obstante con este beneficio económico llegan también muchos desafíos, entre los que destaca la necesidad de preparar el terreno para recibir a una gran ola de trabajadores que migran de otras ciudades o de las áreas rurales para atender la demanda de mano de obra generada por estas empresas.

La urgencia no solo está en el tema de vivienda. Un techo sobre la cabeza no es suficiente: se requiere que ese techo sea adecuado, es decir, con acceso a todos los servicios y rodeado por un entorno que permita a sus habitantes llevar adelante su vida cotidiana en familia. Escuelas, parques, medios de transporte que les permitan trasladarse de su casa a los trabajos y de regreso, pero que también brinden la posibilidad de participar de la vida cotidiana de las ciudades e integrarse como comunidad, son necesarios.

En este punto, es claro que el nearshoring plantea desafíos importantes en materia de ordenamiento territorial, planeación urbana y vivienda, apunta el Instituto Lincoln de Políticas de Suelo. Así, considerando que la vivienda incluye también la posibilidad de acceder al mercado de trabajo y a los servicios que la ciudad ofrece, el nearshoring plantea retos en materia de desarrollo urbano, incluyendo, movilidad, proximidad e integración socio-urbana.

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