Campesinos latinos en EU, fueron llamados esenciales al inicio, ahora los olvidan para la vacunación

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Foto: EFE. Una campesina ataviada con guantes de latex, gorra, sombrero y pañuelo de tela cubriéndole la boca y nariz mientras trabaja en un campo de cultivo de cilantro en Oxnard, California.

EFE / La Voz de Michoacán

Estados Unidos. Los trabajadores agrícolas, que al inicio de la pandemia de COVID-19 fueron declarados “esenciales” para que no suspendieran sus labores, no han recibido prioridad en los planes de vacunación y siguen rezagados pese al fuerte impacto de la enfermedad en ese sector con fuerte componente latino, denuncian activistas.

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Además, las circunstancias de su trabajo y sus condiciones generales de vivienda los hacen más propensos a contraer el virus, según muestran algunos análisis.

“No es justo. Los trabajadores campesinos fueron declarados esenciales cuando comenzó la pandemia del coronavirus para que salieran a trabajar con el riesgo de contagiarse, pero esa prioridad no se muestra ahora en la administración de vacunas”, declaró a Efe Javier Montes, hijo de inmigrantes y activista defensor de los trabajadores del campo.

Montes, quien promueve el bienestar de los trabajadores campesinos en el Valle de San Joaquín, una importante zona agrícola de California, considera que la necesidad del trabajo agrario amerita también un primer lugar en las oportunidades de recibir la vacuna contra el coronavirus.

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“Aunque se entiende la importancia de dar prioridad a personas mayores de 65 años, eso no justifica que los trabajadores agrícolas tengan que retrasarse en la línea de espera para recibir la protección contra lacovid-19”, agregó.

El sindicato Unión de Campesinos (UFW), que agrupa a trabajadores del campo todo el país, ve con preocupación que la administración de vacunas no ha sido eficiente para con ellos.

Los problemas en la implementación de las vacunas están afectando de manera desproporcionada a los trabajadores campesinos y especialmente a los latinos, que constituyen el 90% de los trabajadores agrícolas en California”, aseguró Teresa Romero, presidenta de UFW, en declaraciones a Efe.

Otros sindicatos también se han unido ahora a las quejas contra el gobernador Gavin Newsom por la “errática distribución” de las vacunas contra el coronavirus en California.

“Los latinos constituyen la mitad de los trabajadores de primera línea en California”, afirmó en Twitter Ron Herrera, presidente de la Federación del Trabajo del Condado de Los Ángeles y secretario tesorero del sindicato Teamsters Local 396.

Al destacar que los latinos tienden a vivir en “hogares multigeneracionales”, el sindicalista señaló que el riesgo de contagio no es solo para los trabajadores sino para sus familias y, si los lugares de trabajo no están protegidos, están “llevando el virus a sus hogares y comunidades”.

Siguiendo una orden federal, a partir del 13 de enero Newsom autorizó la aplicación de vacunas a las personas mayores de 65 años argumentando “que constituyen la mayoría de las hospitalizaciones y casi tres cuartas partes de las muertes” por el coronavirus.

PRIORIDAD, SOLO EN PAPEL

De igual forma, la Oficina del Gobernador anunció el 25 de enero acciones para establecer un solo estándar estatal, y permitió a los condados ajustar sus criterios de distribución dependiendo de la disponibilidad de las vacunas. “El estado continuará con los mayores de 65 años y los trabajadores de la salud y dará prioridad a los servicios de emergencia, trabajadores de alimentos y agricultura, maestros y personal escolar”, señaló el comunicado.

De allí, el estado pasará a una elegibilidad basada en la edad, permitiendo más movilidad pero “asegurando que las vacunas lleguen a las comunidades afectadas de manera desproporcionada”.

No obstante, los defensores de los campesinos quieren que las directrices se concreten en acciones a nivel local que protejan a este sector en riesgo.

Queremos asegurar que los trabajadores agrícolas tengan la prioridad no solamente por escrito sino en el terreno: en los campos de cultivo, en las plantas de empaque”, señaló Diana Tellefson Torres, directora ejecutiva de la Fundación UFW.

En conjunto con la Fundación César Chávez, la organización que dirige Tellefson Torres inició el 1 de febrero la campaña “Quítate la corona (el coronavirus), vacúnate” para animar a los trabajadores agrarios a vacunarse.

Al 7 de febrero se habían administrado 4.650.637 dosis de vacunas contra la covid-19, equivalentes al 66, 8% de las más de 6,9 millones entregadas a las entidades estatales, según datos del Departamento de Salud Pública de California.

El número de casos de contagio en el estado alcanzó los 3.335.926 y el de fallecimientos relacionados con el coronavirus llegó a 43.942.

Los latinos constituyen el 55 % de los contagios y el 46 % de las muertes, aunque representan el 38,9 % del total de la población californiana.

Para enfrentar el rezago en la vacunación de los campesinos, el Caucus Hispano del Congreso (CHC) exhortó este lunes a los gobernadores a dar prioridad a los trabajadores del campo en la distribución de las vacunas.

Los legisladores enviaron una carta a la Asociación Nacional de Gobernadores urgiendo a sus miembros a que se ocupen de la distribución de la vacuna y la alimentación de los trabajadores del sector agrícola "para ayudar a eliminar las desigualdades en la salud de los latinos exacerbadas por la pandemia".

La carta indica que la pandemia ha "sacado a luz las desigualdades de larga data en el cuidado de la salud que continúan impactando desproporcionadamente a los latinos y otras comunidades de color".

"Los latinos son el 37 % de los trabajadores en la agricultura y la producción de alimentos, pero entre ellos se cuenta el 73 % de los casos confirmados de covid-19 en esas industrias", señalaron.