Economía mexicana caerá 10.5%, pronostica FMI

El pronóstico del Fondo, supera el del Banco Mundial, del 7.5% AMLO pide optimismo

Foto: Twitter.

Arturo Villagomez / La Voz de Michoacán

Ciudad de México. El Fondo Monetario Internacional pronosticó una caída del 10.5% de la economía de México, a causa del COVID-19.

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La contracción que tendrá el país azteca será el caso más grave de América Latina, con una caída del Producto Interno Bruto a dos dígitos, superando incluso a Brasil, el centro de la pandemia en Latinoamérica, para el cual estimó un 9.1% de caída de su PIB en 2020.

Al respecto, el presidente López Obrador se dijo ser optimista, al sostener que el país se va a recuperar pronto, además aseguró que tenemos un repunte porque “ya tocamos fondo”:

“Se pronosticaba para el primer trimestre, que íbamos a caer hasta 5 por ciento y no sucedió así, el trimestre más difícil es abril mayo y junio, y el dato más sólido que se tiene es el de la pérdida de empleos, en abril se perdieron 555 mil empleos, y en mayo 340 mil; ya tocamos fondo, y en lo que va de junio se han perdido 85 mil. Incluso hay días de junio en que ha habido aumento, sean inscrito más trabajadores”

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Con estos números, el presidente estimó para finales de junio se tendrá un resultado de 120, 130 mil, por esto invitó a ver con optimismo el futuro.

Desaceleración profunda en 2020, recuperación anémica en 2021

El crecimiento mundial está proyectado en –4,9% en 2020; es decir, 1,9 puntos porcentuales menos que en el informe WEO de abril de 2020.

En particular, se ha rebajado el crecimiento del consumo en la mayor parte de las economías, como consecuencia de un trastorno de la actividad interna más profundo que el anticipado .

Las proyecciones de debilitamiento del consumo privado reflejan la combinación de un fuerte shock adverso en la demanda agregada atribuible al distanciamiento social y un aumento del ahorro precautorio.

Al igual que las proyecciones de abril de 2020, este pronóstico está teñido de incertidumbre y dependen de varios factores como

  1. El distanciamiento social voluntario, que afectará al gasto.
  2. La capacidad de los trabajadores desplazados para obtener empleo en sectores posiblemente diferentes.
  3. La cicatrización causada por los cierres de empresas y la salida de trabajadores de la fuerza laboral, que podrían dificultar la recuperación de la actividad una vez superada la pandemia.
  4. El impacto de los cambios incorporados a la seguridad en los lugares de trabajo —por ejemplo, horarios escalonados, regímenes de higiene y limpieza más estrictos entre turnos, nuevas prácticas en los lugares de trabajo relacionadas con la proximidad del personal en líneas de producción— que entrañan costos para las empresas.
  5. Reconfiguraciones de las cadenas internacionales de suministro que afectan a la productividad, a medida que las empresas intenten ser más resilientes a los trastornos del suministro.
  6. El grado de las repercusiones transfronterizas provocadas por el debilitamiento de la demanda externa y los déficit de financiamiento.
  7. La posible resolución de la actual desconexión entre las valoraciones de los activos y las perspectivas de la actividad económica (como lo pone de relieve la Actualización de junio de 2020 del informe GFSR).