Venta de automóviles en Michoacán mantiene tendencia a la baja, sin señales de recuperación

La Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores pronostica que el sector tardará más de un año en recuperarse.

Foto: Especial

Maricruz Rios / La Voz de Michoacán

Morelia. Michoacán cerró el primer semestre de 2022 con una caída del 2.5 por ciento en la venta de automóviles ligeros a particulares, y de casi el 22 por ciento en ventas bajo el esquema de flotilla (a instituciones o dependencias). De acuerdo con liderazgos del sector automotriz, la posibilidad de recuperación en el corto o mediano plazo es incierta.

PUBLICIDAD

El reporte de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) refiere que el comportamiento de este sector se mantiene en descenso, en un contexto donde el encarecimiento de autopartes y abasto limitado de chips ha disparado los precios de la mayoría de los vehículos nuevos en el mercado desde hace prácticamente un año.

De acuerdo con la información proporcionada por la AMDA, entre enero y junio de este año en Michoacán se vendieron 10 mil 861 unidades ligeras, contra la 11 mil 139 que se habían registrado durante el mismo periodo el año pasado. De hecho, en 2019, antes de la pandemia de la enfermedad del coronavirus (COVID-19), se colocaron 12 mil 932 automotores en los primeros seis meses del año.

Esta información refleja que las empresas dedicadas a la distribución de vehículos no se han recuperado desde la contingencia sanitaria, tomando en cuenta que ya se tenía un contexto de tendencia a la baja propiciado en aquel momento por el relevo en el gobierno federal y la incertidumbre natural en los mercados.

PUBLICIDAD

En comparación con el periodo previo a la contingencia sanitaria, la caída del sector es muchísimo más notable en Michoacán: 16 por ciento, si bien es de tomar en cuenta que se trata de una problemática casi generalizada y que se replica en casi la mitad de las entidades federativas.

En lo que corresponde específicamente a las ventas reportadas el pasado mes de junio, la AMDA registró mil 924 unidades ligeras comercializadas en Michoacán, que sí representa un aumento del 4.3 por ciento con respecto a las ventas de hace un año.

Pronóstico, poco alentador

De acuerdo con analistas del sector, la estrepitosa desaceleración en la demanda de automóviles que se ha visto en los últimos años está relacionada a la situación de emergencia sanitaria declarada por el gobierno mexicano a causa de la COVID-19 a finales de marzo de 2020, que condicionó una medida de aislamiento social. Desde entonces, la economía familiar ha enfrentado obstáculos que no le han permitido recuperarse por completo.

Actualmente, el país atraviesa una crisis financiera producto del movimiento en los mercados mundiales ante el abasto limitado y encarecimiento de ciertos bienes, situación que se ha amplificado a partir del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania desde hace más de 5 meses.

De acuerdo con Guillermo Rosales Zárate, presidente ejecutivo de la AMDA, la expectativa de bajas ventas se mantendrá incluso hasta el 2023 debido a la inflación histórica que se registra en el país, así como el aumento en los precios de los vehículos.

El pasado mes de julio el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) refirió que la inflación promedio en México rozaba ya el 8.0 por ciento, en tanto que el alza en los costos de los automotores se ubicó en 8.94 por ciento y con pocas posibilidades de frenarse en los próximos meses. Algunos segmentos de vehículos compactos y SUV incluso tuvieron incrementos por encima del 12 por ciento.

“Las familias, los consumidores necesitan destinar mayores recursos para sufragar los gastos del día a día y con ello se limita la liquidez disponible para destinarla a la adquisición de bienes de consumo duradero, sobre todo aquellos de alto valor y que requieren la obligación crediticia como es la adquisición de vehículos”, precisó Guillermo Rosales Zárate en una conferencia reciente.

Por ello, vaticinó que “será en el próximo año cuando habrá una menor capacidad de endeudamiento de los consumidores mexicanos y con ello una dificultad para ampliar la colocación de crédito destinado a la adquisición de vehículos”.