¿Qué significa la salida de Citigroup de México? Grupo explica motivos de su decisión

La salida de Citigroup de México ha generado todo tipo de reacciones, desde desconfianza en el mercado hasta incertidumbre en clientes.

Foto: EFE

EFE / La Voz de Michoacán

Ciudad de México. El cierre de operaciones de banca minorista en México de la estadounidense Citigroup ha provocado una reacción que oscila entre la incertidumbre de los clientes, la desconfianza en el mercado y la tranquilidad gubernamental y del sector, que asegura que es una decisión ajena a la economía.

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Si bien es cierto que el anuncio, del que se hicieron eco los medios locales en la tarde del martes, encendió todas las alarmas, Jane Fraser, presidenta del grupo, emitió un comunicado para calmar los ánimos y aclarar que la decisión es parte de una estrategia global.

“México es un mercado prioritario para Citi, eso no va a cambiar”, sentenció Fraser.

Esta decisión no significa la partida del grupo, que se concentrará en el mercado institucional (conformado por clientes grandes como grandes corporaciones o Gobiernos).

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México es la parada más reciente en un viaje que se inició hace tres años cuando Citigroup comenzó a abandonar la banca minorista en Asia, Europa y el resto de América Latina.


INCERTIDUMBRE

Valeria Moy, directora general del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), explicó este miércoles a Efe que el movimiento es “consistente” con la estrategia del conglomerado, aunque generó un aire de incertidumbre.

“Era una idea que ya se venía barajando, la pregunta que muchos se hacen es por qué ahora. (La decisión) genera un mensaje de desconfianza aunque esa no sea la intención de la empresa”, dijo.

El anuncio no sorprendió al Gobierno ni a la Asociación de Bancos de México (ABM), que coincidieron en un mensaje de tranquilidad para los mercados.

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Felipe Carvallo, vicepresidente sénior de crédito de Moody’s, señaló que la salida es "negativa para efectos crediticios de Citibanamex porque reduce importantemente las operaciones y diversificación de utilidades del banco y limita su capacidad de fondeo de bajo costo".


MENSAJE DE TRANQUILIDAD

La Administración del presidente Andrés Manuel López Obrador ya había sido avisada por Citigroup tiempo atrás, según confirmó el Gobierno este miércoles.

“La economía en el país va bien, en plena recuperación. Simple y sencillamente es el ejercicio de un derecho que tiene un grupo de inversionistas, en este caso de replantear sus actividades en el país, su inversión”, aseguró este miércoles Adán Augusto López, secretario de Gobernación (interior), en conferencia de prensa desde Palacio Nacional.

Sin embargo, el movimiento provocó un pequeño sismo y los analistas comenzaron a especular sobre el futuro del grupo, el tercero en tamaño en México y con un enorme abanico de sucursales y cajeros automáticos.

Citigroup acumula un siglo en México y en 2001 se fusionó con el histórico banco Banamex, en una compra valorada entonces en 12.500 millones de dólares.

Otra de las interrogantes que arroja el movimiento de ficha del gigante estadounidense es quién podrá comprar.

De acuerdo con estimaciones del Bank of America publicadas este miércoles, el precio por adquirir los activos de Citi -que seguirá operando bajo una licencia local- en banca minorista está entre los 12.000 y los 15.000 millones de dólares.

Ricardo Salinas Pliego, uno de los hombres más ricos del país, dueño del Banco Azteca y cercano al presidente Andrés Manuel López Obrador, ya ha levantado la mano.

“Son pocos los jugadores que podrían pagar esa cantidad, esto podría aumentar la concentración en el mercado. El anuncio también significa un cambio estructural en el sistema bancario mexicano”, señaló a Efe José Luis De la Cruz, presidente de la Comisión de Estudios Económicos de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) de México.


DESCONFIANZA EN LAS INVERSIONES

De la Cruz advirtió de que, más allá de la explicación que dio el grupo, la decisión demuestra que Citi considera que el mercado de consumo minorista ya no tendrá la misma rentabilidad que antes.

Además, el economista recordó que el alemán Deutsche Bank y la también estadounidense JP Morgan realizaron un movimiento similar en México el pasado julio.

El panorama de la inversión en el país no es halagüeño, en especial después de que en 2021 se registrara una fuga de capitales por 257.601 millones de pesos (unos 12.624 millones de dólares) en instrumentos gubernamentales, la mayor desde que hay registros, según cifras del Banco de México divulgadas por Banco Base.

Es por eso que para analistas como De la Cruz y Moy, la noticia no ha caído en el mejor momento para una economía que, según las estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), crecerá apenas un 2,9 % en medio de una inflación que supera el 7 %, un nivel no visto desde hace 20 años.