Remesas han amortiguado crisis económica; prevén aumento de 400 mdd al finalizar 2022

Al finalizar este año Michoacán habrá recibido 5 mil 384 millones de dólares del extranjero, un aumento de 8.0 por ciento en comparación con 2021.

Foto: Archivo.

Maricruz Rios / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Las remesas captadas en la entidad durante 2022 cerrarán el año con 5 mil 384 millones de dólares captados, un aumento de 400 millones de dólares y 8.0 por ciento, anticipó el Colegio de Economistas del Estado de Michoacán (CEEM), que resaltó la relevancia de este ingresa para detonar el consumo.

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El organismo destacó que durante los primeros nueve meses ya ha representado el 12.8 por ciento del Producto Interno Bruto Estatal (PIBE), y se ubica como un motor indispensable de la economía michoacana que ha ayudado a amortiguar escenarios de crisis con las altas tasas de inflación e interés.

Las llamadas remesas familiares se han convertido en prácticamente un cuarto sector de la economía estatal; esa aportación de 12.1 por ciento a la actividad estatal se ubica muy cerca del campo michoacano, cuya participación ha sido de 13.5 por ciento; cercana a la contribución del sector industrial de 15.5 por ciento, y muy por arriba de las actividades turísticas cuya tasa se estimada en 7.8.

“Las remesas son de suma importancia para la economía de Michoacán que, junto a las exportaciones, están convertidos en factor clave para explicar la recuperación económica observada recientemente”, valoró Heliodoro Gil Corona, coordinador de Proyectos Estratégicos del CEEM e investigador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH),

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Desglosó que, convertidas en pesos, la captación de divisas extranjeras registrpo un alza relativa de 8.9 por ciento, al aumentar de 72 mil 663 millones a 79 mil 114 millones de 2021 a 2022. En este lapso (de enero a septiembre de este) año hubo un ingreso neto de remesas en el estado por 6 mil 451 millones de pesos.

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Continuando con las comparaciones, el académico nicolaita pondera que las remesas representaron el 86.6 por ciento del gasto público ejercido en 2021, en tanto que en el presente participaron con el 97.0 por ciento del gasto estatal presupuestado autorizado por el congreso local.

Y es que la captación de divisas extranjeras se ha repuesto a todo lo que por lógica en el algún momento hubiera parecido un obstáculo para su crecimiento: una administración federal restrictiva, una pandemia de COVID-19 que acotó las plazas laborales y hasta un tipo de camio que no se ha movido como para incidir en un mayor envío por la conversión en pesos.

Por ello, dijo, “las expectativas de las remesas familiares al cierre de este año son alentadoras para la economía y para miles de familias michoacanas”, anticipando que concluirían en 5 mil 384 millones de dólares.

El papel de las remesas en las entidades federativas juega roles económicos muy diferentes: mientras que para algunos estados son ingresos frescos torales para apoyar el desarrollo local, para otros estados solo son recursos marginales complementarios a fuentes más importantes de origen externo”.

Heliodoro Gil Corona, economista


Pero en el caso de entidades con limitad actividad economía, particularmente del sector industrial, tales como Michoacán, Chiapas, Guerrero, Zacatecas, Oaxaca, Nayarit, Morelos, Puebla, Tlaxcala y Sinaloa, “las remesas se han convertido en ingresos sustitutos que la economía formal local no ha podido generar” y en promedio representan el 8.3 por ciento de su PIBE.

“En contraste, estados como Guanajuato, San Luis Potosí, Jalisco, Querétaro, Chihuahua, estado de México, Baja California, Quintana Roo, Ciudad de México y Nuevo León, que han sabido forjar un robusto sector industrial, las remesas son ingresos marginales complementarios a fuentes como las exportaciones y la inversión extranjera directa”, abundó.

De cualquier forma, ante la desaceleración de la economía mexicana hacia el segundo semestre de 2022, volvió a valor su relevancia al comparar que las remesas recibidas en 9 meses son equivalentes al 3.0 por ciento del PIB, casi la misma proporción de las actividades del campo que en este año participaron con el 3.9 por ciento.