De migración, familia y racismo, ‘El Mito Blanco’, un documental que retrata una dura realidad

Existe la creencia de que en Costa Rica su población es mayoritariamente blanca. A través de un viaje en ferrocarril, Gabriel Serra nos adentra a las comunidades invisibilizadas de esa nación.

Foto: Cortesía.

Yazmin Espinoza  / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Migración, la familia y el racismo, son los temas que podemos encontrar en “El Mito Blanco” documental que ha tenido su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), evento en el que también participó en la competencia oficial. 

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Ópera prima de Gabriel Serra, el largometraje es resultado de dos años de investigación y convivencia con las familias retratadas y que busca reflexionar sobre la construcción de una nación y su identidad. 

Existe el mito de que en Costa Rica su población es mayoritariamente blanca. A través de un viaje en ferrocarril, nos adentramos a conocer las comunidades invisibilizadas de Costa Rica. Maritza (38) madre soltera nicaragüense vive en La Carpio, una comunidad marginada en las afueras de la capital. Se exilió en Costa Rica por los recientes conflictos sociopolíticos de su país. Emerita Bejarano (32) dejó su comunidad nativa Ngäbe de Panamá para trabajar en las plantaciones de café de la comunidad de Sabalito, territorio dividido por dos países. Janis Howlet (71) de origen afroantillano, vive en un pueblo abandonado pero lleno de naturaleza a orillas del tren en el Caribe costarricense donde no hay muchas oportunidades.

El director de la cinta, Gabriel Serra, fue nominado a los Premios Óscar en 2015 por su cortometraje L​ a Parka, y este es su debút oficial en el largometraje. 

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En entrevista con La Voz de Michoacán, el cineasta comparte sobre los retos que tuvo que enfrentar para llevar a cabo esta producción entre tres países y poder unir las voces nicaragüenses, afrodescendientes e indígenas son los protagonistas de los relatos que podemos ver en pantalla. 

¿Qué es lo que el espectador podrá encontrar en “El Mito Blanco”? 

Va a encontrar una película en la que van a poder viajar por un país donde hay comunidades indígenas nicaraguenses cuyas raíces son muy fuertes, cuya cultura, gastronomía es importante y donde conservan el amor con la familia. De alguna manera estos valores son los que se están dejando a los niños. Es un viaje muy lindo, un retrato de rostros, de cultura, y de heridas también que tiene esta familia en un país donde no se les ha reconocido ni se han defendido sus derechos de la manera que debería ser. Porque son de pueblos originarios y migraciones que han edificado la identidad racial de Costa Rica. 

¿Cómo fue que encontraste las historias que retratas en el documental?

Comencé a investigar un poco sobre la historia de Costa Rica y me encontré con que es una historia vinculada con las migraciones, los que construyeron el tren, que es la metáfora y vincula las historias, fue construidos por afrodescendientes, chinos, nicaragüenses, y por petición italianos. Los italianos llegan supuestamente para mejorar la raza en la región costarricense, que se pudieran mezclar, y de ahí empieza un mito sobre la percepción que tienen los costarricenses de que eran más blancos. Entonces yo de alguna manera me acerqué a estas comunidades y me encontré con una familia e historia cuyas características es la unión familia, preservar la cultura y una herida de la migración y lo que viven actualmente en el país. Me fui acercando desde la intimidad para hablar de algo político y fui ganándome la confianza de estos hogares para poder retratar sus vidas y escuchar lo que piensan y sienten en este proceso en el que se han establecido en este país llamado Costa Rica. 

¿Cómo fue trabajar una producción entre Costa Rica, Nicaragua y México?

Fue una experiencia muy linda. Yo solo he hecho un cortometraje anterior a esto, en realidad soy fotógrafo egresado del CCC y también Licenciado en Comunicación Social. Es mi primer largometraje entonces fue un proceso que lleva su tiempo, fueron cuatro años, dos de investigación, año y medio de filmar. Encontramos fondos en Costa Rica y Nicaragua y luego en México la postproducción. Y fue como es la película y como es el crew, que hay gente de Costa Rica, Nicaragua, mexicanos, una hibridez de culturas, de aportaciones y estamos muy contentos de que se esté estrenando en Guadalajara poque recién acabamos de terminar la película. 

Aunque esta es tu ópera primera de largometraje, tu ya has tenido gran éxito trabajando corto, ¿cómo fue para ti este cambio de formato?

Hay que tener mucha voluntad porque primero lo edité con una persona y la teníamos pero luego pasó la pandemia y nos dimos cuenta de que había unas cosas que no estaban funcionando porque no tuvimos tanto tiempo de edición ni asesoría, y al final la tomé y la terminé yo con asesoría. Volví a pasar en pandemia tres meses encerrado editando tras conseguir un poco más de dinero para seguir trabajando la postproducción, en fin, fue un trabajo arduo. Desde el proceso de investigación y para empezar convencer a la gente de que valía la pena porque fue un proyecto intuitivo, fui llevándolo y escribiéndolo no con tanta claridad en el papel. Después en la edición fue cuando fui cortando y probando cosas. El discurso lo tenía claro pero lo fui construyendo en los cortes. 

¿Qué sigue para “El Mito Blanco” tras su presentación en el Festival de Guadalajara?

Lo importante es que se vea, donde sea. Por supuesto que se estrene en un festival de México a mi me toca mucho el corazón porque es mi segunda tierra, es un lugar maravilloso, el público es muy lindo. Empieza la vida de la película, se han llenado las salas y esperamos que sea un buen augurio porque estamos esperando respuesta de varios festivales, lo importante es que se mueva. 

SOBRE EL DIRECTOR

Gabriel Gilberto Serra Arguello 

Nace en Managua, Nicaragua el 5 de julio de 1984. Estudia la carrera de comunicación social terminando como Licenciado con especialidad en radio y televisión (2002-2007).

En 2008 ingresa al Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) que pertenece al Centro Nacional de las Artes (CNART) a cursar la especialidad de cinematografía, graduándose en el 2015 con honores.

Escribe y dirige el corto documental “La Parka” (2013), seleccionado en 63 Festivales y ganando diferentes premios en alrededor 30 de estos. Además con este trabajo recibe una nominación a mejor cortometraje documental en los Oscars edición 87 (2015).

En el 2015 dirige el corto documental. La voz de esperanza ̈ en Nicaragua, el cual es seleccionado para varios festivales y gana el Premio a mejor corto documental en el Festival Ícaro. En 2016 dirigió el corto de animación. La niña y la estrella ̈ en Nicaragua, basado en un cuento de Rubén Darío para conmemorar los 100 años de su muerte.

En el año 2018 fotografía la película Rio Sucio. Su primer largometraje de ficción como cinefotógrafo.

Actualmente vive entre Costa Rica y México trabajando en producciones cinematográficas y audiovisuales y dando talleres de cine.