Netflix llevará “Cien años de soledad” a la pantalla; la adaptación durará 20 horas

Aunque siempre se quiso llevar esta obra maestra de la literatura a la pantalla, Gabo siempre se cuestionó si eso funcionaría. Ahora Netflix explorará cómo hacerlo funcionar

Una de las obras de Laura Rivera inspiradas en la novela de García Márquez.

Redacción / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. En 2019, Netflix sorprendió con la noticia de que había conseguido los derechos de una de las obras más importantes de la literatura latinoamericana, “Cien años de soledad”, la novela más famosa de Gabriel García Márquez. El escritor colombiano tuvo bastantes oportunidades de llevarla a la pantalla grande, a lo que terminó negándose pues dudaba que la historia pudiera adaptarse a un formato audiovisual.

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Sin embargo, ahora la plataforma de streaming parece haber encontrado la fórmula para contar la historia de tal manera, pues este mes se dio a conocer durante una de las sesiones del Festival Gabo que actualmente se lleva acabo, que la compañía adaptará la obra en un formato de serie que durará alrededor de 20 horas.

Netflix fichó a los hijos de Gabo, Gonzalo y Rodrigo García Barcha, como productores ejecutivos de la serie, quienes, en una charla con el director chileno Andrés Wood y el crítico colombiano de cine Samuel Castro, revelaron que "todavía no está dicho del todo, pero creemos que van a ser tres temporadas de ocho, seis, y ocho horas".

Por otra parte, es el guionista puertorriqueño José Rivera quien se ha encargado de adaptar el libro, y quien además ya escribió los primeros capítulos.

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Sobre esto, Rodrigo mencionó en la misma conversación que la producción no dejaría indiferente a nadie, pues ésta incluirá cambios desde los primeros minutos, ya que Rivera hizo un par de cambios que, aunque siguen siendo fieles al libro, permiten mejor dinamismo a la hora de llevarlo a formatos audiovisuales.

“Todo libro es difícil de adaptar. En el caso de las obras de Gabo hay una historia de malas adaptaciones. Comparten demasiado respeto por el texto. Gabo, en sus novelas, tiene muy poco diálogo. Y cuando hablan sus personajes, lo hacen de forma muy contundente, lapidaria y poética. Y el cine no aguanta eso. No pueden estar todos hablando como si fueran dioses”, justificó Rodrigo.