Chile y la luna

El capital foráneo, el imperialismo, unido a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición.

El capital foráneo, el imperialismo, unido a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición.

Gustavo Ogarrio

En Chile, el 18 de octubre de 2019 se anuncia que se elevará el precio del metro e inmediatamente estallan las protestas. Primero en abierto desafío contra el alza, después contra el impacto del aumento. Toda la rabia se expresa con cacerolas y cantos en los que estalla también la memoria: “No son 30 pesos, son 30 años” de régimen neoliberal.

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Así como el espectro de Pinochet y de la dictadura retornan en la “guerra” del presidente Piñera contra la sociedad chilena, una de las imágenes de mayor poder evocativo en la “revuelta de paz” es la de Salvador Allende…a la que se suma la de Víctor Jara. Allende reaparece en imágenes y frases que sirven para pensar la continuidad de la sociedad chilena en su crítica al capitalismo criminal y militar. Allende, en 1973, ubica con precisión la matriz internacionalista y nacional de la relación entre capitalismo y agresión militar a la sociedad: “El capital foráneo, el imperialismo, unido a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición”. De estas palabras se pueden extraer las coordenadas del actual “golpe de Estado neoliberal”: el capital neoliberal, a través de sus instituciones como el FMI, articulado a los defensores gubernamentales chilenos de este totalitarismo del mercado, “creó el clima” para que las Fuerzas Armadas afirmaran su tradición golpista. De Víctor Jara se canta como un himno de resistencia civil el “derecho de vivir en paz”, el derecho de protestar contra el neoliberalismo, contra el gobierno criminal de Sebastián Piñera, de impulsar un nuevo pacto constitucional que termine con la continuidad pinochetista en la vida legal y formal de Chile. En medio de la violencia militar contra la sociedad, ante el estado de emergencia que persigue, desparece y aniquila, en la resistencia de la sociedad chilena, “la luna es una explosión que funde todo el clamor”.