LA PASIÓN SEGÚN EVITA

Esto en abierto antagonismo con la vieja “oligarquía” argentina; el papel de la religión en la política y su transformación en discurso literario.

Esto en abierto antagonismo con la vieja “oligarquía” argentina; el papel de la religión en la política y su transformación en discurso literario.

Gustavo Ogarrio

Pero la imagen de Eva Perón no descansa; atraviesa la política y la literatura argentinas, las anuda en narraciones en las que el populismo clásico encuentra su dimensión mística, providencial. “La pasión según Evita” es el nombre de una novela de Abel Posse. Esa pasión no se limita a lo meramente sacrificial o emocional, es política y también alude directamente al machismo, político y militar, que Evita encontró en su trayectoria para legitimar su conducción emocional de lo político y postularse como candidata a vicepresidenta, candidatura a la cual finalmente renunció el 31 de agosto de 1951, el Día del Renunciamiento. En un pasaje de esta novela encontramos ese momento de religiosidad secularizada, de articulación entre lo providencial y lo político: “Dejé de llorar y en la penumbra empecé a sentirme como le dije, alzada por una fuerza invisible, absolutamente espiritual, como lo debe ser la aparición de Dios. Es algo que sólo puede venir de muy alto. Algo que cuando se produce, como al amor y la maternidad, una comprende o siente o intuye que tiene realmente esencia divina. Un clamor profundo, una comunión sin hostias. Una comunión de corazones. La multitud forma un enorme animal terrible y santo. Y una sube llevada por ese gran corazón invisible. Asciende por el espacio, flota sobre la ciudad. ¡Qué fuerza de hermandad!”.

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Esta unción de Eva Perón es también una liturgia política, la puesta en escena de su punto de vista narrativo y de una forma de ejercer el poder nacional-popular, una manera de interpretar la articulación entre lo providencial y lo político; ayuda a definir lo que para ella significaba el “pueblo” (“las mujeres, los niños, los ancianos, los trabajadores”), esto en abierto antagonismo con la vieja “oligarquía” argentina; el papel de la religión en la política y su transformación en discurso literario.