"Amorosa" manipulación

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Imagen: Larissa Vieyra. Según la psicóloga Arcelia Espinoza Ruiz, la persona que es controlada con miedo se siente desmantelada en muchos aspectos.

Adrián Bucio/ La Voz de Michoacán

 

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Morelia, Michoacán. Si la manipulación está presente a la hora de estar con tu pareja y tu incomodidad sale a flote por el control, manejo y abuso que esta persona tiene contigo, entonces se puede hablar de un problema. Las afectaciones pueden ser múltiples si no se pone atención a estos elementos o, en su caso, si no se cae en la cuenta del poder que quiere imponer la otra parte sobre ti.

Los especialistas afirman que una pareja controladora ejerce, casi por añadidura, violencia sobre el otro. La psicóloga Rosa Mendoza menciona que esto, a su vez, tiene su causa en la codependencia. “Cuando una de las dos partes depende de manera exorbitante del otro, entonces los roles se maximizan, o bien, se reducen a dos: el dominante y el dominado”, comenta.

 

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Diseño: Larissa Vieyra.

 

La violencia es la herramienta que utiliza el dominador; como una especie de arma. La psicóloga Selene Juárez la clasifica en cuatro tipos: violencia física, verbal, psicológica y de control. La primera trata del contacto físico, sean golpes o no, cuando se mandan mensajes agresivos con el cuerpo. La segunda abarca todas las palabras ofensivas, los mensajes de desvalorización o comentarios denigrantes. En la psicológica se lastima lo emocional, los sentimientos, la integridad personal y la autoestima. La última habla de controlar los contactos, amigos, el vestido, mensajes y demás factores privados.

La violencia física es la forma más explícita de control. En ella se producen los golpes, las agresiones al cuerpo y las cicatrices. “Se puede ir mostrando de manera gradual. Puede iniciar con un pellizco simple, un empujón pequeño, un apretón de manos imprudente. Sin embargo, conforme avanza la relación aumentan de tono estos comportamientos hasta que, casi sin advertir, ya hay golpes severos, cachetadas, mordidas y demás. De esta manera se puede controlar al otro mediante el miedo a la agresión. Vienen las frases ‘si lo hago enojar, así me va a ir’ o ‘luego me pega”, explica la especialista Selene Juárez.

Por otro lado, también se puede manipular a otro desde otro plano: el psicológico. “Aunque sí hay agresiones fuertes, es un tipo de violencia muy diferente a las demás. Generalmente es utilizada como herramienta de control, o para inducir alguna emoción en el otro, como el sentido de culpabilidad”, precisa la psicóloga Paulina Treviño.

El sentir culpa o culpabilidad representa una meta para el victimario de la violencia psicológica, según Paulina. “El ‘por qué' se quiere inducir este sentimiento muchas veces tiene que ver con mantener a alguien enganchado, tratando de que remedie sus ‘errores’. Se tiene la idea de que como es culpable, tiene que pagar, o bien, ceder a la manipulación”, puntualiza la especialista.

Por parte de la víctima, probablemente existe una devaluación de su persona y una baja autoestima; por ello se vuelven “controlables”. La poca valoración de la persona agredida, normalmente ocasiona que la violencia exista. Asimismo, una falta de conocimiento personal es un aspecto que permite la agresión emocional.

Entonces, por lo general, el agresor adopta una idea de aislamiento. Generalmente, la violencia psicológica más vista según la psicóloga Paulina Treviño, es aquella que restringe. El famoso “ya no hables con él o ella” es un claro ejemplo de agresión. “La persona agredida se siente acorralada y aprisionada por su misma pareja” menciona la experta.

Otra forma que adquiere el control es, precisamente, cuando una persona corta los canales de comunicación de la pareja y se mete en cosas privadas como el celular o los mensajes. “Muchas veces, el problema emana cuando entregamos nuestro espacio privado a alguien en ‘nombre del amor’ o como prueba de este. Antes podíamos decir ‘dame tiempo’ cuando queríamos estar solos o en intimidad. Pero ahora viene algo muy grave cuando se da el famoso ‘dame tu contraseña si me amas”, precisa la psicóloga Teresa Tavera.

La experta menciona que la persona “se vuelve una pareja controladora, y eso es algo negativo, se pierde la vida privada totalmente y hay confusiones. Aquí viene el famoso ‘si no me dice lo que piensa no me quiere’, y eso es erróneo; cada persona tiene pensamientos privados también y esos no deben ni pueden ser controlados o mostrados”.

¿Y si el control viene a través del dinero? El dominio llega, admite la experta Teresa, cuando esta persona que administra los recursos (generalmente es la parte que trabaja) comienza a decidir de manera imponente sobre los gastos, lo que se compra o no se compra, la cantidad de lo que se obtiene, los lujos o suministros que se deben adquirir. Incluso se pueden dar casos más severos, en donde el agresor le quita el dinero a la otra persona. Entonces podemos decir que la libertad financiera se ve anulada.

Muchas veces nos enseñan que no está bien hablar del dinero, pero no es así, se tiene que externar y poner sobre la mesa. Establecer ajustes y reglas entre los dos es necesario para evitar el control a través de este medio”, puntualiza Teresa Tavera.

Para más información consulte la edición impresa del 15 de abril.