5 señales de que tu empresa necesita rentar maquinaria ligera

Si tus obras dependen de equipos que estorban más de lo que ayudan, esta guía te puede ahorrar varios dolores de cabeza.

Foto: Omar Cuiriz, La Voz de Michoacán.

Redacción / La Voz de Michoacán

Las empresas que se dedican a la obra, logística o mantenimiento piensan que les conviene más tener maquinaria disponible para cuando se necesite, pero, ¿vale la pena comprarla aunque pase más tiempo detenida que funcionando? Frente a ese panorama, pensar en absorber los costos derivados de mantenimiento y almacenaje ya no suena tan atractivo.

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Debido al aumento de proyectos temporales, se ha empezado a dar oportunidad al esquema de renta de generadores de luz, compresores neumáticos, cortadoras de concretos y otras herramientas. ¿Qué hay de ti? ¿Has pensado de manera similar?

Si todavía no estás seguro de qué hacer, quédate a leer la información que te salvará de seguir acumulando activos.

1.  Tienes a tu equipo de adorno

Cualquiera podría pensar que es mejor estar preparado para el tipo de desafíos que puedan aparecer; no obstante, hay veces en las que las circunstancias no se prestan para que se dé uso a las máquinas de manera frecuente. Y lo peor es que siguen generando costos ocultos.

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Ahora bien, el problema no está solo en dejar todo arrumbado, sino en lo que no se gana, porque cada artefacto que permanece inactivo equivale a espacio y dinero que no se mueve, pero que sí se gasta en mantenimiento y que acaba por encarecer la operación sin aportar valor real al avance de la obra.

Este patrón es bastante común en empresas que manejan múltiples frentes de trabajo. A la larga, empiezan a considerar la renta de maquinaria ligera, pues la propia, en lugar de ser una solución, se convierte en una carga.

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2.  Los costos ya no se justifican

Insistimos en este punto porque, en un inicio, es algo poco evidente; luego, se transforma en una cadena de gastos irrecuperable. Aparte de la compra, también hay que hablar de las inspecciones de rutina, las reparaciones correctivas, los seguros, las refacciones y el personal que interviene para actividades como las mencionadas.

Poco a poco, todo se conjunta hasta impactar en la rentabilidad del negocio: aquellos números que aparentemente son manejables de manera individual, agrupados representan una porción considerable del presupuesto, más aún cuando se trata de equipos que, por su antigüedad, exigen atenciones continuas.

En definitiva, la renta se presenta como una salida lógica por sus nulos compromisos de mantenimiento, de personal técnico adicional y con máquinas listas para trabajar cuando realmente se necesitan.

3.  Te das cuenta de que tienes un estacionamiento, no un almacén

A lo mejor en algún punto te pareció una buena idea adquirir cuanta herramienta creías que te haría falta y después… Te diste cuenta de que ese inventario que tanto te aseguraste de hacer crecer solo te quita espacio valioso de almacenamiento y que, para colmo, ni siquiera sabes qué hacer con este.

Por desgracia, un lugar saturado va a dificultar la gestión de materiales; además, es probable que entorpezca la movilidad interna y que eleve los riesgos de seguridad. La situación también afecta la toma de decisiones, pues se limita la posibilidad de recibir cosas nuevas para proyectos en curso.

¿Qué hace la renta? Permite que los espacios disponibles se utilicen como más se prefiera, favorece la organización general y elimina los tiempos muertos causados por el manejo de activos que no aportan.

4.  Los proyectos cambian más rápido que tu inventario

La diversidad de contratos, junto a las condiciones del terreno, alcances técnicos y cronogramas, obliga a las empresas a adaptarse mientras el inventario permanece igual. De pronto, el desfase entre lo que se tiene y lo que se necesita provoca una tensión en la planeación que perjudica el ritmo de trabajo.

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Imagina lo siguiente: aparecen compromisos que exigen equipos que no forman parte de la flota actual, y los disponibles siguen con cero asignaciones. Ni siquiera es viable compensar esta falta forzando el uso de herramientas poco adecuadas, pues puede derivar en resultados deficientes y riesgos de seguridad.

Con el fin de prevenir una interrupción en las fases completas del proyecto mientras se resuelve la disponibilidad, recurrir a la renta subsana esas circunstancias cambiantes sin comprometer recursos a largo plazo ni hacer ajustes improvisados.

5.  Cada vez necesitas más equipo especializado por poco tiempo

Quizá, pese a que las plataformas elevadoras, los martillos neumáticos, las hidrolavadoras industriales o las miniexcavadoras te son útiles, no los usas con tanta constancia; por lo tanto, adquirirlos solo para cubrir periodos cortos representa un uso ineficiente del capital.

¿Por qué? Como ya dijimos, aparte de la inversión inicial, se generan obligaciones de mantenimiento, almacenamiento y transporte de herramientas que podrían pasar semanas sin entrar en operación.

Lo que ya hacen varias empresas es identificar esos tramos de trabajo por lapsos breves y buscar opciones de calidad por demanda con proveedores especializados en renta que garanticen disponibilidad inmediata y condiciones óptimas para no sobrellevar los costos de propiedad.

Toma la decisión correcta

Si notas que tus proyectos van teniendo otra dinámica, entonces es momento de que cambies el sistema de trabajo que posees actualmente y, con base en ello, decidas qué es lo que le conviene a tu empresa para no fallar y seguir creciendo.