Abuelitos michoacanos, olvidados por sus familiares, la sociedad y las autoridades

Los adultos mayores son el sector más vulnerable y el menos atendido; la falta de garantías viene también desde autoridades: CEDH

Fotos, Jaime Lagunas.

Arturo Molina / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Adultos mayores de Michoacán siguen resintiendo, aún en medio de la pandemia, los efectos del abandono y la violencia. Desde las agresiones en cuanto a los temas patrimoniales, la discriminación, el abandono, la pobreza y la falta de oportunidades son el pan de cada día para buena parte de 513 mil personas de más de 65 años de edad que residen en Michoacán.

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En el marco del Día del Abuelo, los adultos mayores de Michoacán tienen poco que celebrar; la discriminación ya no sólo se encuentra al interior del hogar con los familiares, sino que incluso las políticas públicas y los gobiernos locales siguen incumpliendo con sus obligaciones en cuanto al apoyo a este sector poblacional.

El abandono y la violencia han empujado en muchos casos a los “viejitos” a las calles y en otros muchos casos a casas de asistencia, donde la mayoría está ahí porque alguien más los dejó ahí y en varios casos en contra de su voluntad… pero no tienen más a donde ir y la misma autoridad no les brinda la atención y respaldo para ejercer vidas independientes.

En nuestro estado existen 29 casas de asistencia o asilos, los cuales, a pesar de estar pensados y generados tanto a partir de políticas públicas como de asistencia social y medios privados, no cumplen con el 100 por ciento de los requerimientos básicos para garantizar habitar dignamente, mucho menos cuando se trata de los últimos años de sus vidas.

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Entre las principales observaciones que se han realizado a estos espacios está la falta de médico especializado para atender a este grupo poblacional como geriatras, psiquiatras y expertos en nutrición; la nula orientación y asesoría jurídica apropiada; la escasez de programas educativos dirigidos a los adultos mayores, así como de actividades u oficios en los que puedan desempeñarse; aunado a la falta de cobertura de asistencia y seguridad social para este sector.

“Los adultos mayores es la población más vulnerable y hemos determinado las visitadurías, hemos incidido para que se estén tomando las medidas adecuadas para que estén protegidos. Empezamos con Morelia e iremos a otros asilos para verificar cómo están”, destacó Uble Mejía, encargado de despacho de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH).

En la entidad, el 49.5 por ciento de los ‘abuelitos’ se encuentra en situación de pobreza, que representa problemas como la pobreza alimentaria, la falta de acceso pleno a la salud, a la vivienda, al trabajo y a la seguridad social.

Foto, Jaime Lagunas.

Asilados contra su voluntad

A pesar del panorama, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos ha señalado que ningún municipio del estado tiene instalado el Centro Multidisciplinario para la Atención Integral de las Personas Adultas Mayores (Cemaipam), dependencia con la que cada sistema DIF municipal debería contar, y cuya instalación está ordenada y observada en las disposiciones legales.

El último informe de la CEDH revela a 635 personas adultas mayores tienen acceso al cuidado de estas instituciones, de las cuales 413 son mujeres y 222 son hombres. En este caso se destaca que el 30 por ciento de los adultos mayores fue ingresado a estas instituciones por sus hijos, el 25 por ciento por algún familiar, el 22 por ciento por “otra persona”, el 18 por ciento por sí mismos y el 5 por ciento por algún nieto.

El 20 por ciento de los adultos que ingresaron a una casa de asistencia lo hizo en contra de su voluntad, mientras que el resto aseguró al momento de ser encuestado por visitadores de la CEDH, haber ingresado por su propia voluntad. El 64.3 por ciento de las instituciones asiste a personas adultas mayores que ingresaron por el rechazo sentimental de sus familiares, una situación que especialistas advierten, siguen en franco incremento.

Históricamente, hasta un 60 por ciento de las agresiones se vive al interior de sus hogares. Es la violencia patrimonial, de los ahorros propiedades y bienes en general los que son objeto por parte, principalmente por los integrantes de las mismas familias.

En términos generales, una de las preocupaciones en torno a la violencia contra los adultos mayores radica en la falta de denuncias por violencia al interior de las familias. Si bien se conocen datos menores, se tiene la estimación de que la cifra real es mucho más abultada en relación a la realidad.

Foto, Jaime Lagunas.

Invisibilización ya es costumbre

La directora del Consejo Estatal de Población (Coespo), Elizabeth Juárez, lamentó que la invisibilización ya “tradicional” del sector de las personas de la tercera edad seguirá replicando con los años. Destacó que no toda la violencia es física. Desde la limitación, el robo patrimonial, la discriminación, la intimidación y otros actos son constantes en muchos hogares de esta entidad.

Incluso, se advierte que muchos adultos mayores en la entidad son víctimas de este tipo de violencia y al igual que otros sectores poblacionales no tienen conciencia sobre ello y mucho menos, saben a qué instancias recurrir.

“En Michoacán tendríamos poco más de 500 mil adultos mayores de 70 años y prácticamente el 11 por ciento de las viviendas tiene o vive ahí un adulto mayor. También algunos datos relacionados con la violencia y discriminación de los que también se han hablado, hay un porcentaje importante no cuantificable porque no se denuncia en el abuso al adulto mayor”, manifestó.

Foto, Jaime Lagunas.

Adultos mayores, sin derechos

Al igual que muchos otros derechos, la certeza jurídica de los adultos mayores se ve completamente ligada a la capacidad económica e independencia. En el caso de las personas asiladas, la CEDH ha advertido que se observó que las personas no contaban con apoyo jurídico para realizar algún trámite o para asesoría jurídica. El 100 por ciento de las instituciones no cuentan con apoyo por parte de alguna institución pública para poder brindar este servicio a los ‘abuelitos’ que alberga.

Lo anterior, incluso se puede extrapolar a la sociedad en general, en donde incluso llegan a ser despojados por sus propias familias bajo la práctica de “herencia en vida”.

Otro de los datos que se ha resaltado en la vida asilada en el estado es el hecho de la falta de cumplimiento del derecho a la educación. Se pudo observar que del 100 por ciento de las instituciones sólo una, que equivale al 3.5 por ciento, cumple con este derecho para el adulto mayor, que es la Estancia Diurna para el Adulto Mayor DIF IAP, en dondese les otorga la facilidad para cursar y terminar la educación básica como primaria y secundaria.