Redacción / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. El uso de la pirotecnia en Michoacán se ha vuelto insostenible y la regulación vigente resulta insuficiente e inoperante, afirmó Carlos Maya Cordero, integrante de la asociación Abogados Animalistas de México (ASAAM). El jurista lamentó que, pese a los múltiples accidentes registrados cada año, que derivan en pérdida de extremidades y, en casos extremos, en fallecimientos de seres humanos, además del severo daño ambiental, la detonación de explosivos continúe de forma normalizada. Maya Cordero subrayó que esta problemática no está únicamente centrada en la defensa animalista, ya que tiene efectos directos en distintos sectores de la población. Recordó que el estruendo de los artefactos afecta a niños con síndrome de Down, provoca contaminación auditiva en pacientes hospitalizados y genera un estrés inconmensurable en perros y gatos, cuyos decibeles auditivos —explicó— “son muchísimo más altos y agudos que los de los seres humanos”. Asimismo, destacó que cientos de aves mueren cada temporada festiva debido a estas prácticas, lo que se suma al daño ambiental que permanece sin atención ni regulación efectiva. Frente a ello, señaló que desde el ámbito animalista se impulsará la prohibición del uso indiscriminado de pirotecnia en fiestas y celebraciones populares. "Varios grupos vulnerables estamos de acuerdo y que vayamos a buscar por medio de una iniciativa la prohibición de la pirotecnia en fiestas populares y estamos trabajando en la redacción y vamos a buscar los apoyos correspondientes en el congreso del Estado, para buscar la prohibición de la pirotecnia con ruido, así como se ha hecho en otro países, podría seguirse empleando, sin embargo, no tendría que tener esta parte del estruendo que provoca la explosión sino únicamente la parte vistosa y con mayores cuidados al medio ambiente", explicó. El también integrante de la asociación Activismo por el Mundo Animal (AMA) y del Consejo Estatal Animalista de Michoacán (CEAM), aseguró que trabajarán en conjunto con otros sectores igualmente afectados —madres y padres de familia con menores con síndrome de Down, adultos mayores y especialistas en medio ambiente— para construir una agenda que frene los riesgos y elimine la pérdida de vidas humanas derivada de accidentes dentro de los hogares o en colonias populares.