EXCLUSIVA | Comisionado: ‘La Policía de Morelia no está cooptada por el crimen, aunque hay riesgo de casos concretos’

Alejandro González Cussi destacó que es una corporación que va creciendo y generando resultados; además, la meta es colocar a la capital michoacana dentro del top ten de las ciudades más seguras del país.

Foto: Víctor Ramírez / La Voz de Michoacán.

Jorge Manzo / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. La Policía de Morelia no está cooptada por el crimen organizado, afirmó tajante el comisionado municipal Alejandro González Cussi. Dejó en claro que, aunque existe el riesgo de que puedan darse casos en concreto, no habrá tregua ni se solapará. Si bien reconoció que es una corporación que fue lastimada durante el gobierno anterior, es joven, recién formada, capacitada y no tiene elementos para asegurar que haya vínculos con la delincuencia.

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Cara a Cara para los lectores de La Voz de Michoacán, el responsable de la seguridad en Morelia reconoció que es un proceso gradual que habrá que revisar cómo está afondo, pero en la medida en la que se va trabajando de la manera correcta, en una filosofía, mística, se “van neutralizando este tipo de cosas”. Apostó por una estrategia policial desde lo local, aunque plenamente coordinada con las fuerzas federales y estatales.

González Cussi, con doctorado en derecho, afirmó que, si bien la sociedad demanda que haya resultados en materia de seguridad independientemente de la responsabilidad de cada nivel de gobierno, aclaró que la Policía municipal está para actuar, sin embargo, rechazó que se le tenga que cargar la responsabilidad al nivel gobierno más cercano y fue enfático: “ahí está el error”. Al hacer referencia a los hechos que ocurrieron en conocido bar en la avenida Enrique Ramírez cuestionó: dónde estuvo la Policía estatal y la Guardia Nacional.

Durante la charla, el también excomisionado en Colima, reconoció que el problema de seguridad en Morelia es muy complejo y confesó que hay un momento difícil. “Vivimos en un tema de violencia generalizada, una normalización de la violencia que, en el caso concreto de Morelia, Michoacán, ha sido especialmente brutal e impactante. Y un momento complicado en el que la estrategia federal ha sido apostar por la centralización de la seguridad, en la Guardia Nacional”.

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Pero agregó: “Venimos de un momento convulso, el cambio de administración estatal, pues los inicios y el término son los momentos de mayor debilidad institucional de un gobierno. Vivimos un momento muy complicado el inicio de esta administración, porque veíamos un tema de homicidio con alto impacto, de anarquía”, aunado a que se tenía uno de los peores niveles de percepción acerca del actuar de las policías “y esto no te ayuda”. Recordó que asumieron el poder con una aceptación del 3 por ciento, es decir, 3 de cada 10 confiaban en la Policía.

Una losa...

“Es una losa. Pero yo te diría que al mismo tiempo es como la reconciliación con la pareja. Cuando hay reconciliación, es completa y hoy Morelia presenta un escenario muy interesante, e incluso se vieron los principales resultados de la encuesta sobre Seguridad Pública Urbana del último trimestre, que ya evalúa esta administración en donde se tuvo un crecimiento de cerca del 10 por ciento en temas de percepción de confianza en la Policía Municipal y de 13.5 el tema de eficacia y desempeño”.

Foto: Víctor Ramírez, La Voz de Michoacán.

Algo no está funcionando. ¿Qué es la estrategia, la Policía?

“En el fondo es un tema de gobernabilidad, eso hay que decirlo. Y en el caso concreto, Morelia, como parte del diagnóstico también, pues todo confluye. Aquí tienes la problemática. Todas las consecuencias de las problemáticas políticas y sociales tienen repercusión en la capital. Basta ver el problema con el magisterio y los normalistas. Finalmente, son situaciones que impactan la ciudad, pero que muchos de los casos no tienen una solución acá, ni tampoco el origen del problema. Sin embargo, aquí se manifiesta. Entonces, en ese sentido es un tema que considero que es una cuestión de gobernabilidad, es decir, hay una serie de problemas atrasados. Pensemos, por ejemplo, en el tema de las mujeres hay una deuda histórica de la ciudad con las mujeres. Entonces hay muchas heridas abiertas que en ese sentido dificultan”.

Admitió que los problemas sobrepasan, pero aclaró que no a la Policía pues ésta opera al 100 por ciento de su capacidad. “No podemos hablar de que está sobrepasada si no estaba haciendo su trabajo. Entonces habrá que regresar a condiciones normales de funcionamiento para poder contestar una pregunta de ese tipo”, dijo cuestionado acerca de la capacidad de la corporación para hacerle frente a la criminalidad que ataca a la ciudad.

¿En qué condiciones esté en este momento la Policía?

“La Policía está en unas condiciones muy interesantes, ¿no? Yo pensé que iba a ser más complicado a raíz del cambio de la administración, sin embargo, es una Policía que fue lastimada y olvidada. Y había también un ansia por cambiar, porque se volviera a reconocer la función del papel del policía, que es de carne y hueso. Entonces, en ese sentido, veo una Policía que hoy, a tres meses de llegar al gobierno ya está trabajando en base a metas y prácticamente estamos al 80 por ciento delas metas del mejor momento hace tres o cuatro años. Entonces, en ese sentido es una Policía que va creciendo, que está generando resultados, que aún quedaba por indicadores. Ésta será la primera meta. La segunda meta, por supuesto, es colocar a Morelia dentro del top ten de las ciudades más seguras del país”.

¿Cuántos policías hay y cuántos están desplegados?

“Tenemos 785 elementos y prácticamente todos están en las calles. Eso fue una parte del diagnóstico que dimos cuenta, que nos encontramos cerca de 200 elementos en labores administrativas. Hoy prácticamente el 100 por ciento del total fuerza, salvo algunos servicios que implican la propia operación de la Policía. Piénsese, por ejemplo, en la administración del Centro de Atención Municipal los fines establecidos en instalaciones estratégicas de un esquema de infracciones. Son situaciones que tienen una actividad administrativa, pero que también tiene que ser cubiertas por la policía.

¿Cuántos policías nos faltan según los indicadores?

“El parámetro ideal internacionales de 3 por cada mil habitantes, esto es que deberíamos tener arriba de mil policías. El ideal nacional o el óptimo nacional que habla es de1.8, que también estamos hablando de mil 200 o mil 300 policías, en ninguno de los casos estamos en ese punto. Ha habido un ofrecimiento del alcalde de hacer un esfuerzo, porque eso implica y más en las condiciones actuales, apostarle al capítulo mil en la nómina. Hoy tenemos una carga de casi 140millones de pesos solamente en nómina. Entonces, es una apuesta para generar mil policías al término de la administración. Sin embargo, te diría otra cosa muy importante que en esta visión disruptiva de la seguridad implica ver ya no el número de policías, vino la calidad y el nivel de trabajo que realiza cada una.

¿Qué quiero decir con eso? Estos parámetros de decir cuántos policías necesitas para una cierta población es muy variable, porque no son las mismas circunstancias en una colonia que en otra o en una zona que otra. Entonces hay ya la discusión en seguridad, quiere decir que hay trabajo”.

¿Hay manera de probar que la Policía que tienes está operando al 100 por ciento de manera legal, sin corrupción?

“Fijamos los parámetros y las directrices. Yo creo que desde el principio quedó claro. Esas tres líneas van por un lado ser enemigo de la corrupción, de cero tolerancias al abuso policial y atender puntualmente la violencia contra la mujer. Pero al mismo tiempo se ha pedido a la policía un gran diálogo ciudadano, el trato humano y en ese sentido, decir que estás operando al 100 por ciento te diría que no es así. Todavía hay circunstancias, hay lastres, hay cuestiones y que hay que ir mejorando. Sin embargo, lo importante es no asustarse de que las cosas pasen. Hay temas de corrupción, hay temas en todas las policías del mundo y la situación es cómo los procesas y qué controles pones. Tenemos que llegar a un esquema de cero tolerancias, pero en el camino te vas poniendo medidas. Hoy ya se encuentra solamente un plan piloto de cámaras corporales. Se ha reactivado el tema del juez cívico que además de calificar la infracción, te permite controlar la legalidad de las detenciones y al mismo tiempo el abuso y la corrupción policial. Es decir, hay que encontrar las situaciones porque hoy la Policía vive momentos complicados”.

¿Hay o habrá un cambio de estrategia? ¿Siguen igual?

“La riqueza de la estrategia y del modelo de ciudad implica tener su propio diagnóstico e implica también llevar las capacidades del municipio a un máximo, es decir, no estar esperando que las cosas pasen de afuera hacia adentro, sino cómo generamos el cambio de adentro hacia afuera, entonces en ese sentido nuestro diagnóstico es muy claro, lo hemos manejado también oportunamente y en ese sentido hemos pedido a la Policía mucha cabeza fría, porque también el tema de seguridad es difícil y es muy fácil mucho tiempo desviarse del camino, que quiero decirte con esto, saber exactamente que nos estamos enfrentando en parte el diagnóstico y eso creo que es un activo de la estrategia seguridad es que es el problema y cómo lo vamos a resolver. Caso concreto, por ejemplo, esta ola de ejecuciones que marcaron el inicio de la administración, había una presión mediática de la opinión pública muy importante, de que a partir dela llegada del gobierno se ha generado un tema, se ha desbordado la violencia. La seguridad hay que verlo en un contexto. Si analizamos cómo estamos hace tres años, el promedio de homicidios dolosos era de11.5 en los tres años y el año anterior fue de 25. Es decir, las cosas no se descomponen de un momento a otro, sino que implican cuestiones en el tiempo. Ahora, si tú ves el tema de homicidio doloso en Morelia, que implica el uno por ciento del problema, no pinta. Oye tiene un alto impacto, es altísimo y duele muchísimo ver una ejecución”.

¿Qué es lo que más le duele Morelia?

“La violencia familiar. Entonces, digamos, el planteamiento es tener claro a qué nos estamos enfrentando: el tema de violencia familiar y el tema también de delitos patrimoniales robo a negocio, robo, vehículos, robo a casa habitación. Para eso hay que tener estrategias. Si analizamos los datos del Secretariado, tal y como están presentados te darás cuenta que la violencia familiar ni siquiera apunta entre las conductas. Sin embargo, la Policía está enseñando sus cartas hoy y eso es parte de la estrategia de generar un sistema. La realidad es que la Policía está atendiendo tres veces la problemática que se está generando de violencia familiar. El problema es tres veces superior, no se denuncia. Entonces, yo creo que ese es el principal tema más allá de coordinación estatal, tener muy claro la estrategia que nos estamos enfrentando y que cada quien haga lo que le corresponde”.

Estrategia local, sin que haya descoordinación con la Federación y el estado

“Sin que haya una descoordinación, es una coordinación efectiva, una coordinación congruente y lo que invita al modelo es a despresurización a los distintos niveles de gobierno, para que cada quien haga lo que le corresponde. En la medida en que tienes una Policía cercana, que atiende faltas administrativas, que atiende los delitos, pero un nivel primario de atención lo que te permite es derivar la atención a situaciones más graves o más complicadas, para lo cual los policías municipales no tienen capacidad a los distintos niveles de gobierno. Eso es distribuirse la competencia, eso es generar y hacer equipo en un ámbito de competencia”.

¿Y sí hay equipo?

“Hay buenas intenciones, pero es claro que hay diferencias en el diagnóstico. Yo insistiría en que pues hay que transitar con la cabeza muy clara y seguir haciendo la chamba. El trabajo tendrá que darse en los resultados y en la medida que veamos la disposición, creo que podrá generar una correcta coordinación entre los actores”

Los ejecutados de los primeros días, ¿fue una bienvenida?

“Yo no creo que fue una bienvenida. Ya definí un proceso de des-composición, en un tema también de cambios de riendas estatales, que finalmente es un reacomodo. Y también es una consecuencia de cómo está la situación al interior del Estado también, y que presenta también a nivel regional, no de Michoacán. Son consecuencias y reajustes que se van dando en un momento determinado”.