Historia | Cáncer, el inquilino incómodo de Nuria Gabriela Hernández, la secretaria de la Mujer

Nuria Gabriela está al frente de la institución que se encarga de acercarle el mensaje a las mujeres de que sí se puede.

Foto: Samuel Herrera Jr.

Jorge Manzo / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Hace más de cuatro años Nuria Gabriela Hernández Abarca vivió una pesadilla que se prolongó durante varios meses. Primero murió su mamá, se quedó sin trabajo y seis meses después le detectaron cáncer de mama, contra el que aún lucha. Parecía que la vida la ponía a prueba para enseñarla a vivir el hoy, el presente. Ella quizá tenía dibujado un futuro promisorio, que de repente de borró, se quedó sin nada y le tocó “agarrar el toro por los cuernos”.

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En ese entonces ella tenía a sus hijos pequeños –Vale y Emiliano- y, el cáncer parecía que la obligaba a cambiar de planes, y se vio obligada a sacar su fuerza interior, “esa que dicen que las mujeres tienen”, y que muchas veces no detectan. A ella, las cosas que le dolían y que la ponían al filo de vida, la ayudaron a cambiar su pensamiento. El cáncer se convertía en su inquilino incómodo, que inicialmente la dejó en la lona unos meses, hasta que lo asumió con valentía.

Ahora Nuria Gabriela está al frente de la institución que se encarga de acercarle el mensaje a las mujeres de que sí se puede, que no existe motivo para que sea pisoteada la dignidad, y que nadie, ya sea pareja o familiar, puede ser el dueño de la libertad, y sobre todo que la violencia es violencia aquí y en cualquier lado. Su experiencia de vida la comparte con las mujeres, a ellas les dice que la salud es primero, y que un descuido puede significar su vida.

“¿Qué hacía con todo eso?, convertirlo en una fuerza para poderme parar”, contó Cara a Cara con los lectores de La Voz de Michoacán, al compartir que una gran amiga suya le dio la mano y la involucró en un diplomado en Pachuca, Hidalgo. Mantenerse activa y sentirse productiva fue lo que la hizo recuperar el sentido de la vida. Esa experiencia, y hoy estar al frente de la Secretaría de Igualdad Sustantiva para el Desarrollo de las Mujeres, son las oportunidades que tomó y que la transformaron para bien, y de ahí, ya no se dejará caer.

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Desde que reconoció y asumió su padecimiento solicitó ayuda de especialistas y fue atendida. Cuenta que cuando le tocaba acudir a las radiaciones, en la sala de espera compartía con mujeres, a las que veía muy “bajoneadas”, y “trataba de inyectarlas de energía, de decirles que se pusieran las pilas”. A ellas les compartía que el día a día se tenía que vivir al 100, al final esa fue su enseñanza. En agosto cumple 45 años de edad, y sabe perfectamente que este cumpleaños será distinto, y ahora porque también debe extremar cuidados para evitar contagiarse del coronavirus, que complicaría su salud.

La contingencia sanitaria no la detiene, extrema cuidados y sigue al pendiente de la agenda de la Secretaría de la Mujer. Le preocupa que en estos momentos en casa miles de mujeres estén sufriendo de violencia, el enemigo silencioso que finalmente se destapa debido al confinamiento. Se trata de una práctica que siempre ha estado ahí, pero que en los hogares se maquillaba por temor a represalias. En realidad, hay mujeres que no le ven sentido a denunciar y sienten que ese el destino que les tocó. Justo eso es lo que ella quiere evidenciar, que existen instituciones que le darán acompañamiento puntual.

Es maestra en ciencias penales y criminalísticas y medicina legal forense. Es coautora del programa de trabajo de cumplimiento de la Alerta de Violencia de Género contra las mujeres en Michoacán. Ella reconoció que, si se pensaba que se iban a parar los feminicidios gracias a ese mecanismo activado desde el inicio de este gobierno, no es así. Es un mecanismo para que los estados que tienen un grave problema de violencia contra las mujeres “se pongan las pilas” y generen estrategias efectivas. Afirma que aquí se ha hecho lo propio.


A ella la vida la enseñó a pensar diferente, y aplicada en la función pública que realiza, transformó la forma en que trabaja, pues no está pensando en lo que viene. Es más, ni siquiera sabe cuánto tiempo siga aquí, ella espera que el cáncer no regrese, y ahora por la contingencia sanitaria no sabe cuánto tiempo más se tenga que mantener confinada. “A mi esa enseñanza de vida sí me hace ejercer la función pública de una manera diferente”, confesó la también tallerista y conferencista en temas como trata de personas, feminicidios, derechos humanos, violencia de género y armonización legislativa.

Hoy como secretaria de la Mujer debes llevar este mensaje…

“Yo a donde me paro hablo todo lo que me toca hablar, pero también hablo del cáncer, de la prevención y de cómo las mujeres tenemos que agarrar esas cosas que nos duelen y transformarlas en algo que nos haga más fuertes”.

La violencia en estos tiempos parece que queda descubierto que el agresor estaba en casa.

“Es un enemigo que está ahí latente, no es que quede al descubierto, sino que en muchas ocasiones se hace mucho más fuerte. ¿A qué me refiero con esto? Desde que inició el aislamiento obligatorio tuvimos un aumento de 30, 40 por ciento de solicitudes de ingreso el refugio del estado y además muchas llamadas pidiendo apoyo; apoyo en dos sentidos, el primero para que ellas pudieran identificar si lo que viven es violencia y el segundo para poder apoyarlas, para poder sacarlas de ese lugar. Se supone que es un espacio donde tú estás segura, tú y tus hijos. De seguro, muchas de esas mujeres ya vivían violencia previa, pero ellas salían a trabajar o ellos salían y entonces los episodios de violencia no eran diarios o no eran todo el día. Pero cuando ya vivías violencia y te encuentras todos los días a cada minuto cerca de tu agresor, pues esa violencia seguro va a ser mucho más fuerte de la que vivías. O teníamos situaciones donde recuerdo a una persona que el alcohol hace que esta violencia surja y se haga evidente. Hay muchas situaciones alrededor de la violencia familiar que la disparan en este momento de aislamiento”.

¿Y qué es lo que deben hacer si son sus esposos, las personas que eligieron para compartir su vida?

“Es una lucha diaria la que tenemos. La Secretaría en este solamente es acompañante de estas mujeres, nosotras no podemos levantar denuncias, ojalá pudiéramos. Nosotras para esta situación en específico creamos un protocolo que fue el primero a nivel nacional para atender la violencia familiar en un contexto de aislamiento, específicamente para  COVID-19, “sabedoras” de que las mujeres no pueden salir a pedir ayuda, que dependen económicamente del agresor en muchos casos, que están aisladas con ellas, que están al cuidado de más integrantes de la familia, que aparte están deprimidas, no hay comida, muchas cosas que hacen que la violencia detone (sic). También sabemos que, al estar el agresor al lado de ellas, no pueden hacer una llamada. A partir de eso, este protocolo que sacamos habla a las mujeres de los tipos de violencia que existen y cuáles son los que más se dan en este confinamiento, que podemos hablar de violencia psicológica, violencia física, son las dos que más vemos, pero no podemos ignorar la violencia económica, que no les dan para comer o la violencia sexual, que ese es otro gran tema que tendríamos que estar platicando, qué pasa con las niñas y los niños que están ahí en riesgo permanente de un tema de abuso sexual infantil porque recordemos que los familiares son en muchos casos los abusadores de los niños y las niñas. Para este tema, creamos tres formas de comunicarse”.

Esto es parte de las Policías de Género, las patrulla naranjas

“Trabajamos muy coordinados con la Secretaría de Seguridad Pública, creamos una agrupación de Policía de Género, fue un proyecto que sale para atender las medidas de la alerta de violencia de género y capacitamos a 40 elementos de la Secretaría de Seguridad Pública por un periodo de más de cuatro meses, tenemos que seguir capacitándolos de manera permanente, pero estos policías están capacitados para intervención inmediata en conflictos familiares. Entonces, ellos que traen un distintivo naranja en el brazo y aparte las camionetas naranjas, ellos llegan a una llamada de apoyo para el 911.

Tenemos un celular que es 4435822082, en este celular recibimos llamadas telefónicas, pero también mensajes de Whatsapp, muchas mujeres hacen esto, nos marcan y nos dicen que van a escribirnos, ayer recién tuvimos un cao así, porque no pueden hablar porque el agresor está a un lado de ellas, entonces esperamos que ellas nos dan la indicación y nos escriben”. Tenemos un correo seimujeratencion@gmail.com que ha dado algunos resultados interesantes, muchas mujeres han estado escribiéndonos en el correo, algunas para pedir apoyo y algunas simplemente para preguntar si lo que están viviendo es violencia o no es violencia. Estas son las formas para comunicarse con nosotras.

Sin embargo, el nivel de confianza para ir a denunciar sigue siendo bajo

“Yo lo entiendo perfectamente, he visto de cerca a mujeres que he acompañado en este proceso y efectivamente lo ideal sería que quien saliera del domicilio fuera el agresor y que el agresor ya nunca pudiera regresar al lugar de donde salió, del hogar. En estos momentos, los mecanismos que tenemos son esos, las mujeres cuentan con la Secretaría de Igualdad Sustantiva para el acompañamiento, para la atención psicológica y jurídica, antes y durante el proceso; cuentan con la Fiscalía, con diferentes áreas para las denuncias; ahora con esto que hicieron de la denuncia en línea, estamos trabajando de esta forma para que las no tengan que salir. Tenemos al centro de justicia que también recibe las denuncias y en todos estos momentos aparecemos nosotras, nosotras como acompañantes de esa mujer, precisamente para que ella sepa que no está sola”.

¿Cuántas denuncias tienen, o saben que hay?

“Casi siempre nos enteramos, aunque lleguen a la Fiscalía o al centro de justicia, porque muchas veces esas mujeres que presentan una denuncia necesitan un refugio o algún apoyo psicológico y entonces pasan para acá. Hemos estado últimamente, a través de esas tres vías, alrededor de seis llamadas diarias.  No todas quieren denunciar, algunas solamente tienen dudas. Alrededor de dos (se llegan a materializar). Les cuesta todavía trabajo identificarse como una mujer que vive violencia, algunas no tienen las herramientas emocionales para decidirse a presentar una denuncia. ¿Qué hacemos nosotras? Irlas acompañando para que ellas lo decidan así. Es un cambio de vida”.

De las mujeres que denuncian, ¿En cuántas el agresor logra asesinarlas?

“Las mujeres que han sido asesinadas, no habían pedido apoyo para denunciar.  Es bien importante que ellas sepan que la violencia escala, que la violencia crece, que no va a parar porque siempre pasa esto de que dicen que les pegaron porque estaban enojados, que les prometen que ya no lo van a hacer, y es un círculo de la violencia que tenemos muy bien identificado; eso no pasa, la violencia crece. Si alguien ya te dio un golpe, lo va a volver a hacer otra vez y otra vez hasta que ese golpe sean dos o tres. Deben de saber ellas que no es una situación que va a desaparecer. Y sabemos bien que también tenemos que trabajar con los hombres, en día pasados íbamos a abrir la puerta de la escuela de hombres trabajando sus violencias, un espacio que creó la secretaría, que no lo pudimos hacer porque era presencial, pero que pasando “esto” lo vamos a hacer; un espacio donde los hombres vayan voluntariamente en este primer momento, a replantearse la forma en que fueron educados y la forma en que ellos gestionan sus emociones. Trabajamos este proyecto con alrededor de 180 policías durante casi 21 sesiones y los resultados fueron muy interesantes”.

También puede haber casos en hombres.

“Es más complicado que ellos se acerquen, hemos tenido dos casos.  Evidentemente la proporción en términos numéricos no tiene comparación pero sí existen y han ido a la secretaría”.

¿Cuántas mujeres mueren al día y cuántas son tipificadas como feminicidio?

“A nivel nacional, 10 mueren al día; el tema es el trabajo de las fiscalías, a mí me parece que debemos de transitar y toda muerte de mujer debe ser investigada como feminicidio y después descartar las demás realidades. Es una realidad que a las mujeres las asesinan. Todas las muertes de todas las mujeres deberían ser investigadas como feminicidio”.

Se creía que con la alerta de género iba a disminuir la violencia

“Pensar que la alerta por violencia de género iba a parar los feminicidios, no es así. Es un mecanismo que crea la ley general de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia para que los estados que tienen un grave problema de violencia contra las mujeres “se pongan las pilas” y generan estrategias para atender esta realidad. En Michoacán, “sí nos pusimos las pilas”, me parece que somos de los estados que más hemos cumplido los indicadores que la propia Federación mandató. Hay que recordar que ese programa no es que nosotros lo hayamos hecho, nosotras, junto con un grupo de trabajo multidisciplinario que involucra a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, al Instituto Nacional de las Mujeres, a la Secretaría de Gobernación, a la gente del estado, a la Secretaría de Igualdad Sustantiva, a la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, a los municipios”.

“Nosotras generamos políticas públicas, pero es a nivel estatal; pero la responsabilidad inmediata de la violencia en los municipios, esa me parece que no hemos logrado atenderla al cien por ciento y porque no depende de nosotros, depende de la voluntad del presidente municipal en turno”. 

¿Has visto voluntad de los ayuntamientos?

“A veces creo que sí, a veces creo que no”.

En los eventos protocolarios sí, pero ya en la práctica no.

“Sí, así es. Hemos podido trabajar con los 14 que tienen la alerta bien porque les damos seguimiento a sus programas de trabajo y le hicimos un programa de trabajo a cada municipio, les pedimos que instalaran sus sistemas, pero todavía sigue haciendo una resistencia al tema de las mujeres”.

“No les cae el 20” que son el primer contacto para que las mujeres no tengan que llegar hasta acá, que no es un tema de moda y no es un tema de que quieran o no quieran, no es que sea una buena voluntad de ellos atender el tema, más bien es una obligación”.

¿Cuál es el reto del próximo gobernante en materia de igualdad y equidad de género?

“Me parece que quien sea no puede dejar de identificar que las mujeres somos más de la mitad de la población, que nuestros derechos no son negociables, que no tendríamos por qué estar exigiéndolos si tenemos leyes que ya lo garantizan. Me parece que el camino que la próxima persona que pretenda gobernar este estado es con las mujeres, no sin ellas; escuchando a las mujeres, sabiendo las necesidades que tienen las mujeres y dándole continuidad a cosas que funcionan; no empezar de cero porque se pierde mucho tiempo. Hay que ver lo que funciona y lo que no funciona y lo que funciona hay que darle continuidad”.

Activista en la lucha

Nuria Gabriela Hernández Abarca es maestra en Ciencias Penales y Criminalísticas y Medicina Legal Forense por la Escuela de Derecho de la Barra Nacional de Abogados.

Es autora del derecho de creación de las Unidades de Igualdad Sustantiva y de los programas de Igualdad y para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres.

Asimismo, es coautora del programa de trabajo de cumplimiento de la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres en Michoacán y del primer proyecto integral contra la Trata de Personas, en Colima.

En la LXI Legislatura fue directora de Estudios Jurídicos de los Derechos Humanos de las Mujeres y la Equidad de Género, en el Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género (CEAMEG) de la Cámara de Diputados.

En la LX Legislatura fue investigadora por oposición del Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género de la Cámara de Diputados en el CEAMEG de la Cámara de Diputados.

Asesora por oposición de la Coordinación Jurídica del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática de la Cámara de Diputados en la LIX Legislatura.

En la LVIII Legislatura fue asesora jurídica y parlamentaria de la Comisión de Desarrollo Rural.

En la LVIII Legislatura fue asesora jurídica externa en la Presidencia Municipal de Zitácuaro, en materia jurídica y derecho municipal.

En la LVII Legislatura fue asesora jurídica y legislativa en la Comisión de Justicia y de los diputados Isael Cantú Nájera y Luis Meneses Murillo.

En la Secretaría de Igualdad Sustantiva y Desarrollo de las Mujeres fue tallerista y conferencista en temas como trata de personas, feminicidio, derechos humanos, violencia de género y armonización legislativa.