Cierran playas michoacanas; no operarán enramadas, restaurantes, clubes...

Se estima que cada restaurante de playa tiene por lo menos a cinco trabajadores y hay algunas enramadas que tienen hasta más de 30, por lo que fácilmente se puede asegurar que son cientos las familias que dependen de esta actividad.

Otilia Medellín / La Voz de Michocán

Lázaro Cárdenas. En este municipio en la franja costera limítrofe con el Estado de Guerrero hasta el límite con el municipio de Aquila se ha restringido la presencia de personas en las playas, al cerrar estos espacios de esparcimiento para su uso recreativo.

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En apego a que las medidas de la suspensión de actividades sociales no significan que estemos en vacaciones es que se determinó reforzar la restricción de la presencia de paseantes por las playas del municipio como lo había dictaminado la autoridad municipal el pasado 27 demarzo al restringir los placeres de la costa.

El cierre total de las playas se dictaminó dado que a pesar de estar vigentes la restricción local y la Jornada Nacional de Sana Distancia la población seguía sin respetar las medidas y de manera aglomerada seguía haciendo presencia en las diferentes playas del municipio.

Foto: Cortesía.

En una reunión sostenida con los prestadores de servicios turísticos y en acatamiento a la medida sanitaria de “Quédate en casa”, los integrantes del recién integrado Comité de desarrollo turístico de la Costa Michoacana aceptaron cerrar sus establecimientos que están asentados en las diferentes playas del municipio.

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Enramadas, restaurantes, clubes de playa son los que detendrán sus operaciones mientras pasa esta contingencia, confirmó al ser entrevistada Pánfila Beltrán Arreola, representante del citado comité, el cual al momento agrupa a 140 prestadores de servicios turísticos en toda la zona playera del municipio. A pregunta expresa, la líder del sector comentó que lo que más afectará a los prestadores de turísticos de las playas será la cuestión económica, “se queda mucha gente desempleada que dependen totalmente de nosotros y otros dependemos totalmente de esto”.

Agregó Beltrán Arreola que aún con ese impacto los prestadores de servicio se suman a las medidas sanitarias y al cierre de las playas porque no desean que en esta contingencia haya más dispersión de gente con el problema de salud que genera el COVID-19.

“No queremos que este problema se vuelva un caos, es mejor apoyar, nos sumamos ya lo acordamos, vamos a colaborar para tratar de no pasar a la Fase 3, y si pasa que la situación no sea tan grave”, comentó la líder del sector enramadero.

Se estima que cada restaurante de playa tiene por lo menos a cinco trabajadores y hay algunas enramadas que tienen hasta más de 30, por lo que fácilmente se puede asegurar que son cientos las familias que dependen de esta actividad que se desarrolla en las playas. Además, el sector es un gran generador de empleo temporal, comentó Pánfila Beltrán, explicando que en la temporada alta que representa la Semana Santa se abre una bolsa de trabajo para estudiantes que durante ese lapso se hace de recursos para continuar su preparación profesional.

Foto: Cortesía.