En riesgo, áreas naturales de Jiquilpan por intentos de cambio de uso de suelo, alertan comuneros

En el Cerro de San Francisco se pretende desmontar para instalar monocultivos como agave y aguacate

Foto, José Luis Ceja.

José Luis Ceja / La Voz de Michoacán

Jiquilpan, Michoacán. Habitantes de las localidades de La Lagunita San José y San Isidro alertaron de la intención de grupos organizados de hacer tala y quema sistemática de una parte del Cerro de San Francisco, esto con la intención de desmontar para el establecimiento del cultivo de aguacate, lo que provocaría un desastre ecológico que repercutiría en las Áreas Naturales Protegidas del Bosque Cuauhtémoc y Parque Juárez de esta ciudad.

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Martín Zepeda, habitante de la localidad de Cerro de San Francisco, denunció que en las cercanías de la temporada de estiaje algunos propietarios de predios en el macizo rocoso buscan provocar quemas en el cerro y hacerlos pasar como incendios forestales para dar cabida a los cultivos de aguacate o agave en esta parte del municipio. “Lo que pasa es que hacen las quemas, dicen que fue un incendio forestal y a la vuelta de los meses tienes ya siembra de agave o aguacate”, denunció. Los promotores de estas acciones, dijo, no son propiamente los dueños de estos predios, sino empresas que arriendan por décadas estos espacios para establecer sus cultivos: “En el cerro hay poca siembra, principalmente se usa para pastoreo de ganado, por eso no hay ninguna autoridad que cuide eso. Lo que queremos es que el gobierno venga y ponga orden porque sabemos que ese tipo de cultivos traen problemas no solamente al medio ambiente, sino también problemas sociales, como está ocurriendo en otras regiones como Tarecuato en Tangamandapio”.

En ese sentido, el gobierno del estado dio a conocer que se pretende aplicar una veda en la zona forestal de la entidad con el objetivo de que no se talen más árboles para el establecimiento del cultivo de aguacate, toda vez que las autoridades han identificado ya un impacto ambiental negativo relacionado con este tipo de cultivo. Incluso se señaló que se tiene conocimiento de deforestación provocada por el ser humano, que quema y tala parte del bosque para el establecimiento de estos cultivos, lo que constituye un delito.

Se señaló que durante le temporada de estiaje del año pasado se recibieron en instituciones de gobierno 80 quejas ambientales, pues se consideró que los incendios forestales fueron provocados para generar el cambio de uso de suelo para establecer huertas de aguacate. En lo que respecta al Cerro de San Francisco, que se integra a la zona arbolada del Bosque Cuauhtémoc, la siembra de aguacate afectaría la disponibilidad de agua para el mantenimiento de esta parte de las Áreas Naturales Protegidas, además de los daños y agotamiento en los nutrientes de la tierra. “Sabemos que estos lugares tienen dueños, pero eso no deja de ser un problema para todos porque prácticamente somos comunidades aisladas de la cabecera municipal y un incendio no reconoce límites”.

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Tala, quema e invasión en Áreas Naturales Protegidas de Jiquilpan

El tema de la protección a estos espacios y de manera concreta a las Áreas Naturales Protegidas fue también abordado desde el año pasado en sesión de Cabildo 32, cuando la regidora Martha Santillán llamó a la ciudadanía con carácter de urgente para emprender el rescate integral de las Áreas Naturales Protegidas del Parque Juárez y Bosque Cuauhtémoc de esta ciudad, ante la cercanía del periodo de estiaje y el deterioro que presentaban estas zonas arboladas.

Parte del deterioro de estos espacios, declarados como Áreas Naturales Protegidas desde el trienio 2005-2007, se debe a los asentamientos humanos de La Nopalera y El Pitayito, cuyos habitantes dispusieron y disponen de manera sistemática de los recursos maderables, pese a que, en teoría, existe un patronato integrado por ciudadanos, autoridades locales e instituciones académicas cuyo propósito es la explotación integral de manera sustentable de estos lugares, organismo que nunca pasó de la mesa en la que fue conformado.

De acuerdo con la representante popular Martha Santillán, era urgente la reactivación de los mecanismos ciudadanos que pudieran garantizar la supervivencia de estos espacios ante la potencial crisis hídrica y los daños por invasión.

Ante la falta de crecimiento ordenado de estos asentamientos humanos, habitantes de la colonia La Nopalera temen riesgos a su salud ante la saturación de las fosas sépticas de las viviendas, ya que carecen de red de drenaje. Lo anterior fue señalado por Alberto Gómez Zambrano, exlíder de este asentamiento que se encuentra dentro de lo que fuera el perímetro original del Bosque Cuauhtémoc de este municipio.

En su oportunidad, integrantes de este patronato o del Consejo Municipal de las Áreas Naturales Protegidas reconocieron que apenas al 30 por ciento el cumplimiento del Plan de Manejo Sustentable de las Áreas Naturales Protegidas en Jiquilpan se había cumplido; el biólogo Jaime Nava, integrante del consejo de administración de estos sitios, destacó en su momento que de manera general no se ha dado el cumplimiento requerido por falta de recursos económicos.