Normal de Tiripetío, más allá de sucesos mediáticos, es formadora de grandes investigadores

La formación docente en estos centros ha dado paso a grandes académicos.

Juan Bustos / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán.- La formación como docentes en las escuelas normales de Michoacán va más allá del llamado activismo estudiantil que constantemente está movilizado. Mientras se mediatizan las marchas, tomas, bloqueos y manifestaciones de los estudiantes lo que muy pocas veces se exhibe es el trabajo frente a grupo que realizan sus egresados, y el alto perfil de muchos ellos, que han continuado sus estudios y se han destacado incluso como investigadores en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) o la Universidad Pedagógica Nacional (UPN).

PUBLICIDAD

En el marco de la Celebración del Día del Maestro, Lenin Navarro Chávez y Francisco Guzmán Marín, egresados destacados de la Escuela Normal de Tiripetío, nos hablan de su experiencia como alumnos y la trayectoria profesional que tienen y que se aleja de lo que muchas veces prevalece en el imaginario social, como la idea de que es un centro formador de “rijosos”.

En entrevista con La Voz de Michoacán, José César Lenin Navarro Chávez, académico y fundador del Instituto de Investigaciones Económico Empresariales (ININEE) de la UMSNH, es egresado de la Escuela Normal Rural Vasco de Quiroga de Tiripetío.

“Cuando egresé alterné mi formación como economista en la Escuela de Economía de la Universidad Michoacana; fueron cinco años de dar clases de primaria en una escuela de Tarímbaro, el que solo tuviera que dar clases por la tarde ayudó a alternar las dos actividades”, indicó.

PUBLICIDAD

Lenin Navarro expuso que más allá de lo que se dice de la Escuela Normal, lo cierto es que. Precisamente. la formación como docente fue lo que le dio los elementos para ahondar en temas de investigación y, por supuesto, de la docencia, pero ahora enfocada en el ámbito universitario.

Una anécdota curiosa es que cuando la Escuela de Economía se convierte en Facultad al integrar su primer posgrado, como director de la misma le tocó también la asignación del nombre de la Facultad como Vasco de Quiroga, igual que la Escuela Normal Rural de donde orgullosamente se graduó.

“Ingresé a la Escuela de Economía por la formación en la normal, donde tocábamos temas de esta asignatura, se llevaban materias de Ciencias Sociales, Naturales y Literatura, te dan una formación muy completa; lo que puedo decir es que si se estudia mucho se aprende mucho de pedagogía y de educación primaria”, relató en la charla con esta casa editorial.

Expuso que hubo una particular conexión entre su formación como normalista y luego como economista, además destacó que la formación con sentido social, destaca frente a otras normales y que es un tema característico de las Escuelas Normales Rurales.

En torno a la calificación de normales como nidos de jóvenes conflictivos, señaló que en su experiencia estudiantil sí le toco participar en diversos movimientos por temas justos, como eran las asignaciones de becas que pasan por alimentación, así como para solicitudes de mejora en la infraestructura.

Subrayó que los recursos asignados a los centros de formación docentes son limitados, a pesar de que se piense que es mucho: “pienso que si se atendieran todas estas causas no habría necesidad de tantas de estas acciones”.

Manifestó que, aunque tiene ya 43 años de su egreso de Tiripetío, “la formación de docentes sigue siendo una necesidad para el país y esto se alcanza en las escuelas normales”, destacando la vocación con que se llega a estos espacios, pero también los saberes inculcados dentro de las aulas en temas pedagógicos.

Al preguntarle sobre su proceso formativo tras la normal comentó: “corrí con suerte, porque la generación de la que formé parte, del modelo de enseñanza que me tocó realizar una investigación, fue de las primeras generaciones que se graduaron con investigación, por lo que docencia e investigación tuvieron su origen en la Escuela Normal Rural Vasco de Quiroga”.

Expuso que tras su ingreso como docente a la Escuela de Economía de la Universidad Michoacana, justamente, se dedica a los temas de didáctica y pedagogía, así como de dinámica de grupos, “todo eso lo aprendí en Tiripetío, por lo ha sido una experiencia invaluable”.

Recordó que en 1984 terminó la carrera de Economía, comienza su paso como docente y después se fue a estudiar la maestría en Economía y Política internacional en el CIDE (Centro de Investigación y Docencia Económicas) y el doctorado en el Instituto Nacional Politécnico (IPN), con una estancia doctoral en La Universidad de California, Los Ángeles.

Agregó que posteriormente fue el director fundador del ININEE como parte su trayectoria; “el instituto ahora tiene ya seis posgrados como son los doctorados en Negocios, Políticas Públicas y Desarrollo Regional; asimismo las maestrías en Negocios, Desarrollo Regional y Políticas Públicas; “tuve la oportunidad en participar en su diseño en conjunto con otros compañeros del instituto los programas, que todos están en Padrón de Calidad del Conacyt”.

Compartió que la idea del establecimiento del ININEE parte de la Facultad de Economía, teniendo como referencia los institutos de la Universidad Michoacana y los de nivel nacional como los de la UNAM enfocándose en la investigación, una labor que quería hacerse con un enfoque económico. Ahora es uno de los centros de investigación más reconocidos de la UMSNH, formadora de políticos, funcionarios y especialistas reconocidos en la entidad y la región.

Apóstol de la educación versus militante sindical

También en entrevista, aunque en su caso desde España donde realiza una estancia de investigación en la Universidad de Zaragoza, Francisco Guzmán Marín, egresado de la Escuela Normal Rural Vasco de Quiroga e investigador de la Universidad Politécnica Nacional (UPN), señaló que destacaría de su formación en Tiripetío la perspectiva de la educación como un motor de transformación.

Desde una perspectiva más crítica, explicó que en paso por la normal el aspecto más positivo es que “se mantenía esta visión del apostolado del magisterio, de acercar la educación a las comunidades más alejadas y a los estudiantes con mayores carencias”; esto fue lo que le motivó a ser investigador educativo, “aunque lo cierto es que hoy la lógica militante se ha apoderado de las normales”.

Refirió que la ventaja que considera que tuvo en su momento es la obligación de hacer trabajo comunitario, “pero también que se creía en la utopía del cambio de la sociedad, eso históricamente nutría a la Federación de Estudiantes Campesinos de México de la que forma parte Tiripetío, de transitar al socialismo, de alcanzar la utopía, todo esto se desmoronó con la caída del muro Berlín”.

Indicó que hoy los estudiantes de las normales no leen como en aquel momento, pero mucho menos leen las obras marxistas: “leen refritos de comentaristas y eran ventajas que se tenían, ahora la preocupación parece ser más exclusivo por los temas económicos por la plaza base o las becas que por prepararse”.

Manifestó que sí se tienen que plantear cambios para formar a docentes que respondan a las necesidades educativas de este siglo y los contextos sociales por los que atraviesan las comunidades educativas, desde los cambios tecnológicos hasta la forma en cómo se enseña.

“El propio Paulo Freire, en una obra que se llama ‘Carta a quien pretende enseñar’, comenta que el docente debe reforzar estos aspectos formativos y del servicio que se da a las comunidades, pero ahora están más preocupados por los aspectos de la política sindical”, indicó.

Reconoció que existe una visión romantizada sobre el normalismo, pero sí enfrenta serias dificultades: “existen desfases entre lo que pasa o se enseña en las normales y lo que sucede en educación básica; un ejemplo son las reformas educativas, hay estudiantes que entran estudiando un modelo educativo que cuando egresan ya se eliminó, producto de las reformas sexenales”.

Reiteró Francisco Guzmán que es necesario un cambio en las escuelas normales y que es necesario dejar fuera las lógicas que se apoderan de ellas en términos de intereses sindicales y, por el otro, una política educativa más consistente con un proceso formativo más sólido.

“Los académicos que fundamentan las últimas reformas educativas no son normalistas, todos ellos vienen de las universidades, eso nos habla de que las normales han sido receptoras de las políticas, pero han estado al margen de la generación de conocimientos”, finalizó.

Día del Maestro cumple 105 años

El 15 de mayo es una fecha especial en México, ya que se celebra el Día del Maestro. La conmemoración se realiza desde 1918. Un año antes el entonces presidente del país, Venustiano Carranza, firmó el decreto para establecer la fecha como la oficial.

La figura del maestro, se postuló, es fundamental en la sociedad mexicana. Los docentes desempeñan un papel crucial en la formación de las nuevas generaciones. Son los encargados de transmitir conocimientos, habilidades y valores a sus estudiantes, guiándolos en su crecimiento intelectual y personal. Su labor va más allá de impartir materias, ya que también inspiran, motivan y acompañan a sus alumnos en su desarrollo integral.

El Día del Maestro brinda la oportunidad de expresar nuestro reconocimiento y gratitud hacia estos profesionales de la educación.