Mojigangas de Pátzcuaro, una tradición viva desde el siglo XVII y que hoy perdura

Contrario a lo que se piensa, que las introdujo Vasco de Quiroga, no fue sino hasta el siglo XVII que Francisco Lerin imitó una tradición española

Angélica Ayala / La Voz de Michoacán

Pátzcuaro, Michoacán. Una de las tradiciones que por siglos ha identificado la festividad en honor a la Virgen Inmaculada de la Salud en Pátzcuaro son las mojigangas, que cada año, un mes antes de la fiesta principal, salen a las calles para anunciar que el 8 de diciembre se le honrará y venerará aún más a la también patrona de la Arquidiócesis de Morelia; los monos de poco más de cuatro metros de altura bailan al son de las pirekuas y abajeños.

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Este tema de las mojigangas fue abordado por el historiador Eugenio Calderón en la conferencia “Las mojigangas de Pátzcuaro”, ya que por más de 40 años ha participado en esta actividad y cuenta con dos originales de las legendarias figuras que datan del siglo XVII. “Hablar de esta tradición es decir que es original de Pátzcuaro, tenemos a las guarecitas, sí, que salen en los barrios y es una tradición ajena. Lo original son las mojigangas, en la actualidad tenemos tres grupos”.

Contrario a lo que se ha creído que las mojigangas llegaron a Pátzcuaro por Vasco de Quiroga, el historiador mencionó que, cruzando datos y testimonios, “me di a la tarea de investigar y, si bien una versión de su origen es que las había traído Vasco de Quiroga, empecé a cruzar datos, entrevistas a personas. Las figuras que me entrega Esperancita Correa son del siglo XVII, no son de la época de Don Vasco. Al meterme más a fondo en el tema, descubro que las mojigangas fueron hechas por Francisco Lerin, para apoyar en atraer recursos para la construcción del Templo del Sagrario, que fue el primer santuario de la Virgen de la Salud”.

En su relato y acorde con las investigaciones realizadas, el entrevistado señaló que Francisco de Lerin llegó dos siglos después que el primer obispo de Michoacán, Vasco de Quiroga. “Él era un español de origen sevillano que se vino a establecer a Pátzcuaro, se convierte en devoto de la Virgen de la Salud, él idea las figuras como la tradición que se hace en España de los Gigantes y Cabezones. Se idean estas figuras para el apoyo de sacar recursos económicos para el Sagrario”.

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Eugenio Calderón menciona que el Sagrario se inició a construir en 1717 y se concluye en 1893, “se inaugura 23 años después, entonces las mojigangas se empiezan a integrar en la población, no para buscar recursos para el Sagrario, sino directamente al culto de la Virgen. Un mes antes a cada salida se le llama reseña, prácticamente son cuatro reseñas más la festividad del día central, que es el 8 de diciembre”; es cuando se empieza a instituir como un legado para la cuidad.

Mencionó que él y su familia tienen la suerte de tener “el turco y un oriental del siglo XVII, las otras dos fueron destruidas en una caballeriza, los caballos las patearon y no quedó nada de ellas”. Fue en los años 80 que se incrementaron otras figuras. Consideró que este legado ha tenido sus altibajos, “ha habido sacerdotes de la iglesia que han tenido interés porque están relacionadas con el culto de la Virgen que anuncian la festividad un mes antes”.

Esperanza Correa, quien originalmente tenía las figuras del siglo XVII, Eugenio Calderón las administraba, es así que tiene el registro que, en los años 80, la señora mandó hacer con un artesano de Cortazar, Guanajuato, “más cabezas, y se incrementó el número de mojigangas, las figuras originales por un tiempo dejaron de salir, en 1940 a 45 se hacen otras figuras, un señor que se llamaba Alfonso Melgarejo hace copias de los moros y hace figuras de dos ídolos del momento, María Félix y Jorge Negrete, que son las que vemos actualmente”.

Las mojigangas originales eran cuatro, representadas en una pareja de moros y una de orientales, es así que, en estos años, ya existían dos grupos de mojigangas, las de Eugenio Calderón y las de la familia Tena. Después, uno de los jóvenes que cargaban “los monos”, adjetivo con el cual también son conocidas, también elaboró otros gigantes, siendo José Luis Tovar de la Cruz, “que conforman este grupo de mojigangas, son las que vimos en el pasado desfile del 20 de noviembre”.

Una de las imágenes que se han integrado a las mojigangas en la guarecita, que en su origen era una china poblana. “En los años 40 se integran la guare, que no era una guare, sino una china poblana que regaló un fabricante de calzado, y la china poblana recorría las calles de Pátzcuaro para anunciar su fábrica. Comentan que él mismo elaboró dos cabezas medianas que eran los cuadrados y los regaló con la china poblana, que es la única que su máscara es de madera, las otras son de cartón”.

Cuando Eugenio Calderón recibe de Esperancita Correa las mojigangas originales, que fue después de 1984, se desliga de la familia, haciéndose responsable del mantenimiento y de la coordinación para que las mojigangas salgan a las calles a anunciar la festividad de la Virgen, “las mojigangas antes sólo salían el 8 de noviembre y después hasta el 8 de diciembre, es cuando yo decido sacarlas los domingos del mes y el día central”, es decir que él instituyó la tradición de que cada domingo previo a la fiesta bailen por las calles de Pátzcuaro.