Ciudadanos se blindan más contra la violencia; Michoacán está entre los primeros lugares

El incremento en tasas de violencia eleva las ventas en el sector, refiere el titular de Comisión Nacional de la Industria del Blindaje

Arturo Molina / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. El estado ocupa el séptimo lugar a nivel nacional en consumo de servicios de blindaje en automóviles. La tasa de violencia y los fenómenos sociales han generado que en esta entidad el grosor de blindaje supere a la Ciudad de México y otras partes del mundo por el calibre de armas que se usan en la región.

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En entrevista para La Voz de Michoacán, René Fausto Rivera, presidente de la Comisión Ejecutiva del Consejo Nacional de la Industria del Blindaje (CNIB), destacó que el reforzamiento más común que se contrata en nuestro estado y cada vez más recurrente es el nivel 4, que está diseñado para soportar calibres de armas largas.

Hay una diferenciación importante en los niveles de blindaje que se contratan en los estados. Si bien se tiene mayor contratación de este dispositivo en zonas como el centro del país, los niveles de resistencia a las armas largas de fuego van incrementando en regiones en donde los fenómenos delictivos se acrecientan.

“Tenemos un crecimiento sostenido del 15 y 20 por ciento anual en el uso del blindaje. Nuevo León, Morelos, Estado de México, Veracruz y Guerrero. Michoacán está en el top 7 de estados. No es lo mismo la violencia que se vive en la Ciudad de México, donde lo más común es el robo en los vehículos o el secuestro, a Tamaulipas, Nuevo León o Michoacán, donde hay más eventos donde se usan las armas de alto poder. En la Ciudad de México es nivel 3, pero ya lo que es Tamaulipas, Guerreo y Michoacán, tiene que ser por lo menos un nivel 4, es lo que más nos solicitan”, explicó.

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Como consecuencia de la profunda crisis económica y el creciente clima de violencia en nuestro país, el blindaje ha dejado de ser un producto exclusivo de las altas clases sociales. La ley de la oferta y la demanda permite que este tipo de protección, en sus diferentes modalidades, no sólo sea accesible para políticos o grandes empresarios, sino también para profesionistas o comerciantes que, ante la amenaza a su seguridad o la de su familia, buscan estar un paso adelante previniéndose y protegiéndose.

En este caso advirtió que en Michoacán los fenómenos que se han vivido, como el levantamiento de las autodefensas en 2013, aumentaron la necesidad de contratar este tipo de servicios. Si bien la violencia se ha mantenido en los últimos años, advirtió que las condiciones económicas actuales tendrán como consecuencia un incremento en los niveles de violencia, y estos, a su vez, en la demanda de este tipo de servicios.

En nuestro estado son distintas las condiciones que se viven. Por un lado, la incursión de grupos delincuenciales que se viven desde hace años y los constantes enfrentamientos, han derivado en constantes actos de violencia. En estos enfrentamientos ciudadanos han quedado prácticamente en medio del fuego cruzado.

Estimaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) refieren que al menos 6 de cada 10 michoacanos cuentan con armamento, ya sea de tipo corto o de grueso calibre de uso exclusivo del Ejército, lo cual sigue abonando a las condiciones de inseguridad generalizadas en todas las regiones del estado de Michoacán.

Arsenales e instalaciones militares, sin proteger

El también especialista en protección de arsenales y resguardo de equipo táctico militar destacó que en casos como los de la base de la Guardia Nacional de La Ruana, en Tierra Caliente, donde se han registrado ataques, no se cuenta con los sistemas para proteger las armas.

Advirtió que el menos en lo que comprende a esta organización, corporaciones locales y federales no han contratado los sistemas para blindar los almacenes de armas ante los embates de la delincuencia organizada.

“Parece que no existieran los elementos para la resguarda y blindaje arquitectónico para esta sede. Se lee que llegaron, ingresaron, quemaron objetos y se llevan municiones, se me hace raro que digan que no se llevan armamento. La seguridad cuesta, no quisieron invertir y pusieron unos módulos con láminas que no cumplen con requerimientos balísticos. No entendemos cómo es posible que no cuenten con el material balístico para resguardar, y eso nos parece muy preocupante”, explicó.