Transexualidad en la Ciénega, entre el rechazo y la búsqueda de respeto a su identidad

La comunidad LGTTTQ+ coincide en la necesidad de generar una cultura de la aceptación y la inclusión que pase más por una política pública que por actos de buena voluntad

Foto: José Luis Ceja Guerra.

José Luis Ceja / La Voz de Michoacán

Jiquilpan, Michoacán. Entre el rechazo público y la búsqueda en lo privado, la comunidad LGTTTQ+ enfrenta un panorama diferente producto también de su propia diversidad y la falta de programas en los centros escolares que permitan a las nuevas generaciones entender sobre ideologías de género.

PUBLICIDAD

Pese a que, de manera general existe cierto grado de aceptación para la comunidad en los municipios de esta región, las agresiones y discriminación son parte del entorno cotidiano. “Generalmente sí hay respeto, pero, como en cualquier parte hay personas maleducadas que agreden y sí bien, tenemos aceptación también tenemos acoso y agresiones en algunas de las regiones” dijo Grecia Victoria Martínez Magallón quien desde hace cuatro años decidió dar el siguiente paso para convertirse en una mujer “Desde muy temprana edad sentía que era mi preferencia, qué era lo que yo quería ser, pero en este caso por falta de información comencé a buscar por internet acerca de la comunidad LGTTTQ+ y empezamos a experimentar la apariencia masculina gay, y empezamos a conocer qué es el transformismo y el travestismo” es en esa búsqueda, dijo, que encontró su identidad “Es cuanto estableces tu punto y dices ‘esto soy, esto quiero ser’ y es cuando agarras ese valor para decir que te identificas como mujer porque soy una persona transgénero o transexual y llevo ya entre cuatro y cinco años con mi transición”.

Hace dos años logró obtener ya su identidad actual después de su proceso lo que, en lo emocional le resultó un proceso complicado y triste debido a que implicaba el abandono de su identidad como hombre.

Destacó que ante la falta de un entendimiento a cabalidad sobre este tipo de procesos por parte de la población en general, resulta difícil un proceso de aceptación en los entornos sociales, laborales e incluso afectivos ya que, regularmente a los integrantes de esta comunidad se les ve como objetos sexuales rechazados en lo público pero buscados en lo privado por la comunidad heterosexual.

PUBLICIDAD

“Es algo que a mí me causó algo de confusión y conflicto porque la gente piensa que en nuestra comunidad nuestra capacidad es ser transexual y dedicarte al sexo servicio; estamos quienes nos desenvolvemos en trabajos comunes pero seguimos con esa etiqueta de que somos prostitutas o me dedico al sexo servicio sin conocerme y en este caso los hombres son quienes tienen más esa especie de morbo”

Renunciar a todo por el cambio

El cambio radical de imagen y pensamiento de Grecia Victoria le llevó a dejar de tajo atrás toda su vida como hombre y como homosexual “Pierdes amigos, pierdes trabajo, es empezar de cero a crear otra vida” de esta suerte, a partir de este cambio Grecia comenzó un camino que actualmente la mantiene en el limbo pues en su intención de convertirse en mujer la llevó, en procesos a abandonar la heterosexualidad masculina, la homosexualidad para convertirse en mujer, grupo poblacional en el que, reconoce, no ha encontrado todavía la aceptación plena por parte de este sector poblacional.

Parte de este rechazo, dijo, proviene de una cultura patriarcal y machista muy acendrada en los entornos rurales de esta región “Te empiezan a atacar, te ven como bicho raro porque eres lo diferente y te empiezan a ver como algo malo, en mi caso fue algo difícil porque me rodeé de personas machistas y fue muy complicado porque empiezas a escuchar las cosas como ellos dicen que deben ser y empiezas a cuestionar”.

Al convertirse en mujer, destaca Grecia Victoria, una de las incomodidades que enfrenta recurrentemente es el acoso sexual por parte de los hombres, en virtud de que esta incomodidad se manifiesta toda vez que es una mujer.

“Me gritan en el ámbito sexual cosas como ‘cuánto cobras’, ‘haces esto y lo otro’ y me causa incomodidad y molestia porque como soy una femenina de nacimiento lo veo como un acoso” para evitar lo anterior, destacó como necesario generar una cultura de información en los centros escolares tempranos en la idea de que los jóvenes estudiantes de colegios públicos y confesionales asimilen la existencia y la razón de ser de la comunidad LGTTTQ+ y dejar de lado la idea de que los integrantes de esta comunidad representan el lado oscuro de lo moral y socialmente aceptable como la prostitución, drogadicción y otros temas.

La doble moral del machismo en la Ciénega

Desde la percepción de Grecia Victoria Martínez Magallón, el varón heterosexual de la región es poseedor de una doble moral pues mientras en lo público rechaza y se avergüenza de cualquier nexo con la comunidad, por otro lado le busca continuamente “Desde doctores, empresarios, trabajadores de almacenes, tiendas que llegan a aparentar un machismo fuerte, su sombrero bien puesto, sus botas y cinto de piel y vienen con otras intenciones y a estarnos hablando muy dulcemente.

De manera general los integrantes de la comunidad LGTTTQ+ coinciden en la necesidad de generar una cultura de la aceptación y la inclusión que pase más por el tema de una política pública que por actos de buena voluntad; de hecho en el municipio de Jiquilpan  se celebró durante el mes de junio el llamado ‘Mes Pride’ en conmemoración de los logros sociales y políticos obtenidos a partir del empoderamiento de los integrantes de esta destacó Alejandro ceja López, coordinador del departamento de Equidad de Género y Diversidad Sexual de este municipio quien destacó que el pertenecer a la comunidad LGBTTTIQ+ en un entorno rural, resulta complicado por la facilidad con que se etiqueta a los integrantes de esta comunidad “Es un machismo muy marcado, por ejemplo si hablamos de prostitución, hemos sido marcados por prostitución cuando también hay mujeres y hombres que lo hacen”.

Históricamente en Jiquilpan, dijo, las preferencias sexuales han sido factor para que los integrantes de esta comunidad puedan acceder a determinadas ocupaciones productivas, tema que ha disminuido con el correr del tiempo aunque existen todavía “Sí hemos  tenido bloqueos en grandes empresas simplemente por la forma de vestir; pero hay más problemas con las personas transgénero, los travestis y transexuales que está orientadas a un cambio radical de imagen que por falta de oportunidades de un buen trabajo se ven orilladas a tomar la prostitución como un trabajo”.

Pese a que la comunidad LGBTTTIQ+ cuenta con artistas en diferentes ramas del quehacer humano, Ceja López lamentó que de manera general se les vea como una especie de objeto sexual, sin tener en cuenta que no se trata de un sector apartado de la sociedad sino una parte integral de la misma, con capacidad de colaborar y solidarizarse con el resto de la población.