Bosques del sur de Morelia son devorados sigilosamente; ejidatarios aseguran tener permisos

Ejidatarios defienden contar con todos los permisos para aprovechar recursos, pero en revolución social evidencian irregularidades

Foto: Víctor Ramírez.

Jorge Manzo/La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. En operación hormiga, hectáreas de bosque son derribadas por talamontes que operan sigilosamente en la serranía del sur de Morelia. Enormes grúas son utilizadas para arrastrar los troncos que son cortados y que más tarde son llevados a aserraderos clandestinos. Los comuneros optan por callarse, pues temen que si denuncian ellos serían las víctimas de los delincuentes. Las cifras oficiales hablan de 200 hectáreas deforestadas de manera ilegal, sin embargo, la cifra podría ser mayor.

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La Procuraduría Ambiental de Michoacán ha recibido por lo menos 15 denuncias formales de posibles talas ilegales en el sur de Morelia, pero durante los operativos que han desplegado no han encontrado ninguna anomalía, ya que los ejidatarios comprueban contar con los permisos otorgados por las autoridades ambientales. Sin embargo, Heriberto Padilla, propietario de unas 10 hectáreas de bosque, evidenció que delincuentes se le han metido a su propiedad y le han estado tumbando árboles.

Han derribado algunos árboles (quizá una cuarta parte) de mi predio, y yo no cuento con permisos para el aprovechamiento forestal. Al inspeccionar el predio nos hemos percatado de que ingresan unidades de carga pesada y se llevan los troncos que son obtenidos de manera ilegal. Ahí están las marcas”, sentenció el denunciante, quien pidió apoyo a Revolución Social, mismos que desplegaron un operativo en la zona de San José de las Torres, en donde localizaron una enorme grúa sobre una estrecha terracería.

René Valencia Reyes, líder de la organización, afirmó que cuentan con varias denuncias en contra de taladores de bosques que operan a todas horas en este punto del municipio y que utilizan estas enormes máquinas. La que fue hallada en la comunidad de Los Laureles fue entregada a la Secretaría de Seguridad Pública, una vez que la descripción de la unidad no corresponde a lo que viene en la tarjeta de circulación, además de que existen denuncias de que ha sido utilizada para el derribo de árboles de manera ilegal.

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Son 10 grúas las que están identificadas que operan en los bosques del sur de Morelia. Los ejidatarios afirman que todas cuentan con los permisos para trabajar, y garantizan que cada árbol que derriban está marcado, es decir, se cuenta con la autorización para su aprovechamiento, sin embargo, admiten que hay quienes por necesidad también están vendiendo madera que es extraída de estos pulmones de Morelia para “sacar para el taco”. Hace unos 20 años había en esa región unos ocho manantiales, hoy el 50% prácticamente se ha secado, entre otras causas, debido a la deforestación.

Revolución Social denunció que hay operadores de camiones cargados con madera que llegan a utilizar guías que son alteradas al momento de que las autoridades ambientales realizan inspecciones, incluso, el tráfico de influencias llega al grado de que cuentan con documentos “en blanco” que son llenados a su conveniencia, sin embargo, la Procuraduría Ambiental destacó hasta ahora no se cuenta con una denuncia formal. Garantizó que el agrupamiento forestal en donde interviene la Secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía Estatal está capacitado para atender estos casos.

Ciclistas y practicantes de deportes extremos son los que han acudido con mayor frecuencia a denunciar el saqueo que ven en los bosques del sur de Morelia, pues creen que la deforestación se facilita debido a la complejidad de los terrenos en los que se encuentran las reservas forestales, aunado a la falta de presencia de las autoridades. En este punto, el procurador ambiental de Michoacán lanzó un enérgico llamado para que los propietarios de las tierras que son afectadas informen de manera puntual lo que está ocurriendo, y de esta manera se proceda legalmente.

No obstante, los ejidatarios reconocieron que están dispuestos a trabajar con las autoridades, pero manifestaron su desconfianza hacia las corporaciones policiales pues sienten que pueden estar coludidos con los grupos delincuenciales. Reconocieron que si ellos llegan a denunciar formalmente la operación de talamontes no sólo “los matan a ellos, sino también a las familias”. En este punto, los integrantes de Revolución Social ofrecieron acompañar a los ejidatarios para que frenen la operación de estos grupos que lo hacen al amparo de la omisión de “todos”.

Juan Carlos Vega Solórzano, procurador ambiental de Michoacán, reconoció que se actúa conforme a la denuncia que se hace llegar, pero celebró que haya deportistas que estén mostrando activismo en estos temas, a los que también aprovechó para invitar a cuidar los recursos naturales. Informó que se tiene comunicación con las autoridades forestales para acudir a donde haya irregularidades, pero notificó que desde el 2017 se otorgaron permisos de aprovechamiento forestal en esa serranía, por lo que el origen de esas talas tiene autorizaciones expedidas por Semarnat y Profepa.

Heriberto Padilla, propietario de una superficie extensa de bosque, dijo a La Voz de Michoacán que su predio ha sido saqueado por sujetos desconocidos. El lugar está solo, y se cuenta con un encargado, sin embargo, de manera discreta han ido derribando árboles “para que no nos demos cuenta”. Por lo menos cada mes acuden al lugar, y de un tiempo a la fecha han notado marcas de unidades de carga pesada, y huellas de que se arrastran troncos de madera, por lo que han confirmado que se trata de una tala ilegal, pues no se cuenta con el permiso para realizar el derribo de pinos.

EL OPERATIVO

Al mediodía, la organización Revolución Social en vehículos “todo terreno” se desplazó hacia la zona de San José de las Torres, con el fin de detectar la operación de talamontes, una vez que se tiene identificada una célula que realiza estas labores en zonas que son protegidas. A la altura de la comunidad Los Laureles fue localizada maquinaria pesada, misma que es utilizada para el aprovechamiento de los bosques. La unidad fue remolcada pues se encontraba en aparente abandono.

Los pobladores no supieron dar informes de los dueños. De inmediato, fue trasladada a la glorieta Juan Pablo II, en la zona comercial de Altozano, en donde fue inspeccionada por Tránsito Estatal y se confirmó que la unidad no es apta para las labores que realiza, una vez que no está acreditado su uso como grúa por lo que fue llevada al corralón, en espera de que se inicie una averiguación formal por presuntos delitos en contra del medio ambiente, aunque se esperará a que afectados acudan a interponer la denuncia.

Cuando el convoy se desplazaba sobre las brechas, un par de unidades tripuladas por ejidatarios de San José de las Torres fueron atravesadas en el camino, con la idea de frenar su avance. Los ejidatarios acusaron que se trataba de una arbitrariedad y afirmaron que si estaban talando bosques era “responsabilidad de Semarnat y Profepa” pues fueron las instancias que otorgaron los permisos, sin embargo, René Valencia Reyes afirmó que la unidad fue retirada de la vía pública y se encontraba en abandono, por lo que fue puesta a disposición de las autoridades.

En este punto, Memo Valencia, quien también acudió a este operativo, denunció que el saqueo que se vive al sur de Morelia es imperdonable. Lamentó que haya quienes estén mal utilizando los permisos que se otorgan y estén derribando más árboles de la cuenta, a pesar de que se están agotando los recursos humanos. Les pidió a los ejidatarios que le otorguen informes de quiénes son los depredadores de los bosques de Morelia, a fin de que se detenga su avance. Ofreció apoyar en esta labor, y solicitar la intervención de las autoridades.

De acuerdo con las denuncias que han llegado a la organización Revolución Social, detrás de talamontes estarían también involucrados ejidatarios, quienes aprovechan de manera ilegal la madera que se extrae de los bosques. Incluso, advierten que hay quienes cuentan con aserraderos, y ante la poca presencia de las autoridades logran comercializar cargamentos de madera que llegan a ocupar en los talleres que tienen en las faldas del cerro, facilitando la operación, pues de inmediato la transforman en muebles.

En este punto, advierten que irán tras estas células que tienen identificadas.