Cacería furtiva e indiscriminada acaban con la vida silvestre en bosques del sur de Morelia

La cacería de especies como puma, iguana o venado causan severas alteraciones al equilibrio natural de los ecosistemas

Arturo Molina / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Crece el desequilibrio ambiental en los bosques del sur de Morelia por el saqueo indiscriminado de especies endémicas y la lenta muerte de los ecosistemas. La cacería indiscriminada ha propiciado el despoblamiento de especies endémicas de la región ubicada entre los municipios de Madero, Huiramba y Acuitzio, mientras que la muerte del Río Curucupatzeo se encuentra cada vez más cerca.

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Por un lado, la carne de iguana cada día es más cotizada en restaurantes de Morelia y otras zonas del país por sus presuntas propiedades benéficas para la salud y, sobre todo, la creencia de las propiedades afrodisiacas.

Por lo anterior, las zonas aledañas al Río Curucupatzeo son constantemente asediadas por trampas y cazadores que les han saqueado sin regulación y sobre todo en total impunidad, ante la desaparición del animal que alguna vez proliferó por miles en su hábitat natural.

En voz del doctor Julio Santoyo Guerrero, la situación ya es incontenible en toda la zona. Además del impacto a la iguana, el venado también es constantemente asediado por los cazadores en todo el año.

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Apenas en 2021 La Voz de Michoacán dio a conocer la denuncia por parte de activistas, en donde incluso empresas foráneas ofrecen los servicios de cacería turística matando a grandes felinos, venados y otras especies que habitan en el que es considerado como uno de los últimos reductos de la fauna silvestre del estado.

A pesar de la información difundida, los activistas de la región lamentaron que no hubo respuesta en cuanto a trabajos de inspección, vigilancia u otras acciones que pudieran ayudar a contener a la caza furtiva a pesar de encontrarse relativamente cerca de la capital del estado.

“Lo que tenemos es un escenario preocupante en extracción de fauna, en este caso de iguana. Madero tiene una gran parte de Tierra Caliente y lo que hemos observado es algo muy preocupante. Es la cacería y la extracción de reptiles para venderlas en restaurantes de Morelia ya que se ha hecho saber que el caldo de iguana es de buen sabor y hasta propiedades mágicas para la salud y vigor sexual. Es un despoblamiento generalizado de iguana. Lugares del Río Curucupatzeo, en donde el animal va a reproducirse, hay zonas que no tienen iguanas”, explicó.

Al fenómeno anterior se han sumado el impacto ambiental en cadena ante la desaparición del venado y otros mamíferos. La población de felinos de la zona ha quedado prácticamente sin opciones de alimentación, por lo que la especie ha tenido que recurrir al ataque de las zonas ganaderas.

El impacto de los grandes felinos para la industria de los cárnicos desencadenó a su vez cacería en detrimento de las especies que ya se encuentran amenazadas y presuntamente protegidas por la Semarnat.

“Es uno de los problemas en la extracción de la fauna silvestre. La otra tiene que ver con el venado. Como es una zona que tiene a un buen número pues la cacería furtiva es un fenómeno que prácticamente está generalizado y nos ha costado generar una conciencia de respeto. Esto genera desequilibrios en los hábitats. En la zona de la sierra sigue la cacería y pues va resultando que el puma al no tener venados para comer termina atacando al ganado y terminan por cacerías de pumas. Esto es un desequilibrio”, concluyó el especialista y activista.

Si bien la Ley General de Vida Silvestre establece criterios con los cuales se puede participar en actividades de caza, lo anterior requiere el permiso de los propietarios de los predios mismos que son ignorados constantemente, así como la implementación de medidas de conservación a las especies.

Con base a lo anterior, exhortaron a los tres niveles de gobierno a atender la situación que se vive por efecto de la casa y otros delitos ambientales en detrimento del equilibrio ecológico de la región.

Muchas de las especies incluso han terminado en recintos como el Zoológico de Morelia. Entre diciembre y junio de este año, el recinto establecido en la capital del estado han recibido más de 200 ejemplares de distintas especies. No obstante, la principal especie recibida siguen siendo las iguanas.

Río Curucupatzeo, en las últimas

La construcción de cientos de ollas de agua en las zonas altas de la región de madero y los bosques de la zona así como el saqueo del vital líquido para los sembradíos de aguacate ha derivado en la agonía del que alguna vez fue uno de los ríos más importantes de la región.

El venado, el puma, la iguana, el bagre o la serpiente de cascabel, las ceibas, las parotas, los inmensos cactus han visto como poco a poco el río ha ido disminuyendo en su caudal y dejado a su paso pequeños veneros de agua.

El impacto no solo ha sido para las especies de flora y fauna que ahí habitan. Al menos cinco comunidades de la zona de tierra caliente que confluyen en el municipio e Madero se encuentran bajo tensión por el uso de las aguas. El poblado de los Lobos, la Cumbre, Moreno, Villa Madero, San Pedro, San Diego mantienen rispidez desde hace años sin que autoridades volteen a verlos.

Especies, presuntamente protegidas

En nuestro estado, más de 200 especies de especies animales vertebrados enfrentan problemas por peligro de extinción por factores como; la caza furtiva, la venta ilegal de especies silvestres en el mercado negro, el calentamiento global, la desaparición de ecosistemas completos por el cambio de uso de suelo y la contaminación lo que ha generado las condiciones propicias para la desaparición de decenas de especies. La principal causa de desaparición de las especies, sigue siendo la actividad humana, entre las cuales, el cambio ilegal de uso de suelo, la contaminación y la destrucción por completo de sus ecosistemas, sigue cobrando factura a nivel nacional.

Sólo en Michoacán, se han registrado 14 mil especies de flora y fauna, cifra que coloca a esta entidad en el quinto lugar en biodiversidad a nivel nacional. No obstante, ha sido la actividad del hombre la que ha ido reduciendo en gran medida los ecosistemas.

En total son 207 especies de vertebrados las que están catalogadas en alguna categoría de la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, en lo que respecta a la Protección Especial, Amenazadas, en Peligro de Extinción o Probablemente Extintas. Los grandes felinos, especies representativas e icónicas de las culturas mexicanas, son de los más afectados. Al ser cada vez más desplazados y afectados en sus fuentes alimentarias, los especímenes son cada vez más escasos.