Freseros y aguacateros dejan sin agua a comunidades del sur de Morelia

La instalación es huertas de 5 años a la fecha ha mermado el acceso al agua a comunidades y municipios ubicados al sur de la capital

Arturo Molina / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Se agudiza el conflicto en comunidades y municipios del sur de Morelia por posesión del agua. Las empresas productoras de fresa y de frutos rojos que llegaron a la región desde hace poco más de 5 años siguen extrayendo grandes volúmenes de agua, lo que ha dejado a miles de productores sin acceso al vital líquido.

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Las primeras movilizaciones de los comuneros se registraron durante esta semana, en tanto que el emplazamiento de los inconformes es llevarlas hasta la ciudad de Morelia en lo que acusan falta de acciones por parte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Comisión Estatal del Agua y Gestión de Cuencas (CEGC).

El activista Julio Santoyo, especialista en gestión de recursos naturales en las comunidades de Villa Madero y Acuitzio del Canje, advirtió que hay omisiones por parte de las autoridades en cuanto a la gestión del agua.

Comunidades enteras de Madero, Acutizio, Huiramba, el sur de Morelia, Pátzcuaro, Tzintzuntzan e incluso Quiroga, han resentido hasta este año los efectos de la voracidad de las empresas productoras de los frutos de alto rendimiento.

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“Es un problema que se ha expuesto a las autoridades, sin embargo, existe una constante omisión. La disponibilidad de agua a través de pozos u hoyas le corresponde a Conagua, sin embargo, y este es un asunto de investigación, muchos productores tienen supuestas autorizaciones. Una cosa es cierta, el conflicto por el agua tenderá a agudizarse por una incorrecta administración del agua y porque esto afecta a las poblaciones y sus cultivos tradicionales”.

Hasta el momento no se tiene un conteo de cuántas comunidades exactamente están resintiendo los efectos de la pérdida de sus fuentes de agua, mientras que prácticamente cada mes se están construyendo hoyas de agua y pozos profundos para la manutención de las huertas.

Al respecto, los temas relacionados con lo que podría considerarse como despojo hacia los productores locales de cultivos de temporal, han sido tocados en los cabildos de al menos 3 municipios, sin que se tengan resultados alentadores en cuanto a la acción gubernamental.

Durante el 2018, el Consejo Estatal de Ecología (Coeco) advirtió sobre la conformación de lo que se podría considerar como el tercer polo de desarrollo del aguacate, ubicado al sur de Morelia, en Acuitzio, Villa Madero, Huiramba y Carácuaro. En este triángulo geográfico, los bosques han sido reemplazados por una gran cantidad de huertas del valioso “oro verde” y a ello se han sumado los grandes galerones que albergan a los frutos rojos.

Desde hace menos de 5 años y en silencio, los productores del mencionado monocultivo se han aprovechado de la región, la pobreza de las comunidades y en muchos de los casos, de la falta de vigilancia para instalar enormes huertas que incluso, han cortados los corredores de fauna de la región.

La instalación de huertas en estos municipios corresponde a capitales ajenos a Michoacán, toda vez que apenas un 5 por ciento de las huertas de aguacate son de productores oriundos de la región. Y es que incluso, en el caso de Villa Madero, los altos índices de pobreza han generado que la población venda sus tierras a precios infravalorados para subsistir.

La Coeco denunció que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha autorizado una gran cantidad de perforaciones de pozos de agua para uso agrícola en la región; por otra parte, ha negado durante años la perforación para la extracción del vital líquido a comunidades de escasos recursos.

Lo anterior ha dejado a comunidades que en años pasados se abastecían de arroyos y estanques de agua, completamente afectadas, toda vez que los escurrimientos naturales son cada vez menores y los pozos de agua presentan grados de abatimiento. Es común que las familias tengan que caminar hasta 8 kilómetros al día para obtener raciones de agua por mucho, muy menores a las que se requieren para las necesidades diarias.