Voracidad de productores de aguacate genera la necesidad de ponerles límites territoriales

Desde hace 10 años, el Consejo Estatal de Ecología ha alertado sobre la proliferación de monocultivos, sobre todo de aguacate, y esta semana el tema fue abordado por el gobernador del estado

Foto: Rogelio Arellano. La sustitución de pinos por aguacates, una de las problemáticas que siguen afectando a la entidad y propician que se agudice el paso del cambio climático.

Jorge Ávila, Arturo Molina / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Este lunes, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla anunció un plan para delimitar el cultivo de aguacate en el estado a fin de que las huertas no sigan proliferando en detrimento de los ecosistemas. Con esta iniciativa, la idea es que los productores del denominado “oro verde” no instalen huertas en lugares que no cumplen con los estándares para la exportación, como altitud, temperatura y humedad.

PUBLICIDAD

Asimismo, el titular del Ejecutivo estatal planteó la conformación de un consejo regulador del aguacate, que bien puede ser la APEAM quien desarrolle esta actividad bajo normas ambientales más estrictas.

Pero esto no es nuevo, sino que es algo que los especialistas y grupos ambientalistas han venido señalando, y por eso urgen a que se trace una “frontera agrícola” para delimitar las zonas de producción de monocultivos, como el aguacate y las frutillas, y queden separadas de las zonas de vocación forestal. Y es que lo que más preocupa a los activistas es que cada año, los aguacateros siguen devorando más hectáreas, tanto legalmente como en la clandestinidad, a fin de incrementar sus ganancias, sin importar los daños a los ecosistemas donde se asientan.

Con más de un millón de hectáreas de bosques devastadas por incendios forestales y posteriormente convertidas en huertas, el Consejo Estatal de Ecología (Coeco) manifestó su preocupación respecto a la constante postergación de la medida, que fue propuesta desde hace casi una década.

PUBLICIDAD

En la actualidad hay al menos 3 regiones del estado en donde la proliferación de distintos tipos de monocultivos de alto rendimiento económico, como el aguacate, las berries y hasta duraznos, siguen devorando las reservas forestales en aras de la exportación de estos productos.

Foto: Cortesía.

Para Vicente Estrada Torres, presidente del Coeco, la situación es urgente ante los indicadores de crecimiento de producción del aguacate. A pesar de que las cifras oficiales revelan poco menos de 175 mil hectáreas de “oro verde” cultivadas en suelos michoacanos, mientras que en la realidad son casi 300 mil hectáreas las que ya se han instalado en más de 70 municipios.

La política agrícola fue señalada como extractiva y poco solidaria con el medioambiente, en relación a que de los miles de miles de dólares que se generan todos los años con las exportaciones.

Desde hace al menos 5 años, activistas de distintas regiones del estado han denunciado el constante avance de los monocultivos a expensas de la estabilidad ambiental. Uno de los casos más relevantes fue el surgimiento de un tercer polo de producción aguacate y cambio de uso de suelo, ubicado al sur de Morelia, Acuitzio, Villa Madero, Huiramba y Carácuaro. En este triángulo geográfico, los bosques han sido reemplazados por una gran cantidad de huertas del valioso “oro verde”.

Morelia, cada vez más huertas

Pese a que desde la administración municipal pasada se afirmó que no se autorizaría el cambio de uso de suelo ni para nuevos fraccionamientos ni para huertas, lo cierto es que cada vez hay más cultivos de aguacate. Uno de los puntos que preocupa es el Cerro del Águila, por su importancia hidrológica y de conservación de especies endémicas.

En los últimos 4 años la plantación de huertas de aguacate aumentó a un ritmo más acelerado, además de que no se están instalando en las faldas como las que tienen años operando, sino que se están dando en la parte media del Cerro del Águila. Se trata de nuevos propietarios que adquirieron terrenos de personas de Tacícuaro –de acuerdo con testimonios anónimos-, pero que por necesidad y por la imposibilidad de activar sus tierras de manera sustentable han estado vendiendo predios que se cuentan por decenas de hectáreas, mismas que van cayendo en manos con intereses de este tipo de actividades ilegales.

En entrevista con esta casa editorial, un propietario que pidió el anonimato, contó que hay aguacateros que operan desde hace años, pero que recientemente nuevos dueños, que no son originarios de ninguna tenencia o localidad colindante con el cerro, han deforestado hectáreas enteras para instalar huertas de aguacate. Incluso algunas son perceptibles desde las faldas del cerro o desde la carretera Morelia-Quiroga.

En el archivo “Área Municipal de Protección Hidrológica ‘Cerro del Águila’”, al que tuvo acceso La Voz de Michoacán y que coordina el Instituto Municipal de Planeación (Implan), se muestra un mapa que señala los cultivos de aguacate dentro de los límites de la propuesta del área natural, que son 148.15 hectáreas, distribuidas en la ladera norte, sur y este. Si bien el documento alerta que están avanzando hacia la zona de mayor elevación, todavía no muestra las más recientes, siendo que ocupan ya más de 20 hectáreas cercanas al bosque de encino.

En un recorrido por la parte norte del cerro, sobre un camino de brecha hecho por los mismos propietarios desde Tacícuaro, van apareciendo a los costados los pedazos rasurados que dejaron de ser matorrales subtropicales con encino para dar lugar a arboles jóvenes de aguacate. Los nuevos plantíos que abarcan unas 25 hectáreas.

Una situación similar sucede en la mayoría de accesos al cerro, por lo que urgen acciones que permitan la regulación de estas actividades y se endurezcan las penas a quienes están cometiendo delitos ambientales que aún no son tipificados bajo la etiqueta de “graves”.

Esteban González Luna, director de Medio Ambiente del pasado Ayuntamiento de Morelia, explicó que este es un asunto de competencia federal que se ve a través de la Semarnat, y que como Ayuntamiento “lo que hacemos es sólo denunciar cuando se incurre en un delito ambiental. En Morelia todas las huertas de aguacate han sido ilegales, porque no hay permisos en el municipio para esta actividad”.

Señaló que cuando se llega a cortar una huerta es bajo la acción de la Procuraduría de Protección al Medio Ambiente de Michoacán (ProAm) de Michoacán y la Semarnat.

“Propietarios anónimos del Cerro del Águila, quienes además alertan que la prevención de delitos ambientales y la corrección de estos son medidas adecuadas, comentaron que “lo único que ha pasado es que vienen, te multan con varios miles y luego el gasto de ese dinero nunca se justifica, se pierde. Nosotros creemos que lo que se debería hacer es que el dinero de las multas sea destinado al cerro para reforestación o para pagar un guardabosque”.

Algunos propietarios señalan que no están en contra del aguacate, porque resulta una fuente de empleo, pero reconocen que debe haber un equilibrio con el cambio de uso de suelo con acciones como la reforestación. Sin embargo, el riesgo de que empresarios sigan adquiriendo grandes extensiones de cerro e instalen huertas es alto, lo que provocaría que se alterara gravemente la cubierta forestal y, por lo tanto, sus procesos biológicos, situación que imposibilitaría que la zona fuera declarada como protegida, pues entre las condiciones o requisitos está que se conserven sus recursos bióticos y ambientales.